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25 años decorando el hogar para la Navidad

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Llega el último mes del año y las decoraciones navideñas no solo se toman los locales comerciales y lugares de estudio o trabajo a través de adornos, árboles y figuras, ya que las casas son el lugar por excelencia para la ornamentación, pues existe mucha más libertad y originalidad por parte de quienes viven en ellas y las habitan.

La casa ubicada en la esquina de Anker Nielsen con José Francisco Vergara es quizás el mejor ejemplo. Hace 25 años que su dueña, Elena Serrano, ornamenta sus salas, techos y paredes con colores preferentemente rojos, blancos y verdes, con toques dorados y plateados, todo a la espera de esa fantasía que se cumple cada Medianoche todos los años.

"Tengo como el orgullo de ser la pionera en esto. La primera vez mi yerno puso el viejito pascuero y lo hizo haciendo señas (un saludo) con su motorcito. Fue muy lindo, una satisfacción para nosotros como familia. Porque aquí habían más niños antes, pero ahora somos puros viejos", dice la mujer oriunda de Valparaíso, desde donde llegó hace un cuarto de siglo. En la ciudad puerto vivía en un noveno piso y todo lo que hacía, la decoración, era exclusivamente dedicado y pensado para sus hijos. "Esto ha sido de toda la vida", explica la dueña de casa.

En su hogar se pueden encontrar distintas figuras religiosas, entre las que conforman el pesebre, así como también ángeles, figuras de niños y viejos pascueros, algunos de ellos incluso han sido "jubilados", concepto que Elena usa para explicar que sus estructuras están demasiado viejas, por lo que ya no se exponen en el frontis de la casa. Ahora ocupan un cómodo lugar en el living.

La fiesta de Navidad se acerca y será durante la Nochebuena del 24 cuando la decoración alcance su máximo esplendor. Eso sí, todas las noches la casa brilla por completo en un coordinado juego de luces. "De día se ve, pero en la noche es la magia", cuenta Serrano, quien ni se inmuta ante el inminente aumento en la cuenta de la energía eléctrica domiciliaria.

Elena Serrano también sabe que los años no pasan en vano, y es por eso que espera la llegada de sus hijos y nietos, quienes la ayudarán a concluir la decoración.

"Vienen mis hijos (...) mi nieto tiene 17 años, se sube al techo y se baja. Se une la familia en torno a la Navidad. Yo este año no tenía tanto entusiasmo porque mi viejito se me fue, pero mis hijos me dijeron, 'no, él siempre va a estar. Mientras estés tú, siempre se va a armar'. Nos pusimos de acuerdo y salió. En dos días se armó casi todo. Faltan detalles pero nos unimos todos", relata algo entristecida.

PASTORCITOS

La jornada del 25 de diciembre, día de Navidad, explica Elena, los pastorcitos danzantes llegan hasta su casa para bailarle al "niñito Dios". También tocan música con una banda de bronce.

living

"Ellos llegaron sin que yo los llamara. Hace 25 años que vienen, sagrado, y yo me siento bendecida. Hay muchas casas que se adornan y pueden poner muchas luces, pero hay una cosa importante: el nacimiento", asegura.

Cada vez que los pastorcitos llegan hasta su puerta, Elena les colabora con recuerdos y pequeños regalitos. "Por ejemplo, mando a hacer unas velitas, que al lado tienen un recuerdo de la familia Saavedra Serrano, y eso se reparte entre quienes participan.

ADORNOS

"Algunas cosas ya no hay. La Sagrada Familia (el pesebre) ya no llega de calidad. Mi hijo me trajo fuegos artificiales de Brasil, cuatro juegos de luces para el techo, pero ya están malitos (por el desgaste). Cuando él viaja me trae recuerdos que no hay acá (en Chile)", dice, la otra opción está en la Zona Franca, donde hasta ahora se ha comprado un viejo pascuero bailarín.

Del mismo modo, en la fachada de su casa cuenta además con productos europeos, especialmente italianos, como dos niños en postura de cantar villancicos mientras sostienen una vela, así como un ángel que se mueve y que guarda al interior de una vitrina. Todas las figuras tienen una expresión facial que Elena no encuentra en otros productos.

Entre todos las figuras y adornos, por supuesto que el pesebre o nacimiento tiene también un lugar especial. El conjunto también le fue traído desde el extranjero.

"Todos los años viene el padre Franklin (Luza) a bendecir al niño. A él, sagrado, tengo que tenerle cola de mono y pan de pascua", cuenta Elena, mientras ríe. A las cero horas del día 25, la figura de Jesús aparece para ocupar el centro de la atención en el hogar.

Es tal la cantidad de adornos, que ha tenido que reforzar la seguridad en su residencia. Desconocidos intentaron subirse al techo a robarle. J