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Lo que se dice y lo que se hace

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Una de las virtudes más necesarias en nuestros días, sin duda es la consecuencia. Por ella, entendemos aquel ejercicio básico de sintonizar aquello que se piensa, se dice y finalmente se hace. Digo esto, dado que cada vez la ciudadanía espera no sólo un mayor ejercicio de esta virtud en el ámbito de sus autoridades e interlocutores políticos.

La última encuesta del Centro de Estudios Públicos, reveló que las tres instituciones en las que más confían los chilenos son Carabineros, Policía de Investigaciones y las Fuerzas Armadas. Al otro lado de la balanza continúan los partidos políticos, los que según este estudio de opinión, generan apenas un 3% de confianza entre la ciudadanía. Si a lo anterior sumamos, el espacio de construcción de la política, como una tribuna para el desprestigio de las instituciones, para la denostación personal y para las acusaciones temerarias, so pretexto de un supuesto interés por los problemas de la región que muchas veces disfraza intereses particulares alejados del bien común, no podemos esperar avanzar en uno de los más nobles sentidos de la política, que es construir una mejor sociedad.

Robert Putnam, politólogo, señalaba como un elemento esencial del desarrollo de una sociedad virtuosa, el generar capital social construyendo relaciones cívicas en base a la confianza a nivel ciudadano y de sus instituciones políticas. Esa perspectiva es nuestro fundamental eje de trabajo, pues nuestra responsabilidad como actores políticos es orientar a nuestra ciudadanía y trabajar por la concreción de nuestros sueños colectivos.

Por ello, no comparto, en lo absoluto, las prácticas políticas basadas en la acusación fácil, en la afirmación carente de sustento y, sobre todo, en la inobservancia de las normas del debido proceso, sea este administrativo, judicial o político. Creo que ya es tiempo de dar paso a otra forma de hacer política: aquella que nuestros ciudadanos esperan, basada en la consecuencia, en la responsabilidad, en la eficiencia y en la probidad.

Como autoridad, hago un llamado a obrar con transparencia, rectitud y consecuencia. Eso es, justamente, lo que Tarapacá demanda, lo que nuestra región necesita.

Vivir sobre un suelo salino

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Cuando en la década de los '80 comienza el poblamiento masivo de Alto Hospicio, este se realizó sin ningún tipo de planificación. Iquique estaba saturado y en vez de hacer una planificación para que creciera hacia el sur, en camiones se llevó a poblaciones enteras a vivir en improvisadas viviendas.

Luego en la década del '90, con la llegada de los gobiernos de la Concertación se iniciaron los primeros proyectos habitacionales, pero al igual que antes, no hubo un plan serio de urbanización.

Es en el gobierno de Eduardo Frei y luego en el de Ricardo Lagos donde se avanza más en esta materia, pero igual muchas cosas quedaron al debe, entre ellas, que nadie se detuvo en las condiciones que tenía el suelo para que personas pudieran vivir.

Lo agreste del paisaje hizo que los nuevos vecinos intentaran poner algunas áreas verdes o, como la costumbre lo manda en el norte, mojar la tierra para evitar que la "chusca" se levante; sin embargo no contaban con que las condiciones salinas del terreno que llegan al 20%, nueve veces más de lo normal, haría estragos con el tiempo.

A esto se sumaron las filtraciones de tuberías que estaban demasiado superficiales para las condiciones del terreno.

Actualmente, según el catastro del Ministerio de Vivienda unas 1.800 casas estarían afectadas por los conocidos socavones; sin embargo existe un peligro latente y serios riesgos de colapso en la mayoría de los sectores de la comuna, de acuerdo a los últimos estudios de Sernageomin.

Si bien los subsidios que dispuso Vivienda para las reparaciones son una buena medida para que los vecinos resuelvan el problema inmediato, sería interesante buscar soluciones ingeniosas que permitan trabajar sobre los barrios afectados y las construcciones a futuro.

Los alto hospicianos tienen claro que deberán vivir con las restricciones que significa habitar sobre suelos salinos, sin embargo debido a que el Estado es responsable de que esta comuna exista, es necesario buscar soluciones que permitan contar con áreas verdes que le den mayor colorido a una ciudad cada vez más pujante.