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Autonomía matrimonial

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El dicho popular dice: "quien se casa, casa quiere".

Muchos matrimonios están fracasando porque uno de los dos no asume la responsabilidad de actuar sin la influencia de sus padres.

Una pareja, al contraer matrimonio o decidir vivir juntos, debe tomar conciencia, y hacerse la idea, que comienzan una nueva vida y que tienen que luchar solos por los objetivos trazados y así lograr las metas deseadas.

El tomar decisiones propias, no significa dejar de lado los consejos o ayuda de los padres en un principio, pero luego, deben empezar la aventura de formar la nueva familia, con todos los pros y contras que ello implica, con la mayor autonomía posible.

Padres, dejemos a nuestros hijos luchar solos, pero de todas maneras estemos atentos e intervengamos solamente cuando la situación así lo amerite.

Jorge Valenzuela Araya

Consejo ciudadano de observadores

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Ya lo planteó de una manera exquisita Antonio Machado hace más de una centuria: "…caminante no hay camino, se hace camino al andar…" Desde que este país vio la luz como una nación independiente, nunca ha recorrido ninguna senda que lo lleve a la creación colectiva, de forma genuinamente democrática y participativa de una Constitución Política.

Se sabía que este proceso no sería simple ni sencillo. Por eso resulta curioso que una vez más este Gobierno aplique una de sus máximas aparentemente preferidas: "para que intentar hacerlo fácil si lo podemos complejizar de manera natural".

Esa es la sensación que queda al escuchar las explicaciones del recientemente creado Consejo Ciudadano de Observadores, cuya labor de supervisión del proceso constituyente próximo a iniciarse, es un arcano digno de los secretos metafísicos de una tabla ouija o una baraja del tarot. ¿Cómo pretendían que 15 integrantes de buenas intenciones, elegidos a dedo, asegurarían la representatividad de las sensibilidades de un pueblo heterogéneo y patológicamente incrédulo de toda iniciativa proveniente de líderes políticos desacreditados a más no poder que habitan en instituciones?.

Si el objetivo era generar confianza de un proceso que recorrerá un camino lento, difícil, tortuoso, desconocido y lleno de palos en la ruta; el noble grupo recientemente creado no es ni será suficiente para calmar esa sensación de malestar que sienten los desplazados de siempre.

Lo más sencillo hubiese sido empezar a reconocer que se está en la ribera de una terra incognita, transparentar nuestra ignorancia de cómo operacionalizaremos el proceso constituyente y disponernos a desandar algunos tramos de esta ruta desconocida.

Marcelo Saavedra Pérez