Aunque aún no se cumplen los dos años del gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, las dificultades para imponer la agenda, la baja aprobación y el estancamiento de la economía demuestran que con los recientes cambios se busca un "segundo tiempo".

Tras las modificaciones en el gabinete, esta vez fue el turno de las regiones. El ministro del Interior, Jorge Burgos, terminó con el suspenso y anunció cambio de intendente en cinco regiones, entre ellas Tarapacá.

Las especulaciones daban por hecho el alejamiento de Mitchel Cartes del Gobierno Regional, en particular por los cuestionamientos que enfrentó incluso antes de asumir el cargo, luego que se revelaran sumarios por supuestas irregularidades cuando se desempeñaba como inspector fiscal de Vialidad.

Su gestión no fue fácil. A poco de llegar al edificio de la avenida Arturo Prat con O'Higgins debió enfrentar dos terremotos, eventualidad que generó lógicas complicaciones en la gestión regional de gobierno. Luego y en el episodio más crítico de su labor, se vio involucrado en las filtraciones del grupo Whatsapp "PS Recargado", lo que generó una serie de críticas y el distanciamiento con otros organismos de la administración pública.

Finalmente llegaron las paralizaciones en el puerto y en la Zona Franca, donde algunos mostraron molestia por lo que describían como la indiferencia del gobierno ante una situación que ponía en riesgo la economía regional.

Fue así que se oficializó la salida de Mitchel Cartes y el nombramiento de la abogada Claudia Rojas Campos, quien pese a no ser una figura pública reconocida en la esfera regional, llega respaldada por ocho años de trabajo en Zofri, tanto como gerente de Asuntos Legales y miembro del directorio de la empresa.

Este hecho, si bien parece solo un antecedente, es clave a la hora de ver la orientación que busca la Presidenta.

La intendenta tendrá la labor no solo de dirigir la región, sino que de mejorar su competitividad y aportar a su desarrollo económico, para elevar las alicaídas cifras de empleo y la inversión. En su contra juega el poco tiempo con que se cuenta, ya que es evidente que el gobierno empezó de lleno el segundo tiempo.

"No hicimos el cálculo adecuado y ahora todos tenemos que apechugar", dijo recientemente el senador Lagos Weber en relación a la actual situación económica y su lamentable proyección. Ahora la pregunta lógica es ¿Quién diantres se hace cargo de la situación?, ¿bastará con el cuestionamiento que se le efectúa a ex ministros o las políticas implementadas?, ¿Bastará sólo con decir que la plata no va alcanzar para el programa de gobierno de la Presidenta?

Las reformas prometidas siempre fueron encabezadas por la educacional, pilar de las protestas durante todo el gobierno de Piñera, y fundamental para crear el sustento del descontento popular, distrayendo a la gente en ciertos aspectos claves, como es la Economía. Se sembró rabia en contra de la gente que ganaba plata -lucro-, independiente si esta era bien ganada o no. Luego vino la tributaria que desestabilizó la economía y con los avisos de la reforma laboral se terminó por patear en el suelo la poca confianza que quedaba en la inversión. Resulta que de todas estas modificaciones, no contemplaron la más importante de todas las variables: "la economía" y el blindaje a los cambios bruscos y radicales.

Pero la Presidenta viene señalando que las reformas lejos de frenarse, se aplicarán contra viento y marea, y donde la asamblea constituyente es la guinda de la torta, mirándola como una salvadora de los aún existentes vestigios de Pinochet. Por otro lado, sus ministros más técnicos, como el de Hacienda, admiten que no podrán cumplir con los programas debido a que no hay recursos suficientes. Los presupuestos se han resentido, entonces, ahora vienen los apuros para reactivar una economía que claramente no da signos de recuperación. "Es la economía, estúpido", frase célebre durante la campaña de Bill Clinton hace alusión a lo que sucede actualmente, ya que puedes no perder el apoyo político-popular si la economía está bien, pero lo perderás siempre si la economía está mal.