Casi doscientos micros y pequeños empresarios del Círculo de Guías de Turismo Cultural de Iquique fueron certificados por el Sercotec, con el apoyo de Corporación de Desarrollo de Tarapacá, para preparar a profesionales, operadores turísticos y empresarios como guías turísticos.

José Zúñiga, presidente del Círculo de Guías de Turismo Iquique, agradeció el apoyo de las instituciones y sostuvo que "este es el pináculo de nuestra actividad, hemos podido contar una cantidad importante de recursos que nos permitió interactuar y aprender de académicos, historiadores y profesores que potenciaron nuestros conocimientos. Ahora tenemos la confianza en la labor que desarrollamos desde hace tanto tiempo, con el turismo cultural y patrimonial en la región".

El director regional de Sercotec, Patricio Ferreira, valoró el compromiso del gremio y dijo que "es un aporte para lo que nosotros esperamos y las aspiraciones que tenemos para nuestra región, un eje importante será el turismo y estas instancias lo fortalecen".

Mientras que Bárbara Rojas, gerente programa Turismo Corporación Tarapacá, manifestó que "este tipo de proyectos van en directa relación con generar mayor capital humano a la actividad turística". J

Nada más y nada menos que 105 años celebró este lunes Justina Cervantes Pozo, una vecina oriunda de la oficina salitrera Negreiros, quien con una lucidez que asombra repasó los momentos más importantes de su vida.

Como testigo de los últimos 100 años de la región, relató su infancia en Negreiros, donde el día a día estaba marcado especialmente por el paso del tren.

"Desde Pisagua llegaba hasta Negreiros y luego regresaba en la tarde porque iba hasta Lagunas", contó la abuelita, quien luego se trasladó hasta la oficina Santa Laura.

Tras la depresión de las oficinas con la irrupción del salitre sintético emigró a Iquique en 1940, ciudad a la cual le costó acostumbrarse. "Las oficinas eran pobres y habían puras calaminas, pero me gustaba vivir ahí", evocó.

Hoy pasa sus días con su yerno Samuel Jamett, quien comentó, que luego de los fallecimientos de su madre y el esposo de Justina. "Hicimos un pacto de cuidarnos los dos", agregó.

Pese a su edad, la abuelita camina, realiza algunos quehaceres domésticos y participa en el grupo folclórico Vivencias Nortinas.

Sobre sus dificultades de salud, explicó que "a veces se me apaga la luz y me cuesta escuchar". J