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Buona Fortuna…

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La próxima semana, el 10 de diciembre, Argentina dará un gran paso en su proceso interno, al asumir su nuevo presidente y que promete producir un cambio radical en su política económica. Las perspectivas del país pueden ser inmensas y aunque no es afán de este columnista opinar políticamente de estos hechos, es imposible no analizar cuanto puede influir desde la óptica económica, y los posible efectos que puede traernos, como americanos y además vecinos. Sin lugar a dudas, la principal medida en carpeta de la coalición de Centro Derecha y que ya se ha anticipado, es la apertura del Comercio exterior y para estos fines terminar con el "Cepo-Dólar", que rige en ese país desde que entró en falencia de pagos años atrás. Este Cepo-Dólar, limita las importaciones y compra de divisas. Aun peor, existe en la realidad una gran variedad de tipos de cambio, en función del uso: partiendo por un tipo de cambio oficial, el más barato, hasta llegar al denominado "Blue" que es comprado en el mercado paralelo y la diferencia entre uno y otro ha llega a ser de hasta 75% . Obviamente que con esa medida, las importaciones han caído a niveles mínimos históricos y por otro lado los exportadores no liquidan sus mal pagadas divisas, generadas por las ventas, agravando el circulo vicioso.

Ahora bien, ¿ en que nos afecta a nosotros, humildes residentes de Tarapacá , este eventual cambio de política económica? La respuesta es: Mucho !!. Obviamente, para Zofri, Argentina es hoy un mercado casi cerrado, con compras marginales para nada comparables a 10-12 años atrás. Si analizamos además que se trata de un consumidor de gran tamaño, al lado de los más tradicionales y con muchos años de rezago, en cuanto al consumo de productos importados, se abre una interesante alternativa de negocios. Tenemos hoy excelentes vías de comunicación que también nos ayudan en este propósito con otra ventaja añadida y es que también Zofri importa productos alimenticios de este gran productor agropecuario mundial , con lo cual el transporte y sus costos, en ambos sentidos se verán beneficiados. Adelante y "Buona Fortuna (buena suerte) Argentina" .

El anhelo de una ciudad limpia

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En noviembre de 2009 y bajo la administración del primer gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, el Ministerio del Medio Ambiente lanzó el Plan Comuna Limpia y anunció un trabajo con 20 municipios destinado, entro otros, a obtener ciudades más limpias, libres de desechos, con un manejo responsable de residuos industriales y generando condiciones dignas para quienes desempeñaban labores como recolectores de basura.

El plan, que había formado parte del discurso presidencial del 21 de Mayo de 2008, involucraba a los municipios de Arica, Iquique, Coquimbo, Los Andes, Quilpué, San Antonio, Rancagua, San Fernando, Curicó, Constitución, Linares, Los Ángeles, Chillán, San Pedro de la Paz, Temuco, Angol, Castro, Melipilla, La Granja y Pudahuel, los que fueron seleccionados aplicando criterios relacionados con el nivel de vulnerabilidad, la capacidad de gestión y el potencial turístico de cada lugar.

Para implementar el programa se destinaron recursos que bordearon los $2 mil 124 millones, apuntando al financiamiento de diagnósticos para la implementación de puntos limpios y eliminación de vertederos clandestinas, entre otros.

En forma paralela y gracias al aporte de distintas empresas privadas se lanzaron iniciativas que también fomentaban la creación de puntos limpios y especialmente de reciclaje, de modo de fomentar la correcta eliminación de desechos, sobre todos de los que generan más problemas medioambientales.

Si bien varias de estas estrategias incluyeron a Iquique, lo cierto es que el balance actual parece desalentador, toda vez que es habitual encontrarse con calles sucias, vertederos clandestinos en la vía pública y escasa conciencia social respecto a un tema que en el mundo adquiere cada vez más relevancia.

Si bien se han implementado campañas, parece evidente que se necesita profundizar el concepto en las nuevas generaciones y trabajar al menos en dos niveles: la educación formal y, sobre todo, con el ejemplo, siendo este último quizás el más difícil de alcanzar.

