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La casona que transporta a las personas hasta el año 1900

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Desde hace más de 16 años, Carolina Muñoz se encarga de transportar a grandes y chicos al año 1900. Para ello, los muebles que posee en la casa de antaño ubicada en el tradicional Paseo Baquedano ayudan a este fin, más aún si a sus visitantes les otorga indumentaria que los hace lucir como si fueran de la época.

Si bien muchos lo podrían percibir como un negocio más, la "Casa Museo Fotografía Antigua" surgió luego que Carla heredó el inmueble de su padre junto con todo el mobiliario, utilería y algunos vestidos, los cuales en vez de almacenarlos por ser antiguos, vio en ellos un importante tesoro.

Fue así que emprendió este proyecto, que si bien a la fecha no es el único que ofrece el servicio de fotografía temática, la particularidad de éste es que tiene el escenario original para retratar a quienes van en busca de una imagen antigua.

La propietaria del inmueble cuenta que la idea surgió cuando su esposo Ricardo Ramírez, quien realizó un curso de fotografía, fue motivado por un amigo para que aproveche las locaciones que tienen la casa para implementar un estudio de fotografía.

Al inicio, además de los muebles con los que ya contaba la casa, tenían prendas como guantes y sombreros a las que luego fueron sumando accesorios como boinas, sombreros de copas y bastones.

"Empezamos a ver que fue un gran éxito los primeros años porque llamaba la atención ver cuando la gente venía a buscar sus fotos, nosotros los mirábamos y no podíamos creer la diferencia que había con ropa de calle y con la que se había usado para la sesión", dijo Carolina.

Quienes acuden a fotografiarse, lo hacen junto a la vitrola, maletas, triciclos o a la escalera. También pueden elegir el salón de té, el piano, o al exterior de la vivienda cuya arquitectura ayuda a recrear de mejor manera la fotografía, contextualizándola con la época antigua. Todos estos elementos hicieron que esta casona también fuera elegida como locación para grabar programadas de televisión además de películas como "El día menos pensado".

Para la dueña de la vivienda y el estudio fotográfico, cuando recibe a sus clientes, ella y su esposo se disponen a analizarlos de tal forma que les puedan hacer sugerencias tanto por sus características físicas como por la actitud y disponibilidad que tengan. Por ejemplo, algo que observan es la estatura y para así poder decidir qué vestido le quedaría mejor para la sesión, según el estilo que tenga cada persona.

"La actitud de las personas al sentarlas, todo eso es lo que ayuda en la fotografía. La dedicación a la sesión fotográfica es importante. No sólo es sacar una foto y ya. Cuando tú te dedicas a que las posturas sean precisas la foto cambia mucho. Nosotros le vamos sugiriendo a cada persona cómo parase, cómo tomar el bastón, etc. Después sale todo solo", contó la emprendedora.

Según dijo Carolina, las técnicas en las sesiones fotográficas han evolucionado con el paso del tiempo. "Antes del 2004 el proceso era análogo y el encargado de estas sesiones era Ricardo. Durante este periodo, la entrega de las fotos demoraba mucho más tiempo porque se procesaba a sepia el producto, se sacaban rollos y había que revelarlos. Sin embargo, desde hace 10 años todos los retratos se realizan de forma digital en donde entregan un cd con 30 fotos más una postal", describió.

Con los años de trabajo acumulados, a Carolina algo que le llama la atención es ver como los niños que acudían llevados por sus padres, ahora regresan por una nueva foto pero siendo adultos y trayendo ellos a su nueva familia. Esto le indica que guardar un retrato ambientado en épocas de antaño es, para algunas familias, una tradición que perdura en el tiempo. J