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Pascuero chileno es el único en Sudamérica con el título

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En la medida en que envejecía, Guillermo Burgos, comenzó a darse cuenta que tenía un parecido demasiado notorio con cierto viejito del Polo Norte. El hombre, jubilado de la Armada y voluntario de Bomberos de Talcahuano, decidió sacarle partido a su imagen rechoncha y querendona. Eso sí, él decidió transformarse en el mejor e, incluso, estudió en la Universidad de Santa Claus, en Estados Unidos, para conseguir una certificación que lo hace único en Chile y Sudamérica.

En el campus de Santa

En todo el territorio continental, explica el hombre de rojo, no hay otro viejito que tenga un título de la Universidad de Santa Claus, en Hollywood. Allí, relató, tuvo que hacer una serie de cursos y pruebas. Incluso le enseñaron a conducir trineos con renos y talleres de psicología infantil.

En el campus de Santa, contó Guillermo, no usan uniforme, pero todos tienen la misma pinta: son barbones y gorditos. El viaje, dice, lo hacen aspirantes de todo el planeta, para conseguir el certificado de "Santaclausología" que él enseña con orgullo.

Pascuero todo el año

Su trabajo, añade, es constante. "Me tengo que cuidar la barba durante todo el año, para que en diciembre alcance el largo perfecto que va entre los 45 y 50 centímetros. También debo cuidar la alimentación. Es importante tener una panza redondita, pero no hay que descuidar el resto del cuerpo. Hay que ser fuerte y ágil, para soportar el peso y el calor del traje", detalló el clon chileno de Papá Noel.

En su casa de Arenal, en Talcahuano, su historia es conocida, aunque los más chicos del barrio, los que aún creen en la magia del viejito, creen que él es el verdadero. Incluso su casa, pintada de rojo y blanco, tiene un aire que evoca la idea del pascuero viviendo en el Polo Norte. "Muchos niños creen que durante el año estoy de vacaciones ahí, así que por estos días mi casa se llena de cartas con deseos de Navidad. Hay veces en que salgo al patio y me encuentro con el jardín repleto con mensajes. Pero no me molesta. Me gusta eso, porque son hechas con cariño y mucha inocencia", afirmó Burgos.

A fin de año, eso sí, es muy difícil encontrarlo en casa. Desde noviembre comienza con los trabajos en empresas o centros comerciales. Su agenda es copadísima, ya que se lo pelean por su parecido, trato con los pequeños y la certificación que lo transforma casi en el mismísimo Santa.

-Fui a la Universidad de Santa, que está en Hollywood. Estuvimos estudiando ramos como la impostación de la voz, de trabajo en televisión y a manejar distintas situaciones con los niños. También nos enseñaron a cómo gestionar nuestros contratos. Otra cosa que aprendimos, fueron técnicas de maquillaje. También aprendí a manejar trineos.

-Sí. Los almuerzos y las onces eran para compartir y conversar. Intercambiamos experiencias de vida y de trabajo como viejitos. Eso sí, no andaba otro chileno. Yo soy el único en Sudamérica que ha estudiado en la escuela de Santa.

-Este año íbamos a viajar de nuevo, pero no nos alcanzó el tiempo ¡jo, jo, jo! Eso sí, el próximo vamos a tratar, porque siempre hay que ir actualizando los conocimientos, los trajes y los accesorios. Lo importante de los trajes que venden en Estados Unidos, es que su tela es más delgada y permeable. Van disipando el calor y cuando el Viejito Pascuero trabaja en países con Navidad en verano, eso es súper importante. El que ocupo ahora es espectacular.

-No, allá hay una tienda especializada, que le hace los trajes a todos los pascueros certificados del mundo. La mayoría de los que compran en la tienda de Santa en Hollywood.

-Yo tengo una página en Internet que se llama elviejitopascuero.cl en donde me han escrito otros ayudantes de Santa. Me piden hartos consejos y que les comparta un poco de lo que yo sé. Por ejemplo, me preguntan sobre la confección de los trajes. Muchos de ellos lo hacen por su cuenta para que queden parecidos. Han tratado de copiar algunos de los modelos, pero es bien difícil por las telas, materiales y detalles. Yo pienso que eso es bueno, porque así todos mantenemos una misma línea. Uno no puede ser egoísta con ese tipo de cosas así que siempre respondo. Hasta les doy datos de pega, porque no puedo abarcar todo el mercado.

-Una de las cosas que nos enseñaron en la Universidad de Santa fue que el trato con los más chicos tiene que ser muy humano, con mucho amor y cariño. Hay que preocuparse mucho de la parte psicológica. Ellos son muy susceptibles a las cosas que uno les diga. Muchos piden comida, que sus papás no peleen más o se reconcilien. Preguntan por cosas intangibles o relacionadas a la salud de ellos o su familia. Una vez una niñita me pidió que su abuelito dejara el trago porque se ponía muy pesado.

-¡Jo, jo, jo! El viejito tiene que preocuparse de esos problemas. En forma personal, he pedido los números de los familiares y los he llamado como el Viejito Pascuero, les he hecho saber lo que piden los niños, porque es un compromiso que adquiero con ellos".

-Pienso que la esencia de todo esto es la inocencia de los niños. Ojalá ningún niño se quedara sin recibir un obsequio, por más pequeño que sea. Yo por ejemplo, hago harta labor de beneficencia, es lo que más me llena. De verdad que hay niños que no tienen ni qué comer, pese a que ellos son nuestro futuro, hay muchos sin cuidados.

-¡Jo jo jo! Todos los años hay un juguete de moda. Este, por ejemplo, está muy de presente el tema de los Minions. Mis duendes en el Polo Norte están trabajando como locos. También están fabricando hartas muñecas de las Monster High que todavía están vigente, las piden harto las niñitas. Pero ninguna moda le gana a la bicicleta. Esa siempre es la reina de los regalos, la piden mucho.

El pascuero certificado confía en que el hombre de rojo nunca pasará de moda a la hora de pedir obsequios. Para él ni siquiera los encargos por Internet o compras en China son rival. "En el Polo norte tenemos WiFi así que si algún niño quiere encargarnos algo por correo electrónico también puede ¡jo, jo jo!".J