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Claudia y Carla colgarán el arnés y pasan a retiro

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Parecieran ser dos canes como cualquier otro, sin embargo, los arnés que visten y que llevan bordada la insignia de Carabineros, nos da un primer indicio que alguna habilidad especial las diferencia del resto.

Si bien su tamaño puede causar cierto temor en algunas personas, al acercase a ellas se descubre que se trata de dos dóciles y juguetonas mascotas.

Claudia y Carla son los nombres a los que responden cuando sus instructores las llaman y les dan órdenes para cumplir alguna de sus misiones: contribuir al rescate de personas como también al hallazgo de cuerpos sin vida.

Y es que como si el destino lo quisiera, hace diez años, un día como hoy, nacieron estas dos hembras hermanas como resultado del cruce de razas labrador y golden, dos de las tres que Carabineros requiere para cumplir con labores de rescate de personas debido a las destrezas innatas que poseen.

Con apenas un año, ambas llegaron como donación a la Escuela de Adiestramiento Canino de Carabineros en Santiago y es allí donde conocieron a las personas con quienes además de trabajar en conjunto, compartirían los siguientes años de sus vidas.

Mauricio Calderón y Wilibaldo Espinoza son los dos sargentos de Carabineros que durante un año se formaron en dicha escuela junto con los canes, para luego de ello salir a concretar sus objetivos.

ADIESTRAMIENTO

Calderón recuerda que durante su proceso de formación tuvieron que aprender a conocer al detalle las características y comportamientos de los perros con los cuales trabajarían, para que así exista aquel entendimiento y complicidad que se requiere para realizar los hallazgos policiales.

Sin embargo, aun cuando las personas puedan ver la labor de los canes como un trabajo, Calderón dice que para los perros se trata de un juego.

"Para eso usamos un aport, es una toalla que la enrollamos y la usamos para jugar con ellos. Una vez que al perro lo tenemos posesivo a ese juguete, lo escondemos y comienza a usar sus sentidos: olfatear, escuchar y mirar donde cayó su objetivo para encontrarlo. Después nace el figurante, una persona que se esconde con el juguete y después el perro va en búsqueda de este", cuenta al explicar cómo iniciaron a los canes en el adiestramiento.

Para el caso de hallazgo de personas vivas, Claudia y Carla salen a buscar las partículas que el cuerpo desprende en su trayecto y que en un minuto pueden superar las 4.500; como también el olor que emana una persona a trapada a través de la sudoración.

Pero esto cambia cuando se trata de personas muertas. En dichos casos, las habilidosas mascotas van en búsqueda del olor de putrefacción que expulsa el cadáver.

"Para estos casos, la base de enseñanza también es el juego, pero la diferencia es que en el aport introducimos unas gotas que asemejan el olor característico de putrefacción del cadáver. Después que le aplicamos eso, nosotros escondemos el juguete y ese olor es el que empiezan a buscar", detalla.

Mientras Calderón narra cómo fue el proceso de entrenamiento de los canes y detalla cómo cumplen sus misiones, Claudia y Carla se mantienen en todo momento junto a sus instructores; en instantes permanecen sentadas, en otros se paran y olfatean, sin embargo siempre junto a sus adiestradores.

Si bien ambas tienen nueve años al servicio de Carabineros, Claudia llegó hace ocho años a Iquique, en tanto Carla lo hizo recién hace dos. Sin embargo en todos sus años de trabajo han resuelto casos en Santiago, Valparaíso, Tocopilla, Diego de Almagro, Chañaral, Puerto Montt, Copiapó y Santiago.

CASOS RESUELTOS

Al retroceder años atrás, el sargento Wilibaldo Espinoza recuerda que "el primer caso de Claudia fue el hallazgo del cuerpo de una mujer que llevaba nueve meses desaparecida, tras haber sido asesinada por su pareja. Fue encontrada en un pozo séptico, tuvimos de dos a tres días buscando la casa porque el olor no salía ya que habían echado cal al cuerpo".

En tanto, el primer hallazgo de Carla fue el cuerpo de una mujer que falleció como consecuencia de una explosión de gas en Valparaíso, resultado que se obtuvo tras una semana de trabajo.

Sus más recientes logros fueron en Tocopilla donde demostraron que el paso de los años no ha afectado sus sentidos ya que pudieron rastrear y hallar los cuerpos sin vida de una mujer de 72 años y de un hombre de 51 años que fallecieron como consecuencia del alud que ocurrió en agosto pasado,

Sin embargo, todos estos logros y la contribución que prestaron a la institución no pueden superar al paso del tiempo y el natural envejecimiento de los canes que se traduce en mayor lentitud en su actuar. Es por ello que después de 10 años, Claudia y Carla colgarán su arnés y pasarán a retiro, dejando sus puestos en la Primera Comisaria de Iquique a otros dos nuevos canes que han de llegar para reemplazarlas en su labor.

Pese a ello, el cariño que nació entre estas y sus adiestradores hizo que los sargentos decidan, una vez oficializada la jubilación de los animales, que se las llevarán a vivir a sus casas. J