El concepto debe ser internalizado por todo aquel que viva en Alto Hospicio, sea o no sea extranjero, dado que es inmigrante el que llega a un lugar, como es emigrante el que se va. Por tanto, los habitantes de Alto Hospicio, alguna vez llegaron a la localidad, sea en 1987, 1996, etc.

La idea de considerar inmigrantes a solo los extranjeros, particularmente de países vecinos como Bolivia, Perú o Colombia, tiene una connotación distintiva, que no se aplica a los que vienen de Europa o EEUU. A estos no se les denomina así. ¿Será, acaso, que impera el color de piel en la apreciación?

En tanto, en oleadas sucesivas se pobló Alto Hospicio en 1989,1993, 1996, 1997, 1998 , 1999, 2002, 2004, 2006 y 2010, años donde se agregan los siguientes factores: uno es que son poblaciones a la fuerza, sea tomas de terreno o erradicaciones y otra que es la inmigración voluntaria, mediatizada por opciones de vivienda Serviu en distintas etapas, subsidio rural, básico, programas PET y la otra son de condominios privados, como se ha notado desde el 2000. Eso ha configurado que se conviva en una entidad geográfica que es la cordillera de la costa, tanto en sus cerros, como en el plan de las pampas intermedias, el mar es lejano y hasta el slogan de una inmobiliaria, aseguraba que desde sus departamentos se veía mejor el mar.

La condición de inmigración está centrada principalmente en lo económico, la mayoría de los hoy llamados "hospicianos", llegaron por motivos laborales, tanto en el sector primario, como la minería y servicios.

La inmigración nacional proviene de la zona centro sur y el norte chico, más es interesante notar una creciente inmigración regional, principalmente de desde el interior de Iquique y de Arica.

Esta diversidad de inmigrantes, tiene el sello de la diversidad cultural, no solo son nortinos, pero los sureños se nortinizan y asimilan sus costumbres, sino que las aumentan, principalmente las religiosas y la sociabilidad que se instaura en la vida cotidiana.

Un ejercicio sugerente a los profesores de Historia, sería hacer historias de vida de cada estudiante, con ello se despierta la historia del yo del sujeto y se puede proyectar así la historia familiar, hasta la actualidad.

Hace pocos días la página web Despegar.com dio a conocer que la región de Tarapacá se ubicaba como el principal destino turístico para las Fiestas Patrias, superando en 80% la demanda de vuelos registrada el 2014, cifra que se vio fuertemente afectada por los terremotos de abril.

Aquel antecedente reafirma que Iquique y las comunas del interior cuentan con un potencial turístico indiscutible a nivel nacional.

Considerando este escenario, el Servicio Nacional de Turismo (Sernatur) hace años viene implementando una serie de estrategias destinadas a fortalecer la actividad, capacitando a quienes participan de esta industria y promoviendo acciones que involucren a todos los sectores de la comunidad, sobre todo a aquellos que se relacionan de forma directa o indirecta con los visitantes.

Sin embargo, existen situaciones que se apartan drásticamente del objetivo de fortalecer el turismo y que deben ser revisadas por los organismos competentes.

Si bien es evidente que la comunidad debe internalizar algunas ideas, especialmente aquellas vinculadas al aseo y ornato de la ciudad, aún es posible toparse con problemas que demandan la intervención de los organismos públicos.

Una muestra de aquello es lo que ocurre con el "Monumento al Marinero Desconocido", zona que incluye un amplio mirador natural desde donde es posible apreciar la dimensión de la ciudad y uno de los sitios históricos más relevantes del país: la mítica Boya Esmeralda.

La estructura del lugar se asemeja a la de un navío y está adornada por una estatua de bronce que supera los tres metros de altura; cuenta con estacionamiento y una pequeña plazoleta que recibe a los visitantes. Ya sea por el paso de los años o la acción del hombre, el recinto se mantiene en deplorables condiciones y en nada se relaciona con la idea de un Iquique turístico.

Esta imagen se replica en los alrededores del terminal pesquero, en buena parte de la costanera o en la ruta que conecta con la comuna de Pica, factores que terminan haciéndole un flaco favor a los esfuerzos públicos y privados por convertir a la región en un modelo turístico.