El calor ya llegó con fuerza
Comenzaron a aparecer los short, las chalas y las faldas cortas en el centro de Iquique. Ello porque el sol ya empezó a golpear con fuerza en la zona gracias al denominado "Niño Godzilla".
Comenzaron a aparecer los short, las chalas y las faldas cortas en el centro de Iquique. Ello porque el sol ya empezó a golpear con fuerza en la zona gracias al denominado "Niño Godzilla".
Cuando hablamos de despido, una de las causales que más frecuentementes es sin duda, la de "Necesidades de la Empresa", la cual trae aparejado el pago de indemnizaciones y demás prestaciones relacionadas al finiquito del trabajador. Así lo establece el artículo 161 inciso 1º del Código del Trabajo, norma legal que no pasa inadvertida, ya que de su sola lectura es posible concluir que en nuestro sistema laboral existe el "despido pagado y sin consideración de causa real". En efecto, cuando el empleador invoca la causal señalada y el trabajador no ha alcanzado un año de trabajo, sólo deberá pagarle las prestaciones propias de todo finiquito, aun cuando el despido sea injustificado.
¿Cómo se explica esta afirmación? La podemos ejemplificar así: Un trabajador que no ha cumplido un año de trabajo, con el mismo empleador, es despedido por la causal de Necesidades de la Empresa. Para concretar el despido se ha enviado al domicilio del empleado, con 30 días de anticipación, el aviso de su despido. Con este sólo aviso, se ha liberado de pagar la denominada "indemnización sustitutiva del aviso previo".
Ahora bien, si el trabajador encuentra ilegal la causal de despido invocada puede concurrir al Juzgado de Letras del Trabajo. Si el tribunal se pronuncia estimando que su despido -efectivamente- es injustificado, es decir, que por medio de una sentencia se declara que el trabajador está mal despedido, nos encontramos con que, aparte de conseguir dicho pronunciamiento, el trabajador no podrá acceder a reivindicación alguna, ya que indefectiblemente perdió su trabajo y, además, no recibirá un peso, por haber sido mal despedido. He aquí la razón de nuestra aseveración inicial. Si bien el legislador ha concebido esta causal como una de despido objetiva, esto es, que deben darse condiciones graves y permanentes en la empresa para que se ponga término al contrato, no es menos cierto que para aquellos trabajadores que son contratados -por cierto- con contratos a título de "indefinidos", la finitud "definitiva" de sus trabajos es más común de lo que se quisiera y ocurre siempre antes de la llegada del cumplimiento de un año, invocándose esta causal, que se torna arbitraria, en gran parte de los casos. Sobre todo si en nuestro sistema laboral existe la reincorporación de los trabajadores sólo como una excepción.
Paros, movilizaciones, gremios y protestas afectan a la región y en general al país, pero en medio siempre está la gente. Si bien puede la sociedad estar de acuerdo o empatizar con las propuestas, al final igual quedan si atención.
Las particularidades económicas que enfrenta la zona dan cuenta de un supuesto estancamiento que estaría afectando al negocio inmobiliario. Así por lo menos lo expresan los corredores de propiedades y la misma Cámara de la Construcción, organismo que pese a las modificaciones tributarias que elevarán el precio a pagar por las propiedades desde el próximo año, ha revelado una baja en la velocidad de las ventas.
En este escenario destaca la baja de un 30% promedio en el arriendo de viviendas y un 50% en la venta de inmuebles, según detallaron los corredores de propiedades.
Si bien esto viene arrastrándose hace más o menos un año, la situación que enfrentan las empresas mineras en Tarapacá y otras regiones del país podría complejizar aún más el tema.
Pese a que el valor del metro cuadrado en Iquique se ha elevado de manera exponencial en los últimos diez años, especialmente por la escasez de terrenos, los indicadores económicos permitían soportar estos precios, lo que se refleja en el alto número de proyectos inmobiliarios que se levantaron y continúan levantándose en la capital regional.
Sin embargo, el nuevo panorama parece ser más incierto y podría afectar a otras industrias que abastecen, entregan servicios o financian a la construcción.
En ese sentido, es indispensable que el tema se analice de manera profunda, toda vez que, por tratarse de una actividad tan sensible para cualquier economía, podría verse afectado el empleo.
Junto a ello, se necesita reordenar el plano urbano de la ciudad, un tema que se ha prolongado demasiado tiempo y que demanda una pronta solución, sobre todo si se considera que Iquique luce colapsado y la necesidad de vivienda de sectores menos acomodados aún no es resuelta.
Las autoridades han explicado que la denominada crisis del cobre no golpeará fuerte a Tarapacá, sin embargo, es momento de adoptar providencias y potenciar aquellas otras industrias que también entregan un importante aporte a la economía local.