Asalto en la frontera: la terrorífica experiencia de los trabajadores de Geotec
Aquella mañana de trabajo que debió estar enmarcada en la rutina que a diario realizan, terminó por convertirse en el momento más tenso de la vida de siete trabajadores y que por suerte - como ellos mismos describen- no terminó en un trágico final.
Se acercaba el mediodía y era tiempo de retornar al campamento para almorzar. Los cinco trabajadores junto a dos guardias de seguridad se distribuyen en tres camionetas para emprender el viaje. Esto, luego de haber realizado trabajos de retiro de una bomba de agua del pozo 1 en el sector Coposa Norte, cercano al hito 60.
Nada fue distinto en el recorrido hasta que de forma sorpresiva, aproximadamente seis hombres comienzan a disparar contra el primer vehículo.
PRIMER ATAQUE
Sin darles tiempo a pensar qué ocurría, cuatro de las víctimas solo atinaron a agacharse y cubrirse de los tres disparos que -según narran- impactaron en el parabrisas. Pese a ello, la lámina de seguridad que esta posee los salvó de milagro y es así que hoy pueden dar testimonio de este hecho.
Sin poder huir, son tomados a la fuerza por los asaltantes quienes los bajan de la camioneta para luego reducirlos a golpes. "Nos quitaron los teléfonos celulares. Gracias a Dios no tuve tantos golpes más que patadas pero a algunos de mis compañeros les dieron patadas y a otros con la culata del arma", relata una de las víctimas.
Sin embargo, por ser de día, a diferencia de anteriores sucesos similares, los trabajadores pudieron observar a sus atacantes, más aún porque -de acuerdo a lo que describen- dos de ellos no estaban encapuchados.
"Uno era moreno con acento boliviano y el otro era blanco y andaba con lentes de sol, habían otros con acento chileno, eran 'cabros' de 25 a 28 años, y los otros eran mayores. Estaban vestidos con ropa de camuflaje color verde con beige, todos portaban armas largas", agrega.
Reducidos y sin posibilidad de pedir auxilio, las víctimas fueron abandonadas en el camino, en tanto los asaltantes emprendieron una persecución contra las otras dos camionetas que, tras lograr retroceder, huyeron del lugar.
HUIDA Y RESCATE
Los siguientes minutos para Daniel Jara y los dos guardias de la empresa G4S fueron los más angustiantes que han podido afrontar en sus años de vida.
"Yo venía en la segunda camioneta de copiloto y fue todo tan rápido que dije 'oye mira un animal viejo' y cuando veo que tenían un fusil de guerra disparándonos y los tiros sonando en medio de las rocas, le dije al colega de la camioneta 'retrocede, retrocede viejo' ", cuenta Jara.
Asegura que la decisión de hacer retroceder la camioneta les salvó la vida a él y los dos guardias ya que, una vez hecho esto y al mirar por el espejo retrovisor, se dio cuenta que eran dos personas que desde el vehículo en el que estaban sus compañeros, los seguían y disparaban.
En ese instante, el guardia, que conducía la segunda camioneta donde viajaba Jara, toma un camino que luego les permite retomar la ruta inicial con destino al campamento.
"Eso nos dio la facilidad de recoger a nuestros compañeros que iban caminando por la quebrada, les tocamos la bocina, uno de ellos asustado levantó las manos con un rostro macilento pidiendo auxilio y diciendo 'por favor no nos disparen", detalla el trabajador a quien su voz se le empieza a quebrar para luego continuar narrando: "al darse cuenta que éramos de los mismos le grité 'oye Quinteros sube a la camioneta, sube a la camioneta rápido".
El vehículo en el que viajaba Jara se salvó de ser impactado, pero la tercera camioneta que era conducida por otro guardia no tuvo la misma suerte, ya que recibió tres disparos. Dos cayeron en las puertas del piloto y copiloto y uno en el espejo del conductor, es decir, eran disparos que -según precisa el trabajador- iban directos a reducir al guardia para poder apropiarse del vehículo.
Ya más tranquilo y pensando en lo sucedido, Jara analiza el hecho y llega a la conclusión que fue el desnivel del terreno lo que impidió que los disparos llegaran al objetivo de los asaltantes, logrando así salvar sus vidas.
ASALTO ANTERIOR
Volviendo aproximadamente siete meses atrás, un hecho similar afrontaron otros cuatro trabajadores de Geotec. En aquel entonces Jorge Torres, fue uno de los afectados y tras lo sucedido el martes volvió a revivir aquellos momentos. "Ahora me vinieron todos los recuerdos. Hoy (ayer) debo viajar a Tarapacá a faena pero no volvería al hito 60. Puedo trabajar en cualquier otro pozo pero en ese me niego, pues ya está claro que las medidas de seguridad son insuficientes", recalca.
Desde aquel entonces, Torres dice que "de todos los compañeros que estuvimos la noche del 30 de marzo, solo yo volví. Están con licencia psiquiátrica o como Juan Torres que aún no se recupera de su lesión por la bala que se alojó en su pierna".
Tras estos dos asaltos ocurridos este año los trabajadores expresaron sentir temor de volver a terreno y que un día tranquilo de trabajo vuelva a convertirse en apenas segundos, en un hecho que por poco les cobra la vida. J