"La Unicef le dio 'un tirón de orejas' a Chile"
Hace dos años y medio que Mili Suárez y Marco Antonio Hermosa, quien trabaja en una empresa de jardines, llegaron desde Bolivia. Un año después, lo hicieron sus tres hijos, Natalia de trece años, Diego de diez y Thiago de cuatro, quienes se quedaron esos meses a cargo de su abuela.
Los tres estudian en la escuela Paula Jaraquemada, donde el hijo del medio se transformó en promotor de la infancia y representante de la Oficina de Protección de Derechos, las que también funcionan en escuelas como Thilda Portillo, Croacia y Centenario, escogido entre sus propios compañeros.
Gracias a esto, y junto a la red de voluntarios "Por la Sonrisa de un Niño", Diego viajó hasta Santiago y Valparaíso, donde conoció al presidente de la Cámara de Diputados, Marco Antonio Núñez, y al del Senado, Patricio Walker.
Asimismo, participó en actividades junto al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Unicef y el Consejo para la Infancia, encabezado por su directora Estela Ortiz.
El evento, en el que participaron niños de todas las regiones de Chile, sistematizó los aportes realizados por los mismos asistentes en ejercicios previos.
Este no fue el primer acto al que asistió Diego como representante de Tarapacá, pues ya había estado en el diálogo regional en noviembre de 2014 y luego en el programa "Yo Opino", hasta donde llegaron más de cinco mil niños y niñas del país.
Respecto a la reunión con las autoridades, Diego la resume en una frase: "Unicef vino 'a tirarle la oreja a Chile' porque todavía no tiene una ley para los derechos de los niños".
"Los mayores casi no valoran ni dan importancia a la opinión de los niños, ni de los niños extranjeros. Sin esa ley se seguirán vulnerando los derechos del niño, el derecho a la identidad, a la salud, a jugar, a un nombre y a un apellido", cuenta Diego, quien enumera los, a su juicio, principales derechos.
NIÑO MIGRANTE
La historia de Diego no sólo se cuenta desde la infancia, sino también desde su situación de migrante.
A la escuela básica Paula Jaraquemada asisten niños de distintas nacionalidades, especialmente latinoamericanas. Así se pueden encontrar menores peruanos, bolivianos, colombianos, argentinos, ecuatorianos y uruguayos. Todos tienen los mismos derechos y deberes.
La dirección de la escuela asegura que la inclusión es un concepto primordial. Sus alumnos tienen el mismo trato y deben cumplir con los mismos requisitos. La educación es concebida igual para todos y no hay diferencia para ingresar, ni en cuanto a uniformes o materiales de trabajo. Los derechos a almuerzo y los seguros son los mismos. En el fondo, Diego y sus compañeros, son uno entre la comunidad escolar.
"Yo creo que muchos se sienten felices porque en Chile los acogen bien. Yo ahorita no he tenido ninguna incomodidad aquí en Iquique", asegura Diego, aunque tiene sus reparos.
Para Diego Hermosa, la opinión, por ejemplo, es uno de los derechos que menos se le respetan a los niños, aunque, en su experiencia, también se vulnera el derecho a la Salud y a la Identidad.
Su madre, Mili Suárez, explica la postura de su hijo, dando a entender que todo lo expresado se basa en situaciones complejas vividas de forma directa. Como lo que sucedió con su hermano menor.
"Una vez fuimos al hospital pero no nos atendieron como corresponde. Mi hijo pequeño tuvo un accidente, lo atropelló un auto. Había que tener dinero en la mano y no había carnet. Queríamos que lo revisaran, estuvo mal. El Diego vio y se dio cuenta que estaba siendo vulnerado", explica la mujer.
Respecto a la cédula de identidad, Mili también relata que el trámite ha sido engorroso, burocrático y demoroso, sin embargo, no puede decir mucho respecto a situaciones de discriminación.
"En la casa, con el entorno que tenemos, sólo una vez hubo problemas de convivencia en el que nos dijeron 'ay, que los bolivianos' pero Diego tiene la personalidad para decir, 'bueno, yo soy boliviano y todos somos iguales'. Mis hijos se fijan que en la casa hay niños chilenos pero que no estudian", expresa la madre del niño.
proyecto
La directora regional del Consejo para la Infancia en Tarapacá, Orieta Burgos, explicó que durante la última semana de agosto debiera ingresar al Congreso el proyecto de ley de Garantías de Derechos de los Niños y Niñas.
"Es la primera que el país se plantea. La relación del Estado con la Infancia dejará de ser tutelar. La ley reconocerá a niños y niñas como sujetos de derecho, lo que implica respetarlos como ciudadanos en todo sentido", detalló.
El proyecto implica una reforma al Servicio Nacional de Menores, Sename, creando los servicios de Protección y de Justicia Juvenil, así como una Subsecretaría de la Infancia y un Defensor del Niño. J