Peregrinos VIP: pasaron de simples carpas a cuatro casas rodantes
Recuerdan que hace 25 años se instalaban en el pueblo de La Tirana solo con carpas y leña para preparar los alimentos, algo que aún muchos siguen haciendo, pero que para su familia esto forma parte del recuerdo.
A metros de la explanada del poblado, siguiendo la ruta que conduce al templo antiguo, entre decenas de carpas y toldos, saltan a la vista cuatro casas rodantes instaladas de tal forma que delimitan un amplio sector de terreno.
Se trata de la familia Pérez Pérez que el pasado 12 de julio partió en caravana desde Antofagasta con destino a este poblado para ser parte de la festividad de la Virgen del Carmen quien -según dicen- les permitió tener un próspero negocio y con los frutos de este fueron implementando los bienes que hoy les permiten tener una cómoda estadía en la pampa de El Tamarugal.
Si bien desde afuera llaman la atención, una más que otra por sus dimensiones, pocos podrán imaginar lo que se puede encontrar al interior de una casa rodante.
lujos en la pampa
Mientras algunos de sus familiares conversan tranquilamente en las sillas instaladas sobre césped sintético, que contrarresta la tierra existente en el lugar; Kerman León abre las puertas de la más reciente adquisición familiar para poder instalarse en La Tirana: una casa rodante valorizada 95 millones de pesos. "Somos 32 personas, y faltan que lleguen dos autos más. Nosotros tenemos empresas de casinos de alimentación, mi mamá es la dueña, y eso nos permite juntar el dinero para ir haciendo estas compras", cuenta.
Una elegante cocina-comedor destaca apenas se ingresa a la casa rodante. Esto, debido a que cuenta con todo lo que una casa puede tener pero de forma compacta: cocina, refrigerador de cuatro puertas, horno microondas, lavaplatos, plasma de 42 pulgadas, equipo de música y muebles. "Todo es eléctrico, tenemos un generador para tener energía", agrega.
Una puerta separa este ambiente con la habitación que tiene dos camarotes, ideal para los más pequeños o jóvenes de la familia; en tanto, en otra habitación se ubica una cómoda cama matrimonial. "En las tardes vamos a ver los bailes y en las noches venimos y hacemos una fogatita para compartir todos juntos. Todas las casas vienen con mercadería, aquí solamente compramos la carne para hacer los asados", precisa.
Pérez comenta que desde que fueron adquiriendo las casas rodantes la experiencia de acudir a La Tirana fue cambiando ya que el frío, principal enemigo de las noches, no es tan cruel a la hora de dormir, como sucedía cuando se instalaban con carpas.
Pese a venir en estos vehículos, los integrantes de la familia se bajan de los vehículos al inicio del camino del peregrino de donde se dirigen a pie hasta el lugar donde se ubican siempre, donde los choferes ya tienen aparcadas las casas rodantes. "Al año se viene dos veces al mes a La Tirana, en eso no falla mi papá el viene solo con una casa rodante con mi mamá en agradecimiento a la virgen por el trabajo y para pedirle que nos siga yendo bien", concluye Pérez quien junto a su familia el 20 retornará a su región natal. J