La compleja situación en Salud para la comunidad Aymara
Factores culturales, económicos y territoriales complican el acceso a la salud garantizada en la legislación nacional de la etnia con mayor presencia en la región de Tarapacá.
En la región de Tarapacá se concentra la segunda población más numerosa perteneciente a la etnia Aymara, sólo superada por la región de Arica y Parinacota.
Según información correspondiente al Censo del año 2012, el que ha sido cuestionado por su metodología, arrojó que el 11,1% de los chilenos mayores de cinco años se siente parte de alguna de las once etnias incluidas en el cuestionario, la mayoría de ellos (84,11%) responden ser mapuche, seguidos de aymara (6,25%). En 2002, esta proporción era de 4,6% y la prominencia mapuche era prácticamente igual.
En tanto en la encuesta Casen 2013, se indica que la población aymara en Tarapacá es de 56 mil 524 personas, siendo la más numerosa seguida por las etnias mapuche, quechua y diaguita. Esta encuesta es de auto identificación, es decir, un acto individual de reconocimiento explícito de la pertenencia a un grupo étnico, sin embargo, no fue posible acceder a la cifra certificada por Conadi, pues estaban abocados a la inauguración del Tambo Andino 2016.
Mayor Riesgo
Según la publicación "Situación de Salud de la Población Aymara", elaborado por la antropóloga Malva-Marina Pedrero, consultora de la Seremi I de Salud de Arica y Parinacota, existen evidencias del mayor riesgo de morir en la población Aymara. Estas condiciones pueden estar determinadas por factores genéticos. La sobremortalidad Aymara es constante con riesgos de morir que casi duplican a los de la población no Aymara.
Esta sobremortalidad de la población aymara, afecta de igual forma a hombres y mujeres.
La mayor concentración de residentes de este origen está en los poblados del interior de Tarapacá, por lo que su acceso a atención de alta complejidad se dificulta por factores geográficos y se agrava por factores culturales y económicos.
Yolanda Flores Garibay, encargada de salud en Colchane por más de 15 años, y parte de la comunidad aymara, explicó que muchas veces "la gente es un poco reacia, hay un choque cultural por ambas partes, los funcionarios se encuentran muchas veces con algo que no entienden y el usuario le cuesta confiar en alguien que no conoce, y que al que tampoco le entiende, algunos de ellos no saben leer ni escribir. Ahora hemos logrado mezclar la medicina tradicional con la cosmovisión aymara, pero primero consultan con el Colliri (curandero) y si no se sanan recién consultan en medicina tradicional", cuenta.
La medicina tradicional en una localidad tan alejada como Colchane (ubicada a 262 kilómetros al noreste de Iquique) es vista como la segunda opción pues la conectividad es limitada "tenemos bus sólo 3 veces por semana, la mayoría de nuestra población es de la tercera edad o agricultores, en el caso de la tercera edad casi todos viven de una pensión solidaria por lo que viajar a Iquique significa al menos 10 mil pesos, sin contar comida y alojamiento si es necesario, a eso hay que sumar que no todos viven en Colchane y debemos con el vehículo municipal muchas veces ir a buscarlos para poder acercarlos", cuenta Yolanda.
Este factor, según relata Yolanda, hace que pierdan las horas, "porque o comen o van a Iquique, la plata no les alcanza para todo y más encima muchas veces en el Hospital les dan las consultas para semanas después, y después otra para especialistas o exámenes, lo que implica un mayor gasto que la gente no puede pagar, eso acrecienta la poca credibilidad en la medicina y la comienzan a ver como un gasto. Es de suma importancia que se incorpore este criterio a la hora de citar a los pacientes, esto lo hemos pedido varias veces", agregando que "hay gente que ha perdido horas par a operarse por no tener los recursos y si no fuera por operativos no se podrían operar", afirmó.
Otra visión es la del médico Pablo Vargas, quien ejerce en Camiña a 195 kilómetros de la capital regional. "Aquí hemos logrado hacer convivir de mejor manera la cosmovisión aymara con la no aymara, yo diría que la "occidentalización" se ha vivido de manera adecuada, combinando la medicina tradicional con la sabiduría aymara, de hecho, el colliri trabaja con nosotros y muchas veces nos reunimos para discutir situaciones de pacientes", dice.
