¿Qué instancias o espacios de participación ofrece su escuela?, ¿Cómo propiciar una participación activa de madres, padres y comunidad?, ¿Qué apoyos requieren los docentes para incorporar en su labor pedagógica la diversidad cultural, el contexto familiar y las características individuales?. Esas fueron algunas de las interrogantes que se discutieron en el Diálogo Familia Escuela.

La actividad fue organizada por la Secreduc con el objetivo de recoger elementos que contribuyan a la actualización e implementación de una política de participación de padres, madres y apoderados en el sistema escolar.

"Queremos una escuela donde todas y todos aprendan, en la que se valoran las diferencias, donde todos intervienen activamente en el proceso educativo, abierta a la familia y al entorno, es sumar una escuela que aprende y colabora con otros actores en alianzas estratégicas y círculos virtuosos para mejorar la calidad de la educación", dijo Francisco Prieto, seremi de Educación.

La ponencia que abrió el diálogo destacó los innumerables beneficios de la participación de la familia en la escuela. En este sentido, para las familias, se evidencia una mejora de las expectativas, más conocimiento de los proyectos educativos y mayor satisfacción con los profesores. En tanto, para la escuela los beneficios de la participación de la familia se enfocan en aportar a la solución de los problemas, facilitar la tarea pedagógica y mejorar los resultados de aprendizaje. Para los estudiantes, los aspectos positivos redundan en mejoras en logros académicos, autoestima, convivencia, motivación y competencia social además de disminución del ausentismo y de los problemas en disciplina. J