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Tatuadores y su pasión por dibujar en la piel

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La pasión por ilustrar los reúne a diario en sus tiendas donde reciben a quienes deseen plasmar en su piel alguna marca, símbolo o nombre que llevarán por el resto de sus vidas.

Los tatuadores son cada vez más cotizados por sus años de experiencia y la calidad de sus dibujos. Paralelamente, las personas aceptan esta creciente tendencia que dice que, en un futuro cercano, el 80% de la población mundial tendría un tatuaje, según especialistas de la revista Savage.

En un recorrido por Iquique se ven, en diferentes puntos del centro de la ciudad, tiendas donde se realizan tatuajes. Algunas poseen mayor trayectoria y están dedicadas a encontrar el diseño adecuado para que el cliente salga satisfecho por el trabajo realizado, mientras hay otras que sólo apetecen sumar un dibujo en la piel de las personas con un objetivo más comercial.

Así lo asegura un grupo de amigos que trabajan en el taller "Línea Negra", que desde hace dos años está ubicado en el calle Latorre.

"Hay personas que sólo se dedican a tatuar porque dibujan bien, pero no 'cachan' bien de composición y de mezclas de colores. Ser tatuador es un oficio como ser zapatero y para ser bueno o llegar a ser maestro se requiere de una vida entera", afirma Sebastián Encina quien lleva diez años en el rubro.

Con tatuajes en gran parte de su cuerpo, Encina recuerda sus inicios entre tintas y agujas cuando trabajó en una bencinera. "Tuve un compañero que tenía tatuajes en sus nudillos y subía como una manga por su brazo. En ese momento aluciné e imaginé cómo lo arreglaría para mejorarlo. Cuando terminé de trabajar ese día, con lo impulsivo que soy, partí a comprar las primeras tintas y agujas para iniciarme en los tatuajes", confiesa.

ADIÓS al estigma

En el país la tendencia es reciente y de a poco se va perdiendo aquel estigma de que una persona tatuada sea mal vista, según cuenta David Núñez, quien tatúa profesionalmente hace cinco años.

"En Chile las personas llegan con sus diseños, pero nosotros tratamos de mejorarlos y conversar con ellos de la zona en donde lo quieren utilizar, porque es fácil llegar y decir que 'quiero hacerme una pirámide junto a la cara de mi hija en el cuello'", dice Núñez, quien agrega que "el tatuaje tiene que mantenerse en el tiempo, no es una hoja de papel que va durar siempre. El tatuaje tiene que estudiarse con el fin de que dure y se entienda dentro de 20 o 30 años más", detalla.

Misma opinión tiene Denny Villaverde, conocido en el rubro como "Toparpa", quien en temporada alta llega a Iquique desde su natal Perú para mostrar su destreza con las tintas en la tienda "Tatoo Ink" de calle Latorre.

"Me han llegado personas de 45 años que después de haberles dado todo a sus hijos tienen ganas de hacerse un tatuaje. La edad dejó de ser una limitante, ya sea también por el tipo de trabajo que tengas", agrega.

Al respecto, según enfatiza Sebastián Encina, con el paso del tiempo ha tomado fuerza darle valor a la piel con diseños artísticos. El tatuador añade que la no tan antigua percepción del tatuaje "canero" o carcelario ha descendido en nuestro país, al mismo tiempo que las técnicas en tatuadores han mejorado para dar mayor calidad a sus trabajos.

El tatuaje podría tener su origen en las antiguas civilizaciones de América del Sur con la cultura Chinchorro, pues no existe una data exacta, pero sí han transcendido a lo largo de la historia tomando sofisticados instrumentos para trabajarlos, de los que se encuentran fácilmente en tiendas para quien quiera emprender en este trabajo.

"Hoy cualquier persona que le guste dibujar puede dedicarse a este oficio, la idea es que se dediquen y puedan ir mejorando las técnicas, porque es fácil tener las herramientas y creerse un tatuador", remarca Encina.

Los estilos más solicitados en nuestra angosta franja de tierra son los triviales, los maoríes, y estos últimos años ha tomado fuerza el estilo neo tradicional con líneas delgadas y gruesas con colores acuarela. Los que han transcendido en el tiempo son los de estilo tradicional americano, tradicional japonés y el polinésico con sus diferentes símbolos y letras.

El clásico tatuaje americano con imágenes icónicas basadas en marineros, anclas, dagas y rosas de principios del siglo XX es llevado a las técnicas actuales de limpieza gráfica. "Por eso se puede ver a un taxista con un tatuaje de sirena de hace cuarenta años. Alucino con eso, porque se ve cómo quedan los dibujos después años", dice entusiasta Encina, quien se defiende de la "farandulización" de los tatuajes por la exposición que ha tenido en los medios.

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"En Norteamérica existe un sondeo que dice que de cada 10 personas cuatro tienen tatuajes, y todo apunta que en nuestro pasará lo mismo. Cuando el cliente viene a tatuarse nosotros le enseñamos sobre esta cultura", explica.

COMPETENCIAS

La importancia de mostrar sus trabajos en las murallas de sus tiendas es más importante que participar en exposiciones o competencias, pues los tatuadores dicen que en éstas sólo se miden los egos ostentosos por los trabajos que tal vez no tienen un buen desarrollo.

En ese punto el tatuador David Núñez comenta que "las veces que hemos participado mostramos nuestros trabajos y si quieren ser tatuados hacemos esos trabajos y listo, pero muchas veces que sólo participamos en stands, no competimos".

En tanto Denny Villaverde, quien lleva 24 años en el rubro, afirma que dejó de participar en las competencias hace ocho luego de obtener un segundo lugar en Bogotá. "Gané en realismo con sombras, pero llegó un punto en que me estanqué en la reinvención", cuenta.

Aunque para este grupo de tatuadores resulta más importante mostrar los trabajos colgados en las tiendas que en concursos, sí participan en las convenciones que realiza la agrupación "Hell Angels" todos los veranos en Iquique donde comparten con el público parte del trabajo que con pasión realizan a diario. J