Buona Fortuna…

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La próxima semana, el 10 de diciembre, Argentina dará un gran paso en su proceso interno, al asumir su nuevo presidente y que promete producir un cambio radical en su política económica. Las perspectivas del país pueden ser inmensas y aunque no es afán de este columnista opinar políticamente de estos hechos, es imposible no analizar cuanto puede influir desde la óptica económica, y los posible efectos que puede traernos, como americanos y además vecinos. Sin lugar a dudas, la principal medida en carpeta de la coalición de Centro Derecha y que ya se ha anticipado, es la apertura del Comercio exterior y para estos fines terminar con el "Cepo-Dólar", que rige en ese país desde que entró en falencia de pagos años atrás. Este Cepo-Dólar, limita las importaciones y compra de divisas. Aun peor, existe en la realidad una gran variedad de tipos de cambio, en función del uso: partiendo por un tipo de cambio oficial, el más barato, hasta llegar al denominado "Blue" que es comprado en el mercado paralelo y la diferencia entre uno y otro ha llega a ser de hasta 75% . Obviamente que con esa medida, las importaciones han caído a niveles mínimos históricos y por otro lado los exportadores no liquidan sus mal pagadas divisas, generadas por las ventas, agravando el circulo vicioso.

Ahora bien, ¿ en que nos afecta a nosotros, humildes residentes de Tarapacá , este eventual cambio de política económica? La respuesta es: Mucho !!. Obviamente, para Zofri, Argentina es hoy un mercado casi cerrado, con compras marginales para nada comparables a 10-12 años atrás. Si analizamos además que se trata de un consumidor de gran tamaño, al lado de los más tradicionales y con muchos años de rezago, en cuanto al consumo de productos importados, se abre una interesante alternativa de negocios. Tenemos hoy excelentes vías de comunicación que también nos ayudan en este propósito con otra ventaja añadida y es que también Zofri importa productos alimenticios de este gran productor agropecuario mundial , con lo cual el transporte y sus costos, en ambos sentidos se verán beneficiados. Adelante y "Buona Fortuna (buena suerte) Argentina" .

El anhelo de una ciudad limpia

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En noviembre de 2009 y bajo la administración del primer gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, el Ministerio del Medio Ambiente lanzó el Plan Comuna Limpia y anunció un trabajo con 20 municipios destinado, entro otros, a obtener ciudades más limpias, libres de desechos, con un manejo responsable de residuos industriales y generando condiciones dignas para quienes desempeñaban labores como recolectores de basura.

El plan, que había formado parte del discurso presidencial del 21 de Mayo de 2008, involucraba a los municipios de Arica, Iquique, Coquimbo, Los Andes, Quilpué, San Antonio, Rancagua, San Fernando, Curicó, Constitución, Linares, Los Ángeles, Chillán, San Pedro de la Paz, Temuco, Angol, Castro, Melipilla, La Granja y Pudahuel, los que fueron seleccionados aplicando criterios relacionados con el nivel de vulnerabilidad, la capacidad de gestión y el potencial turístico de cada lugar.

Para implementar el programa se destinaron recursos que bordearon los $2 mil 124 millones, apuntando al financiamiento de diagnósticos para la implementación de puntos limpios y eliminación de vertederos clandestinas, entre otros.

En forma paralela y gracias al aporte de distintas empresas privadas se lanzaron iniciativas que también fomentaban la creación de puntos limpios y especialmente de reciclaje, de modo de fomentar la correcta eliminación de desechos, sobre todos de los que generan más problemas medioambientales.

Si bien varias de estas estrategias incluyeron a Iquique, lo cierto es que el balance actual parece desalentador, toda vez que es habitual encontrarse con calles sucias, vertederos clandestinos en la vía pública y escasa conciencia social respecto a un tema que en el mundo adquiere cada vez más relevancia.

Si bien se han implementado campañas, parece evidente que se necesita profundizar el concepto en las nuevas generaciones y trabajar al menos en dos niveles: la educación formal y, sobre todo, con el ejemplo, siendo este último quizás el más difícil de alcanzar.