Las pocas instituciones con un alto porcentaje de confianza en las últimas encuestas, eran las FF.AA. y Carabineros. Situación irrefutable en un país que cree en los conflictos internos y externos, de ocurrencia en cualquier momento.
Los internos no avisan y los externos son posibles aún después de una corta etapa diplomática.
En esos casos será necesario recurrir a ellas para defenderse. Creer que esto no sucederá nunca es vivir fuera del planeta.
Es lamentable el caso de quemados, sin duda se debe hacer justicia considerando el contexto, pero no se debe acusar a los actuales o recién pasados altos mandos de las instituciones, porque no solo pierden la confianza de la ciudadanía sino aun más grave, la de sus subordinados que finalmente afectará el desempeño de estas instituciones en la paz y la guerra.
Continuar con esta campaña de descrédito conlleva una irresponsabilidad también digna de proceso, porque propende a una anarquía que solo conviene a enemigos de una sana democracia.
Marcos Concha Valencia.