En la sección crónica publicada el sábado, el senador Fulvio Rossi responde a las declaraciones de Acción Familia contra el aborto, afirmando que "la Iglesia debe acoger a las mujeres que enfrentan situaciones de esta naturaleza. Este señor pretende imponer sus prejuicios y creencias al resto de la sociedad. Demasiada arrogancia y soberbia".
Al respecto debo aclararle al senador Rossi que la Iglesia acoge a todas las mujeres que enfrentan situaciones de dolor al recibir la vida de un hijo, pero no procurando la muerte del niño en gestación, que es lo que propone la ley de aborto que él promueve.
En segundo lugar, la asociación Acción Familia que represento no está queriendo "imponer sus creencias al resto de la sociedad". El V Mandamiento de la Ley de Dios, "No matarás", obliga a creyentes y no creyentes porque está impreso en nuestra propia naturaleza de seres racionales, por lo cual es un derecho amparado por nuestro orden jurídico.
Por último, el senador Rossi me acusa de "arrogancia y soberbia". Al respecto le recuerdo al senador que la soberbia es el vicio moral por el cual una persona no reconoce la autoridad a la cual debe obediencia. Llama la atención que el senador Rossi haya querido mostrarse públicamente en la Fiesta de la Virgen de La Tirana, como si fuese fiel devoto de la Madre de Dios, y a la hora de legislar, la expulse de la sala. Esta actitud del legislador sí que es realmente "arrogante y soberbia".
Precisamente en los mismos días en que el senador me acusaba de estos vicios morales, el vicepresidente de la Conferencia Episcopal declaraba en la Comisión de Salud que tramita el proyecto de aborto: "Yo quisiera recordar a propósito de la coherencia de los cristianos, al patrono de los políticos cristianos, Tomás Moro. A Tomás Moro le cortaron la cabeza por ser fiel a su fe".
Espero que el señor Rossi recapacite y sea consecuente con lo que la Iglesia enseña y él dice profesar, la defensa de la vida desde la concepción hasta su muerte natural. De lo contrario los votantes católicos no podrán apoyarlo en las próximas elecciones, conforme lo enseñado por el Papa Juan Pablo II sobre la ilicitud moral de dar el voto a proyectos o candidatos que favorezcan el aborto: 'ni participar en una campaña de opinión a favor de una ley semejante, ni darle el sufragio del propio voto'.
Juan Antonio Montes Varas,
director Acción Familia.
