Molestos están los apoderados de los quintos básicos A y C de la escuela municipal Manuel Castro Ramos, ya que, acusan, el ruido en la construcción de una torre aledaña no les permite a sus hijos concentrarse en clases, generando consecuencias negativas en materia de salud y rendimiento escolar.
Los apoderados del colegio, liderados por el presidente del Centro de Padres y Apoderados, Ricardo Rodríguez, explicaron que desde marzo están gestionando soluciones para evitar los efectos del ruido. Incluso aseguran que los mismos profesores se han visto afectados ya que deben hablar más alto para ser escuchados.
Así lo reconoce Cecilia Monardes, profesora de música, quien dice sufrir de disfonía ya que cuando hay demasiada "bulla" los niños se alteran y no se pueden concentrar en sus clases. Incluso hay profesores con certificado médico, asevera.
Desde las 07.45 de la mañana y hasta las 16 horas los lunes y martes, hasta las 15 horas los miércoles y jueves y hasta las 13 horas los días viernes, los niños estudian en las salas que dan hacia la calle Manuel Plaza, donde se está emplazando una serie de torres de departamentos.
En un inicio, el colegio gestionó una solución por parte de la constructora, la que se habría comprometido a entregar una serie de equipos para aumentar el sonido vocal de los profesores, medida que no es suficiente para los apoderados ya que tampoco hay argumentos que acrediten su utilidad.
Desde la constructora Fundart, a cargo del proyecto Mirador Playa Brava, confirmaron que se entregarán siete equipos con micrófonos y que están esperando los fondos por parte de la inmobiliaria, proceso que estaría "casi listo".
DENUNCIAS
El seremi de Medioambiente, Patricio Villablanca, indicó que los afectados deben realizar la denuncia ante la Superintendencia de Medioambiente. Asimismo, apuntó a responsabilidades del municipio ya que también hay ordenanzas que regulan los ruidos molestos.
"Los permisos de edificación los otorga el municipio y hay ciertas exigencias mínimas que se le piden a la empresa como cuidar que no caigan cosas desde la construcción, revisar los polvos que se puedan generar, así como los ruidos", dijo Villablanca.
El jefe de educación de la Cormudesi, Miguel Daponte, ya se reunió con la Dirección de Obras Municipales. Este lunes se presentaría ante el establecimiento pues actualmente está en Santiago.
Aunque desde el colegio aseguran que no hay más salas disponibles, los apoderados piden hacer un cambio entre los alumnos de básica y estudiantes de enseñanza media, quienes, a juicio de los padres, tienen mayor concentración. Del mismo modo, se evalúa pedir a la constructora trabajar en horarios fuera de clases.
Desde la Superintendencia de Medioambiente, informaron que su única fiscalizadora, Tamara González, está de vacaciones. J