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Perdió la visión a los 41 años y superó las adversidades convirtiéndose en masajista

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Hugo Rodríguez (47) atiende el teléfono más de diez veces al día. Este hombre lo debe hacer por obligación, ya que cada llamado puede ser un potencial cliente, ya que hace más de cuatro años se dedica a la masoterapia, ofició que tuvo aprender por necesidad.

El iquiqueño hace seis años perdió completamente la visión, primero por un accidente y después por un doble desprendimiento de retina.

"En el '96 tuve un accidente y perdí el ojo derecho donde me pusieron una prótesis ocular, Esto se sumó a la miopía que tenía desde que nací. Entonces empecé a ver solo con el lado izquierdo y con lentes 'poto de botella'", recordó.

Según fue contando Rodríguez, después de 12 años viendo parcialmente por un solo ojo, fue operado de cataratas, donde le colocaron un lente intraocular, pero su globo ocular ya se encontraba debilitado.

"Mi retina ya estaba mala y se me desprendió dos veces. Me la pegaron con silicona, pero ésta se me cristalizó y se puso dura y me tuvieron que meter a pabellón para sacármela y en todas estas idas al quirófano fui perdiendo la vista de ese ojo", precisó el masoterapeuta.

MASAJES

Fue en ese momento, cuando Hugo Rodríguez iba perdiendo la visión, es que conoció a un grupo de coreanos que visitó la ciudad en una residencial de un amigo suyo, donde ellos le enseñaron las técnicas más antiguas de masajes.

"Me gustó lo que vi y como iba perdiendo la visión, fui tomando cursos de masoterapia en la Universidad Santo Tomás y la Universidad Arturo Prat", contó.

Él actualmente atiende desde su casa ubicada en la calle Ejército de Chile cerca de la cancha de los Viejos Cracks, según él mismo cuenta, donde tiene su clientela, pero también añadió que en verano se instala en plena playa Cavancha.

"Me pongo con un toldo y una camilla detrás del sector de 'La Choza', estoy ahí hace dos años ya" y atiendo a puros turistas", sostuvo.

Según aseguró Rodríguez toda su preparación como masajista no hubiera sido posible sin la ayuda de su familia y en especial de su señora Yessenia Jiménez, con quien está casado hace 12 años, aunque se conocen hace 35, y tienen en común un hijo de 10 llamado Raúl.

Ella lo ayudó en todo este proceso de preparación y es un pilar fundamental en su vida actuando de "lazarillo" al lado que va. "Es mis ojos me acompaña prácticamente a todos lados", relató emocionado.

DISCRIMINACIÓN

"En tres spa donde yo fui a pedir trabajo me discriminaron. Yo fui a buscar 'pega' y no me pescaron. Lo otro que me he dado cuenta, es que cuando dicen que uno deje los datos para alguna labor, nunca llaman", expresó.

Para el masoterapeuta iquiqueño la discriminación la vivió hasta su propio hijo.

"Él es hiperactivo y tiene déficit atencional y también me lo han discriminado. Además el también salió con mi condición y tiene miopía. Ojalá que no tenga el mismo final que yo, que me quedé sin visión", auguró.

Ante el caso de su hijo, Hugo Rodríguez tomó las riendas del caso y con su señora ya lo están llevando al médico para que le trate su condición ocular.

De todas formas, el masajista destacó que antes de perder la vista se dedicaba a varias labores muy distantes de la masoterapia.

"Trabajaba en un galpón en la Zofri, también fui empleado en una empresa de cobranza, estuve en la Municipalidad de Iquique, también en una empresa de aseo en la noche. Me dediqué a varios oficios antes de encontrar mi pasión en el masaje", puntualizó Rodríguez.

AYUDA

Hugo a pesar de la discriminación que dice haber vivido dijo que varias organizaciones lo han ayudado para poder salir adelante, pero una en particular fue fundamental para él: la Asociación Cristiana de Ciegos.

"Son buenas personas y ellos me ayudaron bastante con mi condición y me aconsejaron en todo", aseveró.

Un elemento que quiso denunciar Rodríguez fue la poca "amabilidad" de Iquique en sus estructuras para discapacitados.

"Es complicado porque no hay semaforización adecuada para nosotros. Hay una que quieren implantar para nosotros, pero espero que no sea solo en el centro y en el borde costero y que se haga en toda la ciudad", finalizó.