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Creando Bases para la región del 2050

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Tarapacá y Antofagasta son dos regiones que se han caracterizado históricamente por aportar al país a través de su producción minera. Si a finales del siglo XIX y hasta mediados del siglo XX lo hicimos a través del salitre, luego nuestro aporte regional al país surgió de la explotación del cobre.

La experiencia con la extracción minera y sus ciclos económicos nos da lecciones que parecemos no aprender como país. En cada baja de la actividad, los expertos nos recuerdan, una y otra vez que no debemos depender exclusivamente de la exportación de materias primas, que es necesario diversificar nuestra economía.

Tarapacá es mucho más que cobre y hacia allá estamos dirigiendo nuestros esfuerzos, con miras a la región que queremos en las siguientes cuatro décadas.

La semana pasada, concretamos acciones que van en esa dirección, acciones que pueden parecer hitos independientes, pero que en realidad están perfectamente relacionados y son decisiones con sentido.

Destinar cerca de 1.500 millones de pesos en maquinarias para el ministerio de Obras Públicas, firmar un convenio de cooperación con el ministerio de Bienes Nacionales y la Cámara Nacional de Comercio, restaurar la Pulpería de Humberstone -una inversión de $1.300 millones- y entregar el Centro de Desarrollo de Negocios de Iquique, y próximamente el de El Tamarugal, son decisiones que estamos tomando como Gobierno Regional para proyectar nuestra querida Tarapacá hacia el año 2050.

Cada una de esas acciones son encadenamientos que van a generar, por ejemplo, nuevos caminos por donde transitarán los turistas y las empresas de energías renovables que queremos ver en nuestra región; generarán, también, nuevos emprendimientos que darán servicio a esos turistas y a esas empresas de energía; serán -por qué no soñar con ello- las vías para transportar los nuevos productos que exportará El Tamarugal; y, por cierto, el espacio que dará nuestro país para que las mercancías de nuestra América fluyan por el océano Pacífico.

Pensar en la región, no es solo resolver las trabas contemporáneas, sino que también visualizar qué será de Tarapacá cuando nuestros hijos determinen los destinos del territorio. A ellos es a quienes debemos dejar las bases, hoy.

"Pensar en la región no es solo resolver las trabas contemporáneas".

Claudia Rojas, intendenta de Tarapacá

Editorial

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Situación de calle

El último catastro de personas en situación de calle se realizó el año 2011 en Tarapacá y arrojó que 800 personas estaban viviendo a la intemperie.

Desde ese tiempo, hemos visto como ese número, al menos en la percepción, ha crecido exponencialmente con los problemas que para el resto de la comunidad implica.

Asimismo, estas personas no cuentan con el apoyo y preocupación del Estado. No existe como política pública un seguimiento de ellos y prueba de esto es un catastro que se realiza cada cinco años y que, a fines de 2016, tendrá recién una nueva versión.

Es necesario que el Ministerio de Desarrollo Social genere políticas más ambiciosas respecto a estas personas, que permita que algunos de ellos puedan dejar la calle, ya que si bien en algunas ocasiones llegaron como una opción, en la mayoría los casos está asociada al consumo problemático de alcohol y drogas, que hace que su conciencia de querer estar en la calle, sea cuestionable.

Este reducido grupo de nuestra población, en general, no parece importar a muchos, salvo cuando se encuentran durmiendo en antejardines o sitios públicos. Sin embargo, es necesario que como sociedad busquemos soluciones que permitan hacer su vida más digna.

La reciente inauguración de una casa para albergar a los adultos mayores en esta situación, a cargo del Hogar de Cristo, es un avance, aunque esta opción no debería estar limitada.

El buen clima de Iquique hace que sea menos duro dormir en la calle, pero esto a la vez provoca que más personas se mantengan en esta situación, lo que no quita que constantemente tengamos noticias de personas que fallecen en la calle, o como en esta oportunidad, a causa de un homicidio. Cuyo móvil, son cosas que para el resto son tan insignificantes como la propiedad de un detergente.

La problemática de las personas en situación de calle, debe mirarse más allá de lo individual y asumirse como un deber del Estado, de velar por el bien común de todos los habitantes del país, independiente de su condición, pero también debe ser la ciudadanía quien debe ser la que exija que esto se aborde.

"Es necesario que el Ministerio de Desarrollo Social genere políticas más ambiciosas respecto a estas personas".

Pastorcitos

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Cada año son menos los bailes de pastorcitos aymaras que llegan a La Tirana a celebrar al Niño Jesús. El fenómeno da cuenta de la pérdida de tradiciones en el altiplano, luego que la mayoría de sus habitantes emigraran.


Marejadas

Las constantes marejadas durante el año hace que para muchos, estas ya sean normales. Sino tenemos el mar en la calzada de la avenida Prat, nadie nota que existió el fenómeno. Lo ideal es estar informado y no tener que lamentar algún accidente.


Rumores

Muchas veces se levantan rumores a través de las redes sociales que no tienen ningún asidero. Lo mejor es corroborar estas informaciones, antes de hacer comentarios que incluso pueden causar daño a otras personas. A no confiarse.