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Habitantes de los pueblos del interior luchan por mantener sus tradiciones ancestrales

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L a región de Tarapacá es conocida por sus característicos bailes, sus típicas comidas y, más todavía, por la fuerte influencia aymara en todas sus tradiciones.

Pero el rescate de estas tradiciones en todo Tarapacá, no ha sido fácil, por lo menos así lo dejaron entrever algunos pobladores de Camiña.

Como Elías Vilches (54), oriundo de Camiña quien ha visto como cada vez cuesta más mantener esta cultura como la de las comparsas del Sikuri y los bailes del chuncho.

"En el pueblo de Camiña existían los bailes chunchos. Los mayores antes recorrían los pueblos con este baile", mencionó.

De esta forma dando a entender que muchas de las tradiciones se quedaron con la gente más adulta, aunque la lucha se está dando en las escuelas. Así lo confirma Wilma Cáceres (36), camiñana experta en el baile del "Pastorcito".

"Gracias a Dios nosotros tenemos en los liceos, en los colegios, profesores aymaras que rescatan todas nuestras costumbres, vestimentas y nuestra lengua", acotó.

De todas formas la camiñana no niega que se han perdido un poco las tradiciones, pero insiste en que todos los pobladores más adultos están en la misión de rescatar estas antiguas tradiciones.

"Aunque las generaciones que hay actualmente están más modernizadas no debemos perderlo. Nuestras fiestas, las vestimentas, yo me siento orgullosa, De hecho yo tengo una hija de 13 años a la que trato de inculcarle que esto es de nosotros, de los aymaras", sostuvo.

Este argumento de la camiñana queda respaldado con Visnnia Arnez (24), quien a diferencia de muchas jóvenes de su edad, ingresó a bailar la danza caporal.

"Lo había visto en los carnavales y me llamó la atención. En los colegios se practica y yo estaba en un conjunto folklórico. Yo bailaba zambo y me gustó el caporal, pero es muy distinto", puntualizó.

De igual forma, la joven lanzó una crítica a la gente de su edad ya que dijo que ahora están mas interesado en el internet y otras cosas.

"Las personas ahora tienen cero interés y pasan metidas en Facebook y Twitter", precisó.

Para Rosa Mamani (24) la familia es muy importante para mantener estas tradiciones, ya que son el primer transmisor de la riqueza de sus orígenes.

"De familia te van pasando ese gusto por vestir el traje del Sikuri y uno se va motivando y se da el gusto de bailar. Pero no desconozco que a la gente de mi edad no le gusta mucho. Generalmente se dedican a otras cosas porque hay muchos jóvenes que estudian y con estos bailes igual hay que dedicarle tiempo para bailar y para los ensayos", indicó.

GENERACIONES PERDIDAS

Por otra parte para el presidente de la Agrupación de los Pueblos Indígenas Unidos, Alejandro Capetillo, los jóvenes de los pueblos originarios ahora están muy interiorizados de las temáticas, pero si reconoce que hubo dos "generaciones perdidas".

"Son aquellas que no se interesaron en nuestras cultura y hoy en día con los jóvenes se ha ido recobrando sobre todo en la parte medioambiental, la defensa territorial y la herencia cultural", señaló.

Capetillo es de Mamiña, pero su señora es de Sibaya, y él asegura que en ambos pueblos la juventud está muy consciente de su herencia.

"La tradición de generación en generación se mantiene, como las fiestas religiosas. En Mamiña existen tres bailes religiosos y en Sibaya existe una morenada. Entonces se ha ido sacando adelante eso", acotó.

El dirigente detalló que los jóvenes de estos pueblos aunque se van a especializar a universidades a Antofagasta y Santiago, después vuelven a ayudar a sus respectivos poblados.

"Vuelven para las fiestas patronales para bailarles al señor de Mamiña y en Sibaya en la Asunción de la Virgen", destacó.

Capetillo recordó que el eje principal de la economía de los pueblos del interior es la agricultura y por lo mismo como agrupación, junto a los jóvenes, han hecho muchas inversiones para proteger los recursos naturales de las compañías mineras que se han instalado en estas zonas.

"Hemos hecho todo un trabajo territorial para prevenirlos de los proyectos de inversión en carpeta que hay acá en la provincia del Tamarugal. Hemos fortalecido las comunidades indígenas y hacemos levantamientos territoriales para que cuando estas empresas levanten sus estudios de impacto ambiental, nosotros podamos por lo menos decir acá estamos presentes y poder con ello llegar a instalar un diálogo", advirtió.

LENGUA

Otro aspecto que está en rescate en los poblados del interior de Tarapacá son las lenguas originarias, como la aymara.

En Chile existe una Asociación Nacional de Lengua Aymara, que es presidida por Eva Mamani quien es crítica respecto al resguardo de la cultura y la lengua.

"Es preocupante esto, porque para mí la lengua mueve la cultura.Ya no se habla este idioma, los jóvenes no lo están considerando. No se está actuando como aymaras", reconoció.

Ella cree que la situación era diferente cuando las familias vivían en los poblados, desde que viven en Iquique, Hospicio u otras ciudades urbanas se vieron "absorbidas".

La dirigente cree que con la llegada de internet ellos asimilaron otras culturas y para Mamani el Estado tiene mucha responsabilidad en lo último. "Desde hace muchos años atrás que el Estado chileno no se preocupó de valorizar esta cultura", aseveró. J