Bastián Maluenda es "Dahsik", el artista visual que pasa su arte a las calles y al cuerpo
Era un ritual: cada vez que sonaba el teléfono y atendía su mamá, ésta comenzaba a dibujar paisajes y figuras. Todo esto fue visto por Bastián Maluenda, su pequeño hijo que encontró la inspiración en su madre y que ahora, a sus 20 años, lo llevó a ser un artista visual en formación.
Su historia comenzó cuando uno de sus primos le pidió que pintara en su habitación un personaje. Petición a la que Bastián accedió, sólo que el dibujo no se borraba así que, entre primos decidieron hacerlo y dejarlo allí.
"Esa fue la primera vez que pinté. Luego, estudiando en la Academia Iquique, yo dibujaba siempre en papel. Un día paseando por las salas de matemáticas veo que alguien pintó una, convirtiéndola en sala temática. Quedé súper metido con eso ya que no esperaba que se pudiera pintar en el colegio, entonces un día molestando a otro profesor le dije que pintáramos la suya ya que su compañero lo había hecho", recordó el artista visual quien es conocido como "Dahsik", su seudónimo.
Sin embargo, aún no le daban la autorización para pintar, por lo que tuvo que "molestar" durante todo el año (2011) sin esperanzas de poder pintar en su colegio. "Sucedió que a fin de año el profe me contacta y me pregunta '¿dónde estás, vas a pintar mi sala al final o no?'. Yo quedé muy sorprendido porque no me lo creí. Así fue como pinté la segunda sala temática de mi escuela", dijo el artista, quien tenía 16 años cuando desarrolló dicho mural.
Luego de esto, varios profesores se interesaron en el trabajo de Bastián y su talento quedó en cinco aulas del colegio Academia Iquique. "Todo esto lo hice con alguien que se convirtió en mi actual compañero de murales, Diego Flores, con él pinto tanto en la calle como en las salas y otros trabajos", manifestó.
BODY PAINT
Pasar sus diseños de una pared al cuerpo de una mujer fue algo que llegó cuando una compañera de curso quería hacerse una sesión de fotos y, para ello, le pidió a Bastián un diseño bastante sencillo con una frase y unas mariposas.
"Ella fue mi modelo. Al comienzo no me dio vergüenza. Pero luego en las fotos cuando se quita el sostén (sólo para la foto) igual lo tomé como un acto de confianza mayor y me costó, pero me agradó que contara conmigo para ello. Ya más adelante pintando a más amigas empecé a tener menos vergüenza de lo que hacía y me gustaba que tuvieran la confianza suficiente para dejarse pintar conmigo", reveló.
Actualmente, si una amiga quiere pintarse por primera vez, primero le muestra cómo es su trabajo, o le pinta en otro lado donde a ella no le dé vergüenza y si le agrada. Luego de esto hacen sesiones con algo más atrevido.
"En lo personal creo que eso refleja la confianza. Me gusta cuando las chicas me buscan porque pienso que cuentan conmigo y les gusta lo que hago. Entonces me hacen sentir seguro de lo que hago. Esa confianza hace que más gente me 'conozca' por así decirlo, ya que si confían en lo pinto, más personas se interesan y me siguen buscando".
PROYECTOS
Bastián expresó que este 2015 fue para él un año bastante particular, ya que muchas personas de Santiago y Valparaíso se interesaron en su trabajo. Entre sus proyectos más importantes para el 2016 está pintar una pared de un edificio en Viña del Mar, un pedido de uno de sus amigos de la Universidad Católica de esta ciudad, en donde seguirá los estudios de tercer año de diseño industrial.
"Dentro del mismo tema de pintar aquel edificio, tengo que hacer movidas con auspiciadores para que los materiales no me salgan caros. Es el reto más grande que tengo. Pero si lo logro hacer sería la mejor experiencia", concluyó. J