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Jorge Choque, el agricultor que fabrica pellet para sus animales

En un poblado de la precordillera de la comuna de Huara se ubica Soga, localidad que tiene entre sus habitantes a un pequeño agricultor y ganadero que se embarcó en los proyectos de Indap para mejorar sus cultivos y producción animal.
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Mariela Cabello Venegas

Nacido y criado en la localidad de Soga, ubicada a 175 kilómetros al noreste de Iquique, se encuentra el agricultor y ganadero a pequeña escala Jorge Choque, un hombre de 64 años que se dedica a esta actividad fruto de la tradición de su pueblo y de sus padres.

Actualmente, además de sus cultivos de orégano, se encuentra enfocado en la fabricación pellets para poder alimentar a sus animales en la época de invierno y poder vender sus excedentes. "Esto partió porque nos faltaba forraje para los animales, tengo conejos, llamitos, mulas, entonces ahí se nos ocurrió guardar para el invierno. En esa época faltaba mucho forraje y ahí nos atinamos", dice.

Sin embargo, para lograr este producto que hoy tiene alta calidad, tuvo que adquirir una máquina pelletizadora, una chipeadora y un galpón de acopio, que logró gracias al apoyo ofrecido por el Instituto de Desarrollo Agropecuario Regional (Indap) que primeramente le prestó asistencia técnica, para luego apoyarlo a postular a distintos proyectos de acuerdo a la línea de pequeño productor, que le permitió tener esta infraestructura.

La idea, según Leonardo Vásquez, jefe técnico del Proyecto de Desarrollo Territorial Indígena de Indap (Pdti) en Huara, es que el producto pudiera fabricarse utilizando elementos que tuviera a su alcance y a un bajo costo. En este caso se eligió la alfalfa, el maíz y el algarrobo o tamarugo, los cuales se producen en los alrededores de la localidad.

Asimismo, el veterinario del Programa de Desarrollo Local (Prodesal) de Indap en Huara, Patricio Arriagada, comentó: "tuvimos que probar varias recetas hasta llegar al pellet que se está fabricando hoy. Las medidas son un 50% de forraje de alfalfa, 35% de granos de maíz y un 15% de oleaginosa que es especialmente para conejos. Es un alimento bueno, concentrado y con los nutrientes necesarios para el animal".

El proceso de preparación, en tanto, consta de tres pasos. Recolectar la materia prima, pasarla por la máquina chipeadora de un elemento en vez para que los muela y las veces que sea necesario para no forzar el motor de la peletizadora. Y luego de medir la cantidad de porciones señaladas por el veterinario, introducirlas a la máquina pelletizadora, que en minutos condensará los ingredientes creando pellets de un tamaño y dureza precisos para que los animales puedan comer. "Con esto se solucionó el tema de almacenamiento tanto en el sentido de guardar para tiempos en que la hierba fresca no existe, pues el pellet puede durar hasta 6 meses guardado. Además de ocupar menos espacio que los amarres de alfalfa por ejemplo", precisó Vásquez.

Pese a que la mezcla está probada para conejos, Choque lo ha utilizado con distintas especies y le ha resultado bien. "Las mulas se lo han comido de al tiro, hemos mandado para Huara y yo abastezco a mis animales y todos comen cuando me falta forraje. Estamos funcionando desde el 2013, ahora por la sequedad estamos un poco flaqueando", cuenta Choque.

Actualmente, el agricultor está a la espera de lluvia que permita que sus cultivos crezcan con mayor fuerza.

"El año pasado tuvimos harto. De un fardo sale medio saco. Los animales comen poquito porque es más concentrado. Además tengo poquitos animales y cuando me sobra le mando a mis hijos o lo empiezo a vender y esa es lo más importante: hacer para vender", recalca el ganadero.

Un poco de su vida

Recorriendo el pueblo, Jorge Choque comentó que Soga era un pueblo netamente agricultor y que se cosechaba mucha fruta como el membrillo, el durazno, la pera, el tumbo y otros, los cuales se mandaba a Huara y a Iquique. Pero con el tiempo y las sequías las frutas empezaron a disminuir su tamaño. "Se echo a perder todo por eso ahora estamos con el orégano, pero ya la juventud se ha ido. Quedamos los mayores, somos como 5 o 6 familias. Antes 'uta' era poblado, la fruta daba mucho y abastecíamos la vida", expresa.

Recuerda a sus padres como agricultores: "yo nací viendo esto y seguí la tradición, nací estando en la tierra, ayudaba a los padres, después quedé solo y mis hijos también me ayudaron, pero ya se fueron. Yo estuve afuera 10 años, pero allá no me convenía con la edad que estoy ya no hay trabajo".

El agricultor cuenta que prefirió volver a su natal Soga. "Acá yo hago lo que quiero, nadie me manda, veo mis cultivos y mis animales. Yo saco 100 sacos de oréganos", enfatiza.

Cuenta que con sus 11 hijos y más de 25 nietos, se siente tranquilo en Soga, pese a que viaja a Huara o a Iquique a realizar trámites y hacer algunas compras. "Vamos casi semanalmente a Iquique, el martes y el viernes, tengo recorrido que me lleva y me trae a Iquique. No como antes que estábamos aislados, y ahora tenemos esas facilidades", recalca.

Respecto a las mejoras que han tenido sus chacras y animales, el agricultor manifiesta que "me encuentro bien porque nos vienen a enseñar y sacamos varios proyectos con Indap y estoy muy agradecido. Estoy sobrado, yo soy solo con mi señora. Mis hijos ya están afuera, pero vienen a visitarme los fines de semana. No necesito más".

"Yo nací viendo esto y seguí la tradición, nací estando en la tierra, ayudaba a los padres, después solo".

Jorge Choque,, pequeño agricultor y ganadero de la localidad de Soga.