Las infidencias de Francisco Mery, el lustrador de zapatos de la plaza Arturo Prat
Un lustrado de zapatos es suficiente para compartir el sentir de lo que pasa en la ciudad. Aunque el trabajo dura un par de minutos, quienes portan el calzado no aguantan las ganas de expresar sus opiniones y puntos de vista respecto a la realidad local y nacional.
De eso es testigo Francisco Mery, el tradicional lustrabotas de la plaza Arturo Prat, quien todos los días se instala a las ocho de la mañana en el sector de calle Tarapacá, luego de bajar desde Alto Hospicio, donde vive en el sector de la Autoconstrucción.
Los temas que más se conversan son tres: política, delincuencia y fútbol. Sobre los políticos, sus clientes "dicen que son sinvergüenzas y que no han hecho nada por el país. Que se hacen las leyes para ellos y no para nosotros", explicando que los peores dardos del ciudadano común y corriente apuntan a los senadores Jaime Orpis y Fulvio Rossi.
"Usted sabe quien es el que la lleva", dice Francisco, cuando es consultado por cuál de los dos es el más criticado por los iquiqueños que se lustran con él en el principal centro urbano de la ciudad. "Yo no me meto en cosas porque no sé de política", se apresura en decir. Él solo escucha.
Aún así, y aunque no sean de su gusto, por su oficio ha pasado una variedad de políticos de todos los colores, como el gobernador de Iquique, Gonzalo Prieto y los concejales iquiqueños Pedro Cisternas y Arsenio Lozano. "Muy buen concejal, humanitario, ayuda a la gente. A mi no me ha cuenteado. A otros puede cuentear, pero yo creo en la política", dice sobre el último, aunque en medio de contradicciones.
Hasta la plaza también ha llegado el presidente del directorio de Zofri, Patricio Sesnich, Erico Gatica de la Corte de Apelaciones, así como fiscales y abogados. Todos "se ponen con un buen billete", asegura.
Uno de sus más clásicos recuerdos fue cuando era intendenta Luz Ebensperger, época en la que le lustró los zapatos al en ese entonces ministro de Educación, Joaquín Lavín. "Ahí la gente me decía 'le pago 5 mil pesos para que le ensucie los calcetines a este tal por cual'".
Al final, terminó de pagarle el otrora gobernador de Iquique, Felipe Rojas, ya que, según cuenta Mery, el exministro se excusó en que no le habían pagado su sueldo. Pero la gente reclamó y quedó la "embarrada", recuerda.
INQUIETUDES
"La delincuencia. Ya no es como antes. Acá en El Morro uno podía dejar las cosas abiertas (casas, autos), y ahora no. Te descuidas y ¡Pum!, te llevan las cosas al tiro", reconoce el lustrabotas, sobre otra de las principales inquietudes de los iquiqueños.
"Le he lustrado zapatos a gente de 80, 90 años, que ya no caminan más y que vienen de las salitreras. Ellos cuentan que los 'cabros' de ahora son alzados, pero en sus tiempos no. Ahora los hijos les pegan a sus padres", cuenta, asociando la falta de respeto entre los jóvenes.
Junto a esto, la drogadicción e indigencia son los otros puntos que preocupan a los iquiqueños que llegan a sentarse en las bancas de madera instaladas en la plaza para que Francisco pueda realizar sus lustrados.
"Deberían preocuparse de la gente que duerme en la calle, botada en la plaza. En la noche acá es...", opina Mery, mientras recuerda a quienes nunca más vio de un día para otro. Habían muerto a metros de su lugar de trabajo.
Pero no todos son penas, ya que también se habla de triunfos deportivos. Aunque hasta ahora no ha pasado ningún jugador de Deportes Iquique frente a su puesto laboral, confiesa el trabajador.
"Hablamos de fútbol, de la Selección, pero a mi no me importa mucho, porque es mi pega. Cada uno sabe donde le aprieta el zapato", expresa.
No obstante, aunque dice no estar interesado en los resultados, igual realizó una apuesta para la Copa América. Prometió 40 lustradas si Chile perdía, pero ganó, por lo que aún se encuentra pagando lo comprometido. La apuesta la hizo con un trabajador de la caleta Riquelme, quien, en caso de perder, le tenía que pagar 20 mil pesos. Lo apostado no era muy equilibrado reconoce Francisco.
POLITICOS
De las apuestas futboleras, el tema vuelve a ponerse pesimista, ya que el lustrador de zapatos hace un balance negativo a partir de todo lo que le cuenta la gente. Y ahí el tema regresa a la política.
"Los políticos no le toman la opinión a uno, al pueblo. A los que somos obreros nos dan una miseria, un cachito, y ellos, ¿cuánto se suben?", explica. "Yo me preocupo de mi pega", reitera.
A la conversación se suma su único acompañante en la profesión que desempeña en la plaza, Ricardo San, quien recuerda el paso de un regimiento completo por sus cepillos, cremas y paños. "Venían desde el Telecomunicaciones", expresa San. Antes se hacían hasta 30 mil pesos al día, pero ahora pueden llegar hasta los cuatro mil.
San le echa la culpa a la remodelación de la plaza, cuando fueron construidos los estacionamientos subterráneos. Junto a eso, el zapato se volvió más sintético, explica Francisco.
Ya que como lustrabotas no es suficiente lo que puede ganar, actualmente Mery trabaja por las noches en las obras de remodelación de la caleta Riquelme. Ahí entrega sus servicios para una empresa constructora y deja atrás las quejas de sus clientes ante la realidad.J