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Estrés vehicular

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Las obras viales que se están desarrollando en este histórico puerto, tienen sumidos a los automovilistas en un verdadero caos. Son miles los autos que diariamente circulan por las calles y avenidas de Iquique, teniendo que lidiar con el tránsito cortado de las arterias del centro de nuestra ciudad. Además el encontrar estacionamiento se ha convertido en una verdadera pesadilla, observando autos parqueados en lugares insólitos.

Este hecho está generando el aumento de los niveles de estrés, agresión, disminución de tolerancia en la población, hecho que se percibe en los conductores que vivencias diariamente los nudos viales acaecidos en las horas de alto tránsito. Asimismo existe una creciente nube de smog que se puede percibir desde el sector sur de la ciudad.

Este estrés vehicular, puede incidir negativamente, afectando directamente su núcleo familiar, laboral e individual. Estamos en el momento exacto para que dentro del plan regulador de la ciudad, se realice una adecuada planificación sobre este tema.

Iquique es una de las pocas ciudades de Chile, dónde todos los miembros de una familia prácticamente poseen autos y son utilizados individualmente. Además hay una gran cantidad de vehículos que no deberían circular ya que emiten gases contaminantes.

Nuestro borde costero tiene una de las ciclovías más hermosas de Chile, hay que fomentar el uso de la bicicleta como medio de transporte. Cada vez son más las personas que se transforman en ciclistas para acudir a sus trabajos. Una buena alternativa ya que incentiva la descongestión vehicular y fomenta el buen estado físico.

Por eso se hace necesario que se apliquen planes de contingencia para prevenir un futuro colapso total de la rutas viales de la ciudad, situación que puede ser evitada si es que los encargados de definir políticas y tomar decisiones sobre este tema, adquieran consciencia de lo prioritario que se hace la regulación del parque automotriz a nivel local.

Futuro de Alto Hospicio

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Casi siempre se asocia a los niveles de vulnerabilidad de sus pobladores y por años se consideró como una ciudad dormitorio. Ahora a 11 años de su fundación como comuna, Alto Hospicio es mucho más que eso.

En su territorio comienzan a surgir cientos de emprendimientos y a la vez empresas han llegado para instalar sus galpones y dar vida a una gran zona industrial que cada día toma más forma.

Un ejemplo, es el de la Zona Franca de Iquique que con una inversión que supera los 70 millones de dólares, instaló un Parque Empresarial de 122 hectáreas.

La ocupación del parque supera el 20%, con la instalación de consorcios chinos que entre otros rubros trabajan con la elaboración y ensamblaje de paneles solares.

Pero también hay otros empresarios de distintas empresas que prestan servicios a la gran minería, que desde hace algunos años han comenzado a cambiar sus oficinas y talleres a Alto Hospicio.

En este sentido, la ciudad tiene varios elementos que la pueden transformar en un polo de desarrollo y productivo en el mediano plazo, sobre todo por la saturación que ha alcanzado Iquique, y por su posición estratégica, entre los centros mineros y los terminales portuarios.

Grandes espacios de terreno, y la seguridad que ofrece una ciudad que por su ubicación geográfica no es afectada por los tsunamis, hacen que sea un excelente sitio para la actividad industrial.

El potencial existe, sin embargo es el gobierno quien debe apuntar a que éste se transforme en desarrollo.

Hoy la carretera concesionada le permite una mejor conexión vial, sin embargo mucho se puede hacer para mejorar el déficit de pavimentación, áreas verdes y espacios de esparcimiento.

Además es necesaria la colaboración de todos los sectores para que proyectos como el hospital, el cementerio, teleférico y tribunales se realicen con la mayor celeridad posible. En momentos donde la inversión privada tiende a flaquear es necesario que el Estado haga su parte.