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Independientes en política

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Con el nivel de desprestigio de la política y sus instituciones fundamentales, parlamento y partidos políticos, en las próximas elecciones municipales y parlamentarias seguramente se presentarán una avalancha de candidatos auto denominados independientes.

Los electores debemos prepararnos y estar atentos a distinguir realmente las candidaturas independientes y las que no lo son.

Los independientes no lo son de la política, lo son de la práctica del encasillamiento ideológico y partidista que conocemos. Los independientes también hacen política, no pueden renegarla, y a lo que aspiran es hacerla desde su independencia y autonomía.

establishment

Si se logra la elección de una candidatura independiente puede ocurrir que este elegido se vea en la obligación de tener que pactar con otras fuerzas para tratar de cumplir con lo prometido a su electorado. Solo es muy difícil poder cumplirles.

También se puede dar el caso de que con la postura independiente llegue a ser imprescindible en la formación de mayorías dentro del ente colegiado que integra. Así su voto tendrá un peso fundamental para los bloques de mayoría.

Entonces, ¿quién es un candidato independiente? Difícil pregunta, pero puedo expresar que lo siento como aquel que es capaz de dejar de lado la partidocracia y la conveniencia o interés de algún grupo en particular, con el solo afán de lograr el bien común, sin importar de que en su accionar pueda un día aliarse con tal o cual tendencia política partidaria y en otra ocasión enfrentársele a la misma.

No son poca las desventajas, tal vez la más importante es la de no tener "casa política" y, por lo tanto, no contar con la protección política e institucional que le brindan las colectividades a sus integrantes, sean militantes o simpatizantes. La falta de visibilidad política también puede llegar a ser un gran obstáculo para el trabajo de un verdadero independiente. Se le hará difícil la difusión y lucimiento de su accionar y trabajo por la comunidad. Los partidos o "el sistema" no le permitirá brillar y entonces el independiente deberá doblegar esfuerzos para conseguir que se conozca su trabajo.

La mayor ventaja es que siendo independiente puede reunir a gentes de diferentes pensamientos o ideología política y, porque no decirlo, religiosa. Es transversal a los dogmas sociales económicos con que generalmente están envestidos los pertenecientes a grupos determinados. Puede aglutinar electorado desencantado y desilusionado de la tradicional forma de hacer política y también puede aspirar a representar a esa gran masa que siempre se dice independiente, pero que termina votando por ideologías tradicionales.

En otras palabras, puede salir del encasillamiento de las denominadas derechas, izquierda, centro y sus matices infinitos.

Debemos estar atentos, se vienen los independientes...

Ana María Tiemann D.