Iquique necesita que se dote de un Centro Oncológico a la región. "Están dispuestos los fondos, los recursos humanos existen", con este centro las muertes por cáncer pueden ser evitadas, eso lo saben todas las fuerzas vivas de Iquique y su entorno, al tiempo que observan falta de voluntad política para resolverlo. Los administradores del Estado tienen los medios para procurar todas las soluciones pero nada hacen por un Centro Oncológico para Iquique.

Esta falencia de los políticos convierte en letra muerta lo que pregona el artículo 19, número 1 de la Constitución Política de la República de Chile.

Saberse enfermo de cáncer es una desgracias absoluta, es una agobiante carga emocional para hombres, mujeres y niños que se auto estigmatizan. La concentración administrativa en Santiago ha invisibilizado a los pacientes tarapaqueños.

El milagro existe si se vive en armonía con la ciencia de la salud. En el extremo norte el flagelo del cáncer castiga duramente a la población del estrato socioeconómico bajo. El agua potable extremadamente dura, la radiación ultravioleta del desierto son responsables de la sobre mortalidad rural que es un rasgo común en los pueblos y ciudades de la región.

La terca mezquindad del egocentrismo santiaguino ha creado desigualdades de enfermos oncológicos: pacientes del Valle del Mapocho y pacientes de provincias. Iquique tiene una enorme cantidad de farmacias solo porque tiene una gran cantidad de enfermos.

La espera empieza a envejecer, los enfermos de Tarapacá siguen sin respuestas y sin salvación. Aún es tiempo de dotar a Iquique de un Centro Oncológico, antes que el presente se convierta en pasado. Antes que los responsables de negar soluciones se conviertan en culpables.

Senén I. Durán Gutiérrez.

Al regresar de un viaje, me he enterado por el obituario de La Estrella de Iquique, de la sensible partida de la señora Ana Jorquera Valle (Q.E.P.D).

La recordaré siempre como una gran amiga acertada en sus decisiones, siempre luchando y trabajando por el turismo a través de su cargo como presidenta de la Cámara de Turismo de Iquique, y posteriormente como secretaria de la misma.

Ella siempre creyó y trabajó en hacer de Iquique la ciudad turística por excelencia del norte de Chile. En su empeño entusiasmaba a todos y nos embarcaba en ese carro que a veces era difícil de empujar.

Querida amiga, te recordaré por siempre y estoy cierta que aquellos que te conocieron y compartieron tus ideales, también te recordarán con cariño.

Hasta siempre Anita.

María Cuzzi C.