El comercio antiguo sobrevive en la sencillez
Los avances tecnólogicos y crecimiento moderno de la ciudad, con el pasar de los años, ha ido consumiendo espacios históricos que forman parte inolvidable de los iquiqueños de antaño.
El comercio local no se ha salvado de aquello, aunque ahí, insertos entre tantos nuevos e imponentes edificios y letreros publicitarios de gran tamaño, los pequeños negocios tradicionales de la ciudad se niegan a morir.
Se conocen entre todos, se recomiendan unos a otros y se resisten ante la aparición de las grandes multitiendas que amenazan con quitarles clientela. Ellos tienen sus fieles que regresarán siempre.
Y es que son parte de la historia y costumbre de tantos iquiqueños que alguna vez cruzaron el umbral de sus locales y que hoy, por alguna razón, vuelven al comercio chiquito y confiable que por años ha estado en la ciudad y que, por su frontis y ya viejos letreros publicitarios, siguen siendo fáciles de localizar entre las nuevas "competencias".
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Caminar por el centro de Iquique y observar en el camino cada uno de los centros comerciales, permite constatar cuánto ha cambiado el lugar.
"Años atrás no habían otros carteles publicitarios, tampoco tantos tendidos de luces eléctricas, ni edificios grandes, entonces eran letreros que se veían de buenas a primera porque eran los únicos", recuerda el sociólogo Bernardo Guerrero, respecto a los negocios que hace unos años eran atractivos desde su exterior por lo llamativo de sus letreros.
"Que aún se mantengan habla de que todavía funcionan, porque si no ya hubiesen desaparecido. Estos letreros aún funcionan como marco de referencia, aunque sea solamente simbólico, porque la gente sabe dónde esta La Riviera, el Bazar Obrero", dice Guerrero, quien adiciona que estos elementos "funcionan como memoria de algo que existió y funciona como referencia de una ciudad que es muy distinta ahora".
Contaminan
La aparición de las multitiendas y supermercados han ido cambiando el paisaje del centro de Iquique. Letras gigantes con el nombre de la empresa o lienzos que abarcan gran parte de los frontis, con imágenes de la ropa de moda o los descuentos de la temporada, adornan el pasar de los iquiqueños, sobre todo por calle Vivar.
"Los antiguos carteles respetaban, tal vez sin querer, el paisaje urbano y no como los de hoy que generan una contaminación visual. Y contaminan visualmente porque te alteran la mirada natural de la ciudad y, por tener más clientes, te amplían la oferta hasta el punto de no saber qué te están ofreciendo", indicó Bernardo Guerrero.
Para el sociólogo, los letreros de los viejos locales comerciales siguen ahí por algo. "Ellos siguen cumpliendo una función, las cosas desaparecen cuando dejan de cumplir una función, por lo tanto no desaparecen porque uno no quiera, sino porque sirven y cumplen una función, el concepto de servir está ligado, en este caso, a una condición estética y también al estar adosados a un contexto determinado", declaró.
Diseño
En la simpleza de estos diseños está el detalle. "Los hacen tan bellos y únicos. La simpleza reflejada en un texto y, tal vez, una imagen en un soporte luminoso es atractivo para quien lo ve en los 80 como algo novedoso y, hoy, como un elemento que provoca melancolía y evoca épocas más sencillas", opinó Héctor Escudero, diseñador publicitario.
Para Escudero, quien recordó el estilo "Cartel Polaco", conocido en los años cuarenta y cincuenta, "estos carteles, precarios en cuanto a los materiales, estaban llenos de significado. Con la menor cantidad de elementos se entregaba un mensaje claro y limpio; esto hoy en día es al revés, demasiados elementos, textos y efectos dentro del cartel llaman más a la distracción, se pretende replicar un spot de TV en un formato impreso y eso es imposible", dijo.
Mantener
Continuar con el estilo y resistirse a los cambios es lo que manifiestan, en su mayoría, los dueños y administradores de diversos negocios locales históricos. ¿Modernizar sus letreros publicitarios? Por ningún motivo.
"No lo cambiaría, para qué hacer más gastos, yo creo que estos negocios es bueno que se mantengan, porque ha llegado tanta modernidad. Los mall, sobre todo, han destruido el comercio iquiqueño, al menos el comercio antiguo", dijo Luis Olate, dueño de la Joyería Patty, ubicada hace más de 25 años en Tarapacá, entre Vivar y Barros Arana.
Hilda Portillo, es dueña de la tradicional Casa del Cumpleaño, asegura que su local que se instaló por primera vez en 1976, "es conocido por el payasito y por eso he mantenido el letrero a pesar de los años".
Afirma que el local comenzó a un costado del actual, luego se instaló al frente y finalmente en las dependencias actuales, donde existía una quinta de recreo, de propiedad de sus padre llamada Santa Rosa. "El letrero lo tengo hace 30 años y en el tiempo era lo más top, había que encargarlos, no había en Iquique", comentó la comerciante.
Aclara que le hace mantención cada cierto tiempo, "lo limpiamos, le cambiamos la luz, aunque las letras malas no las hemos repuesto", confiesa.
En tanto, Sonia Carmona, administradora de "Casa Lala", dice que hay que darle espacio a la modernidad. "Es bien difícil dar una opinión porque resulta que para la gente antigua es difícil avanzar y modernizarse, pero hay que darle espacio a la gente nueva, ahora está llegando más gente de afuera, entonces lo tradicional tiende a perderse en el tiempo. Para la gente mayor hay un sentimiento de nostalgia, porque cuesta mantenerse, sobre todo con las invasiones de las tiendas nuevas", dijo la señora Sonia.
El sentimiento de ella, es el de la mayoría de los antiguos comerciantes, que pese a las nuevas competencias, han sabido mantenerse en el tiempo. J