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Valentina, la cantante de 'K-Pop' que descubrió su sangre y alma asiática

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La historia de la cantante de "K-Pop" (pop coreano) Valentina Daniela González Quiroz no comienza precisamente en Tejas Verdes, V Región, sector de residencia durante sus 22 años de vida que cumplió justamente ayer (13 de noviembre de 1993).

En El Convento, localidad rural perteneciente a la comuna de Santo Domingo, la familia por parte de su madre, Isabel Quiroz, tiene parte importante de sus raíces. Valentina comenzó a visitar la zona de chica. Iba muchas veces junto a sus familiares, aunque seguramente nunca imaginó que durante uno de sus viajes, encontraría una respuesta a muchas dudas en su forma de ser y su personalidad.

oído musical

Valentina vive actualmente en Tejas Verdes, exactamente en calle Joaquín Robledo junto a su padre Eduardo González Ortiz y su hermano Eduardo González Quiroz. Esa ha sido la casa de toda su vida. Desde allí partía todas la mañanas hacia el Instituto Comercial, institución donde cursó la enseñanza media. Egresó de cuarto medio y estudió Técnico en Enfermería, carrera de la que se tituló.

Su padre Eduardo siempre ha sido amante de la música. Toca la guitarra y le encantan los karaokes, sobre todo cantar la letra al corazón de aquellos clásicos del ídolo argentino Sandro. "Siempre hubo música en mi casa", reconoce Valentina, quien de pequeña fue parte del grupo folclórico familiar que tocaba cuecas y tonadas para Fiestas Patrias y otras celebraciones. Su tema favorito para entonar y cantar era "La rosa y el clavel".

Ya de adolescente, junto a cerca de diez jóvenes del vecindario, formaron el grupo de baile bautizado "Ballet de San Pedro". La idea era participar dentro de las actividades de celebración de San Pedro, patrono de los pescadores artesanales. Así fue como se pararon en el escenario realizando presentaciones de baile árabe, folclore y la música de moda.

Era 2009. Y en esa época la música de moda era el "K-Pop". El ritmo proveniente desde Corea del Sur estaba haciendo furor en diferentes grupos de jóvenes a lo largo del país. "Con el mismo grupo que teníamos empezamos a conocer el pop coreano. A mí en lo personal me gustó de inmediato, fue como si lo hubiera escuchado de toda la vida", recuerda Valentina.

mirando a corea

El "K-Pop" entró como una inyección de adrenalina en las venas de esta joven sanantonina. Le quedó dando vueltas el ritmo, la música, la tonalidad de sus vocalistas. Hasta que una tarea en el Instituto Comercial ayudó a confirmar sus intuiciones.

"Me tocó exponer sobre las exportaciones de Corea del Sur, y la música tenía un puesto importante dentro de este parámetro. Comencé a ver videos en Youtube, a bajar música por internet, y así fui aprendiendo mucho sobre el pop coreano", explica.

Dentro de los grupos coreanos que comenzó a conocer, Valentina recuerda a a Shinne, SNSD, y F(X). Todos los días, a toda hora, sus oídos escuchaban una música compuesta a miles de kilómetros de San Antonio, pero que la hacía vibrar igual que a un adolescente asiático.

Traduciendo letras

Pero lo más impresionante es que de tanto escuchar canciones en coreano, hace dos años comenzó a manejar el idioma. Así tal cual. Sin profesor ni cursos por internet. Valentina pudo, por sus propios medios, traducir las canciones que escuchaba todos los días.

"Aunque suene raro, pero aprender coreano fue muy fácil. Aparte de la música, también miraba teleseries o películas y así fui aprendiendo. Las letras de las canciones hablan del amor, del desamor o de los problemas de los jóvenes. Es prácticamente lo mismo que las canciones pop de acá", dice Valentina.

Ella misma reconoce que cuando veía los problemas de la juventud coreana en las teleseries que transmitían algunos canales nacionales y de cable, se sentía totalmente identificada. "Sentía que representaban lo que me pasaba a mí. Siempre sentí que tenía una parte oriental muy desarrollada, incluso en mi forma de ser", cuenta Valentina, quien aparte de coreano también habla inglés, y en estos momentos está estudiando japonés.

el convento asiático

Tanta conexión con la cultura coreana no podía ser casualidad. Eran muchas las señales que daban a entender que por la sangre de Valentina corrían antepasados asiáticos.

Hasta que un viaje de esos familiares a El Convento descifró todo el puzzle. Estaba junto a una prima, cuando viejos habitantes de la localidad rural de Santo Domingo le comentaron a Valentina que era muy probable que tuviera antepasados orientales.

"Me comentaban que en los tiempos de la abuela de mi madre Isabel Quiroz, llegó un caballero asiático, no saben si japonés o chino, que lo trataban muy mal donde trabajaba, así que fue acogido por la familia de la abuela de mi madre", cuenta Valentina, quien después de ese acto, casi de realismo mágico, vivido en las polvorientas calles de El Convento, comenzó a entender y a comprender el porqué de su facilidad para aprender coreano o su afinidad a la cultura asiática.

futuro en el k-pop

A sus 22 años, Valentina Daniela González Quiroz desea solventar una carrera como cantante de "K-Pop" pero no en Chile, sino que nada menos que en Corea del Sur.

Debido a su facilidad con el idioma, ha enviado varios videos cantando en coreano a diferentes audiciones para ser revisados por productores que se encuentran en el país asiático. La recepción ha sido muy buena, y el hecho que sea chilena les llama mucho la atención a quienes la escuchan.

"Mi intención es poder viajar a Corea del Sur en febrero del próximo año por un período de seis meses. Tratar de hacer la mayor cantidad de audiciones allá en vivo, y si se da la posibilidad de quedarme allá, sería mi gran sueño, y creo estar preparada para consolidar una carrera como cantante en el mercado asiático", asegura Valentina, quien por causas del destino nació en San Antonio, pero cuya sangre y ADN al parecer tienen mucho de cultura oriental. J