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Confirman que líder de ataques murió en redada y surgen críticas a controles

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Todavía bajo el impacto de los atentados del viernes pasado, Francia halló ayer cierto motivo de alivio al conocer que el hombre que organizó la masacre y que presumiblemente planeaba volver a golpear al país cayó el miércoles en la operación antiterrorista de Saint-Denis.

Acribillado hasta hacerlo irreconocible, el cadáver de Abdelhamid Abaaoud apareció entre los escombros de la batalla campal que se libró en un departamento de la periferia parisina.

Sólo las huellas dactilares permitieron identificarlo. Su destrucción era tal que la Fiscalía ni siquiera pudo precisar si había detonado su chaleco de explosivos para suicidarse.

El fiscal François Molins había anunciado el miércoles que el hombre no estaba entre los detenidos, pero dejó abierta la posibilidad de que fuese uno de los terroristas fallecidos en el asalto.

Con la información entregada ayer se confirma que fueron tres los terroristas muertos en la operación. Los otros dos eran una mujer que se inmoló con un chaleco con explosivos, identificada por los medios como Hasna Aitboulahcen, supuestamente prima de Abaaoud; y un hombre cuya identidad se desconoce.

Aunque el éxito de la redada de Saint-Denis concedió una breve tregua, Francia se pregunta cómo es posible que semejante número de yihadistas, decididos a morir matando, se infiltrasen en su territorio sin ser alertados.

Los datos que se han conocido sobre el reciente viaje de Abaaoud entre Europa y Siria hablan de una libertad de movimientos sorprendente para una persona cuya implicación en los últimos atentados era conocida por los servicios franceses.

Este belga de origen marroquí (28) estaba detrás de "cuatro de los seis atentados evitados o fracasados desde primavera (boreal)", reveló el ministro galo de Interior, Bernard Cazeneuve.

Su papel en los ataques del viernes fue "determinante", según Cazeneuve, pero falta por concretar en qué consistió.

El primer ministro, Manuel Valls, se refirió a él como "uno de los cerebros" de los ataques.

El cabecilla ya había sido condenado en Bélgica a 20 años de cárcel por su participación en el reclutamiento de yihadistas y era objeto de una orden de busca y captura internacional.

Presuntamente cercano a la cúpula del Estado Islámico y a su líder, Abu Mohammed al Adnani, el yihadista había comenzado su carrera criminal como la mayoría de los implicados en los atentados del 13-N: un delincuente común que se radicalizó.

Medios franceses informaron que el comando de Saint-Denis habría tenido previsto atentar contra el principal aeropuerto de París, el Charles de Gaulle, y contra La Defénse, el gran barrio de negocios de la capital gala.

Tras la confirmación de la muerte de Abaaoud, los investigadores se centran ahora en la búsqueda de otro de los supuestos organizadores de la matanza, Salah Abdeslam, también belga. J