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Nuevos sabores frutales del Caribe a Chile

Borojó, lulo, tamarindo, guanábana, son algunas de las novedades de la juguería "Con el sabor del Caribe".
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Mauricio Torres Paredes

Los sabores tradicionales parecen haber quedado en el pasado con la llegada de comerciantes extranjeros que se han radicado en nuestra ciudad con sus tradiciones de origen.

Es el caso de Clemencia Mejía, quien participa en el stand de Colombia en el XIII Festival de Colectividades Extranjeras Iquique 2016 en la plaza Prat. Actividad que hoy domingo llega a su fin.

En su puesto cuenta con una variedad de frutas exóticas de países tropicales, provenientes de su país y de las cuales ella destaca sus propiedades naturales.

El lulo, conocido en Ecuador como la naranjilla, sirve para prevenir algunas enfermedades virales como la tos y la gripe, mientras que la guanábana ayuda para enfrentar el asma, cuenta la colombiana.

A ello suma el tomate árbol para las migrañas y cefaleas severas, y la mora andina, que cuenta con antioxidantes. También ofrece limonada de coco, ideal para las debilidades del estómago y el estreñimiento.

"El que tomaba el Chavo del ocho", dice Mejía, respecto al jugo de tamarindo, bebida que vendía con frecuencia en popular personaje mexicano, y que, explica, ayudaría a regular el colesterol y aumentar el apetito. En tanto, la mandarina colombiana es buena para el corazón, asegura.

Otro de los brebajes que prepara es el Amor Prohibido, cuya base es el plátano. La preparación sirve para la potencia sexual, cuenta. Igual que el borojó, uno de sus productos estrella.

"El chileno es muy educado y muy curioso. Leen las propiedades de las frutas tropicales e inmediatamente me piden borojó. Ya están familiarizados, aunque todavía la gente lee mis avisos y se pregunta qué es el borojó y me piden preparárselo y saber qué es", dice Mejía, quien llegó a tierras nacionales en noviembre de 2008.

Durante todo el año, "Con el sabor del Caribe" funciona en la Feria Modelo del local 17 en Alto Hospicio, mientras que los fines de semana se mueven a La Quebradilla en la misma comuna.

Eso sí, dice su dueña, se están moviendo constantemente por distintas ferias y celebraciones. Ahora, adelanta, estará en el Festival de Huara.

$3.000 pesos cuesta un vaso de borojó. La preparación lleva también una pizca de canela molida.