Secciones

José Espinoza optó por el deporte para sanarse

E-mail Compartir

José Espinoza Morales llamado también "Pepillo" es un joven iquiqueño de 24 años competidor de cuatrimoto categoría All Terrain Vehicle (ATV) que posee una discapacidad física.

El 1 de enero de 2011estaba en playa Cavancha junto a sus amigos y fue impactado por una bala perdida, dejándolo en situación de discapacidad física. "Entra por la clavícula, perfora pulmón. Yo estaba con dos amigos más y me ayudaron a salir, llaman a la ambulancia y me logran sacar luego porque estaba desangrándome. Tenía varios compromisos en el cuerpo y estaba mal. Después de eso me dijeron en el hospital que ya no podía caminar más" recuerda Pepillo.

Anteriormente al accidente ocurrido, él estaba estudiando Ingeniería en Metalurgia en la Unap y justo cuando estaba en su mejor momento le ocurrió el trágico episodio. Todo en su vida marchaba muy bien, empezaba a sacar los primeros lugares en todas las competencias en las que había participado.

A partir de ese momento su vida cambió drásticamente y menciona que fue la peor noticia que ha recibido. Su mundo se vino abajo pues se encontraba postrado en una cama y no tenía ganas de nada. Todo le era nuevo en el hospital.

Recuperación

Fue allí cuando sus hermanas y familiares vieron la opción de poder ingresarlo a Teletón y poder ser beneficiado por dicha institución. Estando allí recibió terapias sicológicas, y ocupacionales, entre otras, así como también el apoyo de un kinesiólogo a su disposición.

"Ese apoyo a mí me ayudo bastante porque la lesión medular que yo tuve no hay ninguna operación o algo en el mundo que puedan reunir la médula por eso ya no puedo caminar más. Y bueno en la médula ya no había nada que hacer pero aún estaba mal, así que la Teletón me ayudó a sanar el alma y poder salir adelante", afirma José. Gracias a Teletón según él, logró reincorporarse nuevamente a sus actividades un año después del accidente como iniciar sus estudios en Inacap de Ingeniería Informática y otras cosas que para el común de las personas son cotidianas, como poder sentarse y salir de la casa.

En algunas ocasiones le decía a su padre, José Espinoza, que lo subiera en la moto de dos ruedas, que aún la tenía guardada, y que lo empujará en el desierto o ahí en la casa y que él andaba no más.

"Yo llegaba lento donde él y el paraba. Él me decía no, que te vas a caer… Al final no sé cómo le prestan una moto cuatro ruedas y ahí me subo en la moto, me vestí con todo el traje que tenía antes. Me dijo: Date una vuelta porque me hizo una adaptación así "super echisa" con un tubo de pvc, una llave corona, me amarró al cambio y desde ahí pasaba los cambios", cuenta Pepillo.

Después de esa experiencia tan importante salió a recorrer y se fue directo al cerro a probarla pues reside en Alto Hospicio y le queda cerca.

Su padre y unos amigos lo acompañaron y cuando estaban allí José (papá) se desesperó y estaba intranquilo y se fue junto con todos sus acompañantes a buscarlo y ese momento fue la primera vez después del accidente que volvió a montar en cuatrimoto.

Esa experiencia de volver a andar en moto fue súper emocionante e importante para él pues ha vuelto a recorrer todos los sitios por los que solía transitar y más importante aún, le da nuevamente la oportunidad de volver a participar en competencias. "Me ha vuelto de nuevo la vida. Al principio lo tomaba como un paseo, una mototerapia, y ahora viendo que podía, que subía a los cerros, que trepaba, que llegaba y lograba las cosas empecé a a competir" agregó "Pepillo".

En las noches se imaginaba todos los lugares en que solía andar como por ejemplo los toboganes de Tarapacá, arriba de Laguna Verde, entre otros y pensó que nunca más iba a a volver a estar ahí así como también poder subirse a la cuatrimoto.

La primera de las competencias en las que participó fue la que hacen los locales. Tiempo después se atrevió y empezó a correr en las fechas nacionales que hacen el rally Baja Atacama y el Baja Tarapacá que es la carrera nacional.

De esta forma ha podido competir, y lo más sorprendente de todo es que lo hace de igual a igual con otros competidores que no padecen de discapacidades físicas.

Su objetivo nunca ha sido ocupar los primeros lugares sino poder llegar a la meta y llevar un mensaje de esperanza a todos con su experiencia.

Es consciente además que se puede complicar la situación y es por esto que su padre lo acompaña en las carreras. "No en todas me ha acompañado, igual he ido solo a algunas carreras pero él siempre está ahí para apoyarme y para acompañarme, en caso de cualquier cosa".

Menciona además que la Universidad le ha colaborado bastante tanto en las instalaciones fisicas de accesibilidad del lugar como también con respecto a los examenes y entrega de trabajos cuando se le cruzan con las competencias.

José Espinoza y su moto seguirán corriendo y con ello entregando kilómetros de esperanza. J