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Recuerdan a sus muertos con flores de hojalata

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Un verdadero viaje al pasado vivió un grupo de pampinos, que recorrió varios cementerios de las exsalitreras de la región, para rendir un homenaje a sus muertos con coronas de flores de hojalata, a la antigua usanza de estas áridas tierras.

Cerca de 60 personas, la mayoría de ellos adultos mayores, partieron temprano rumbo al interior, para culminar con un proceso que se extendió por dos meses en un taller de confección de flores de hojalata.

Éste nació de la inquietud de una pampina, que a diario se empeña por preservar este patrimonio. "Desde niña me motivaba a visitar los cementerios con mis papás y siempre me iba con pena porque veía tumbas en que nadie dejaba una flor", relató María Moscoso, quien hace seis años creó un taller de elaboración de flores de papel con los integrantes de las diversas agrupaciones de pampinos.

No era un grupo tan numeroso, pero lograron producir 500 coronas. "Yo aprendí mirando a mis padres y a mis abuelos, se hacen con papel de seda, (volantín) engrudo y alambre porque las otras flores se secaban muy rápido", comentó María.

Terminadas las coronas surgió la interrogante de cómo las irían a dejar sin contar con un vehículo. Fue así como esta vecina, nacida y criada en la salitrera Humberstone, golpeó las puertas de SQM, que se interesó en promover esta actividad y efectuar una romería para depositarlas en los antiguos cementerios.

Esto motivó aún más a los integrantes de este taller, que decidieron aprender un arte fúnebre tan característico de la pampa, como son las coronas de hojalata, que antiguamente se elaboraban con los tambores de petróleo o las latas de conserva.

Hoy recurren a las planchas de las imprentas para moldear diversos modelos de flores, que con los años se han perfeccionado dando vida a diversos diseños.

Una tarea nada fácil, ya que antes debieron recorrer varios cementerios, fotografiar las antiguas coronas y asesorarse por el profesor de arte Humberto Alache, que permitió dar vida a este taller que busca preservar este patrimonio.

De esto pasaron cuatro años, en que estos pampinos fueron perfeccionando su técnica e instituyeron las romerías a las exsalitreras. Como la vivida ayer por estos pampinos que llegaron hasta el cementerio de Lagunas (Pozo Almonte) distante a 147 kilómetros de Iquique, para recordar a quienes descansan en este olvidado cementerio; como una forma de preservarlo y mantener en su memoria toda la historia y tradición de las exoficinas salitreras.

Acompañados por una marcha fúnebre interpretada por una banda de bronces, los propios creadores de estas flores ingresaron a este camposanto para depositar las coronas en las características tumbas de pino oregón, brindando un poco de colorido al constante café del desierto.

Antes de esto y fiel a la fe y devoción de los pampinos, compartieron una oración por el eterno descanso de quienes quedaron en estos inhóspitos parajes.

"La idea es dar un homenaje y tributo a tanta gente que quedó en la pampa, que vino de Europa, Perú, Bolivia, Argentina y de los campos chilenos, que llegaron enganchados a trabajar a la pampa con la idea clara de ganar mucha plata y no fue así, pero ellos hicieron patria, hicieron familia y forjaron futuro", argumentó María Moscoso.

Finalizado este discurso, cada pampino vivió una íntima conexión con el pasado al recorrer cada tumba del cementerio y dejar una corona de flores en señal de que siguen vivos en su memoria.

"Venir a la pampa era duro...a las 12 del día prácticamente nos estamos derritiendo, pero así trabajaron, imagina el esfuerzo de ese hombre que llegó de tan lejos para mantener a todo un país, ya que el 60% del erario nacional se llevaba del norte", reflexionó María.

Esta experiencia pasó de boca en boca e interesó a los habitantes de María Elena, la última oficina salitrera del país, que también quiso rescatar la técnica, que había quedado relegada por las coronas de plástico, ya que en el norte las flores son un lujo y no perduran.

Finalmente este año, la iniciativa se replicó en Quillagua y Tocopilla, donde las romerías visitaron los antiguos cementerios de Gatico y Cobija.

"La idea es el rescate del patrimonio no tangible, este arte funerario de la pampa que era hacer coronas de flores de hojalata, ya que en el desierto es imposible que puedan mantenerse por mucho tiempo", concluyó Carolina Guzmán, jefa de comunicaciones y comunidad de SQM de Tarapacá. J