Artistas recorren Chile con singular instrumento llamado "Celestial"
Brenda Vallin y Carlos Flores llegaron a Iquique y se han paseado por las calles principales y por Cavancha maravillando a niños y adultos con sus sonidos.
Un tambor de pulso armónico que está hecho con acero es lo que tienen estos dos jóvenes que recorren Chile llenando con sonidos "celestiales" la vía pública de distintas ciudades del país.
"El instrumento tiene ocho cortes y cada uno genera un sonido. Están en escala pentatónica, que son solo cinco notas pero que varían de tono y escalas, pero son siempre cinco notas con las que se va jugando", refirió Carlos Flores.
El trotamundo explicó que "conocimos a un amigo viajando por el sur de Argentina que tenía uno de estos y terminamos viajando juntos. Así nos enamoramos de este instrumento y volvimos a Chile a buscar uno para nosotros", recordó.
Celestial
Este instrumento viene del "Hang drum" que tuvo su origen hace 15 años en Suiza y fue creado por Felix Rohner y Sabina Schärer del laboratorio Panart y que fue resultado de un largo proceso de investigación científica con acero y varios instrumentos de percusión resonante alrededor del mundo, como el Steelpan, el Ghatam y el Gong.
"Luego del 'hang drum' se creó el 'happy drum' y éste, que se llama 'Celestial', es también una variante del último. Aquí en Chile lo hacen en Olmué. Nosotros llevamos un año promedio tocando", describió Flores, quien añadió que para tocar este instrumento solo es necesario "sentir".
"Cualquier persona que no sepa nada de música lo puede tocar porque solo deja que se les vayan las manos. Una de las ventajas de las escalas pentatónicas es que siempre, en cualquier combinación pueden sonar bien", manifestó el intérprete.
Flores explicó que se acostumbra que lo desarmónico es lo que suena bien, pero que en este caso solo siguen las armonías de la creación de la naturaleza.
méxico
La pareja de músicos se conoció en Concepción en donde se unieron como familia y desde ahí siguieron hacia el sur de Chile, pasando por Argentina, Iquique, Bolivia, Brasil, Paraguay, nuevamente Argentina y ahora van camino a México.
"Me gusta tocar pensando que siempre estoy conectada con la fuerza del amor. Me gusta compartirlo y pensar que la música es una herramienta para expandir este amor hacia otras personas", dijo Brenda Vallín.
Su idea es seguir compartiendo el camino que ellos encontraron a través del dar para recibir.
"Estoy repartiendo más calma, a lo mejor sanación para alguien que lo necesite. La idea es que tengan algunos segundos de tranquilidad y luz", expresó la joven.
Según relató, ella no toca una partitura en específico sino que trata de acuerdo a cómo se va sintiendo en ese momento.
"Muchas veces llegan niños y te sale otra melodía más alegre, o cuando llega alguien que tuvo un mal día te agradece porque le cambiaste el ánimo. Esto para mi es un regalo para las demás personas", finalizó. J
Cualquier persona que no sepa nada de música lo puede tocar porque solo deja que se les vayan las manos".