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René Molina: el pastor cristiano más longevo de Iquique

Criado sin religión, a los dieciocho años se convirtió al Señor luego de una adolescencia en la que el alcohol era parte de su día a día. Sus ganas de transformar su vida, lo llevaron a que luego de una prédica decidiera ser seguidor de Dios.
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Mariela Cabello Venegas

Con 91 años en su cuerpo, y una iglesia que congrega a 800 personas cada domingo desde las siete de la tarde, René Molina es el pastor evangélico más longevo de Iquique de la misión Pentecostal. Es que a su edad, todavía se siente con fuerzas para predicar, dirigir reuniones y estudios bíblicos, además de acompañar a los enfermos, entre otras tantas actividades que tiene a diario.

Oriundo de la salitrera Rosario en la comuna de Huara, tuvo que dejar la ciudad por la crisis de los años 30 del salitre. Así junto a sus padres y hermanos emigró a Copiapó, donde creció y desde muy joven comenzó a dedicarse a la agricultura. "Yo era vinicultor, hacía vinos, hacía chicha, de todo. También me dedicaba a la agricultura junto con mi padre. ", comentó.

Molina contó que su conversión a la religión fue a los 18 años, tras una vida de vicio marcada por el alcohol. "Yo me crié sin religión, no era católico, no era ni una cosa y muy vicioso, el vicio me tenía tomado y me preguntaba cómo yo podría cambiar de vida porque con esta vida para mí nunca voy a ser nada".

Según manifiesta, quería ser otro "y el 6 de marzo del año 1944 se pararon unas personas, que ahora digo hermanos. Ellos estaban hablando, y yo creí que era propaganda hasta que al final, un hombre dice ¿Quién quiere cambiar su vida y no pueda? ¡El señor tiene poder para cambiarlo!. Y yo levanté la mano y le dije yo señor, yo quiero. Fue ahí que comencé a ir a la iglesia poco a poco. Mi deseo era que el Señor me hablara a mí para yo no tener dudas que existe".

Así, pese a la oposición de su padre, que era comunista y por cierto ateo, Molina se aferró a la fuerza que le entregaba Dios cada vez que oraba y asistía a sus reuniones, según confesó. Muchas veces, como destaca, tuvo sueños reveladores que le indicaban el camino que debía tomar, incluso le reveló que sus pulmones se habían curado después de estar enfermo de pulmonía, con idas y venidas al sanatorio y estado de coma. "Yo soñé que estaba acostado en la cama y entra un doctor con dos practicantes y me destapan y me ponen de medio lado. Siento como suenan los bisturíes y todo, y el doctor con un algodón con calmante me hace un corte y siento que sacaban mi pulmón negro y malo y de una maletita blanca sacaba un pulmoncito y me lo puso y luego me cosía, y así con el otro lado. Y en ese entonces yo despierto y les digo ¡el Señor me cambió los pulmones!. En ese tiempo no existían tratamientos de penicilina, sólo se podía hacer reposo en el sanatorio, porque si no contagiaba a toda la familia. Y luego de eso no me he enfermado más, fue un milagro".

Pero el vicio al alcohol de su padre, llevó a la familia una vez más a cambiarse de ciudad, ésta vez a La Calera, donde se enamoró y encontró a su esposa María Luisa, con quien más adelante tendría 8 hijos, los cuales en la actualidad viven en distintas regiones de Chile. "Yo estuve en La Calera un tiempo y ahí después volví a Copiapó, seguí yendo a la iglesia y empecé a trabajar con mis camiones, ya no para la fábrica de Cemento Melón como antes, sino que a hacer fletes y a llevar cemento. Tenía fábrica de bloques también, tenía que alimentar a mi familia", expresó.

Una vez en Copiapó lo ordenaron pastor, cuando tenía 43 años, "y estuve 22 años como pastor allá en una iglesia pequeña que empezó a crecer. Luego el 10 de agosto de 1990 me enviaron a Iquique con la misión de crear una iglesia grande en Iquique, volví a la ciudad donde nací y me siento contento aquí y se van a cumplir 26 años que estoy de pastor. En total llevo 48 años como pastor".

Recuerdos y su misión

Entre sus recuerdos, está el que sus padres trabajaron desde 1911 hasta 1930 en Rosario de Huara. "Y en el año que nací también mis papás se casaron por el civil y con eso pudieron sacar un beneficio del sindicato, que se les daba leche a los niños y medicina", detalla.

También cuenta que en el año 1930, cuando tenía cinco años vino a Iquique y conoció el mercado actual, cuando lo estaban construyendo "El mercado estaba casi por terminarse y lo recuerdo. Soy iquiqueño de nacimiento" precisó.

El pastor expresó que pese a todas las pruebas de su vida, siempre se ha mantenido con su fe en alto, pues es lo que lo sostiene hasta el día de hoy y que le ha permitido formar una de las iglesias con más seguidores de la ciudad.

"Yo llegué a una iglesia pequeña en Los Alelíes, me mandaron para acá para que hiciera una iglesia grande, entonces en ese terreno empezamos a construir con la ayuda de todos los hermanos, se juntaba dinero y se vendían empanadas y cosas así. Yo compré el terreno y esto cuesta 1.000 millones de pesos ahora. La catedral le llaman aquí", recuerda.

"Yo me crié sin religión, no era católico, no era ni una cosa"

René Molina, pastor evangélico de la iglesia Penteco.stal

"Yo llegué a una iglesia pequeña, en Los Alelíes, me mandaron para acá para que hiciera una iglesia grande".

René Molina, pastor de la iglesia evangélica Pentecostal.