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Profesores ayudan a los alumnos a mejorar conducta y rendimiento escolar

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"Ayuda a profesores y funcionarios a comprender mejor que detrás de este niño desordenado, hay una persona que está a gritos pidiendo ayuda y diciendo yo quiero surgir", explica Luis Zúñiga, inspector del colegio William Taylor de Alto Hospicio, quien en 2014 apadrinó a cuatro niños con problemas de disciplina y de apoderados ausentes del establecimiento.

La iniciativa que busca mejorar los índices de deserción escolar en un recinto que atiende a un 86% de estudiantes vulnerables, es parte de la Red de Escuelas Líderes de Educación en Pobreza, iniciativa de la Fundación Chile, Fundación Educacional Arauco, Minera Escondida y "El Mercurio".

El programa que fue implementado en 2012 en uno de los establecimientos pioneros de la nobel comuna nortina, es reconocido por profesores y directivos del colegio como un éxito y actualmente adscriben 170 estudiantes de los 1.600 que tiene el recinto, cuya enseñanza media es técnico profesional.

"Me ayudó a subir mis notas y a tener mejor conducta. Mi profesora tutora me pregunta todos los días como estoy, me llama para mi cumpleaños e incluso cuando estoy de vacaciones, siempre está pendiente", asegura Inés Sánchez, alumna de sexto básico quien el año pasado ingresó al proyecto denominado "Mejor encender una luz que renegar por la oscuridad" que busca que los profesores y funcionarios del recinto se involucren más a fondo con la educación de los estudiantes.

Para la orientadora del establecimiento y una de las gestoras de la iniciativa, Miriam Orellana, el proyecto responde a una constante deserción de los niños a causa, principalmente, de problemas disciplinarios, de los niños que no cuentan con el apoyo necesario de parte de sus apoderados y donde la mayoría proviene de hogares disfuncionales. "Muchas veces son madres solteras o los cría un familiar, incluso los padres están en la cárcel, lo que resulta en niños con déficit de cariño y que actúan violentamente porque es lo único que saben", explicó.

Pablo Mella de 12 años cursa séptimo básico, tenía serios problemas de conducta y según su profesora tutora, Isabel Bruna, ha logrado un gran cambio. "Esto no es de un día para otro, pero los colegas me dicen que su conducta mejora y en mi clase, ahora es muy colaborador y muestra un especial interés por las matemáticas", comenta mientras a paso rápido se apura a una clase de matemáticas.

En el programa participan 160 padrinos y algunos tienen más de niño a cargo. "Se encariñan y a veces no los quieren dejar por temor a que tengan un retroceso", confiesa Miriam Orellana, quien además reconoce que deben esforzarse en crear en los alumnos las herramientas que les permitan surgir solos.

"Quizás es una debilidad que tenemos por el momento y que debemos quizás superar, el hecho de que los apoderados se involucren más. Algunos lo hacen, incluso se hacen amigos con los padrinos, sin embargo la gran mayoría agradecen el apoyo pero no se involucran", remarca la orientadora.

Rosana Valdebenito, quien tiene a cargo la especialidad de técnico de Párvulos, señala que "es como tener otro hijo acá en el colegio y lo más importante es que uno mismo le pregunta a los colegas cómo se porta y cuando no lo está haciendo bien uno se encarga de ver qué pasa, además que nadie quiere que su pupilo sea mal evaluado".

El Colegio William Taylor es un establecimiento confesional de origen cristiano Metodista y es uno de los 28 planteles particulares subvencionados de la comuna, en contraposición a los dos recintos municipales, pero que sin embargo es gratuito.

Virginia Cartes, directora del establecimiento, asegura que el programa "abraza a aquellos estudiantes con mayores necesidades para lograr una estabilidad emocional, sentirse apoyados y considerados. Con esta contención esperamos que ellos puedan avanzar en sus estudios y deseen estar en el colegio".

La directora comenta que la trayectoria es desde una óptica cualitativa, de mucha ganancia, no sólo para los estudiantes, también para los funcionarios.

Raquel Newman, jefa de producción del área Técnico Profesional, explica que hace dos años que participa apadrinando a alumnos del colegio "y es muy gratificante apoyar a un estudiante, conocer sus problemas más allá del colegio y acompañarlo en todo su proceso escolar. Es algo que nos requiere tiempo pero que al final es reconfortante y uno siente mejor persona".

Pese a que el programa incluye a solo el 10 por ciento de los estudiantes del establecimiento, en los tres años desde la implementación, ha logrado bajar la deserción escolar desde un 12% a un 8% en el 2014. Hoy los estudiantes y los funcionarios esperan que se dé a conocer el listado con los nuevos padrinos. J