Sobre las patologías de mayor consulta en la etnia, Vargas da cuenta de la mayor presencia de la patología de cálculos de vesícula en la población aymara "hay estudios preliminares sobre la prevalencia en ellos, pero también es tema de estudios la menor presencia de eventos cardiovasculares, también menos presencia de diabetes, esto último se está estudiando porque son población con colesterol alto y triglicéridos altos también, por lo que no cuadra", cuenta
Cáncer
Entre la población Aymara y no Aymara la primera causa de muerte es el cáncer. De igual modo, para ambos grupos la segunda causa son las enfermedades del sistema circulatorio. Se diferencian en la tercera causa, que para los Aymara son las causas externas; y, para los no Aymara, las enfermedades del sistema respiratorio.
Durante el año 2014, a nivel mundial, 7,6 millones de personas murieron por cáncer, y, anualmente, el cáncer sigue aumentando a un ritmo alarmante. Las investigaciones indican que un tercio de las muertes por esta causa se debe a factores de riesgo modificables, como el tabaquismo, la obesidad, el consumo nocivo de alcohol o las infecciones. Se prevé, además, que en 2030 11,5 millones de personas morirán por cáncer. Estos antecedentes sumados al alto nivel de pobreza, analfabetismo y dificultad al acceso a la atención terciaria de salud ha hecho que un grupo de profesionales de la salud en forma anónima y en coordinación con el departamento de salud de las comunas de Colchane y Camiña y el Hospital Regional de Iquique realicen diversas atenciones de salud para tratar de cambiar esta tan negativa realidad. El objetivo final no es sólo brindar atenciones de salud esporádicas sino lograr un Auge pueblos originarios que brinde y garantice una atención continua en el tiempo con políticas étnica y geográficamente localizadas.
Salud Aymara
Pensando en que es necesario poder generar nuevos puentes con esta etnia y las demás que habitan el territorio, existe una norma, la general administrativa N°16 sobre interculturalidad en los Servicios de Salud a cargo del Ministerio de Salud, la que establece que deben "formular políticas que permitan incorporar un enfoque de salud intercultural en los programas de salud en aquellas comunas con alta concentración indígena" y que "en aquellos Servicios de Salud con alta concentración indígena y de acuerdo a las normas e instrucciones del Ministerio de Salud en la materia, el director del servicio deberá programar, ejecutar y evaluar en conjunto con los integrantes de la Red y con participación de representantes de las comunidades indígenas, estrategias, planes y actividades que incorporen en el modelo de atención y en los programas de salud, el enfoque intercultural en salud".
Además se reconoce "el derecho de las personas pertenecientes a los pueblos originarios a recibir una atención de salud con pertinencia cultural, lo cual se expresará en la aplicación de un modelo de salud intercultural validado ante las comunidades indígenas, el cual deberá contener, a lo menos, el reconocimiento, protección y fortalecimiento de los conocimientos y las prácticas de los sistemas de sanación de los pueblos originarios; la existencia de facilitadores interculturales y señalización en idioma español y del pueblo originario que corresponda al territorio, y el derecho a recibir asistencia religiosa propia de su cultura".
Esto se efectúa a través de los programas de salud multicultural ejecutados por el Servicio de Salud de Iquique y la Seremi de Salud, en ese marco, en noviembre ambas instituciones empezaron en la región el proceso de participación y consulta sobre el reglamento del artículo 7 de la Ley Nº 20.584 sobre derechos y deberes que tienen las personas en relación con acciones vinculadas a su atención en salud.
El trabajo se dividió en tres etapas: Difusión en cada pueblo, jornadas informativas y jornadas de deliberación. Actualmente están en la última etapa, para lo cual el Ministerio ha contratado asesores de confianza de cada comunidad para que se reúnan y trabajen sin la intervención de funcionarios de las instituciones.
Estas jornadas deliberativas ya se están desarrollando en Pica, Camiña, Colchane, Huara, Pozo Almonte y Alto Hospicio (donde participan los residentes de Iquique también) y continuarán en marzo, después de un receso por las actividades del verano en las que participan las comunidades (carnavales, festivales, tambo andino, etc).
Finalmente, en abril habrá una jornada regional con un plenario en el que cada comunidad presentará su propuesta para llegar a una propuesta regional que luego será planteada en la asamblea nacional que determinará formalmente la propuesta de las comunidades indígenas de Chile sobre el artículo 7 de la Ley 20.584.
En resumen
El Ministerio de Salud garantiza la participación
En regiones con alta concentración indígena deben programar, ejecutar y evaluar con los integrantes de la Red y con participación de representantes de las comunidades programas con un enfoque intercultural en materia de salud.
"los aymaras de la tercera edad o comen o viajan a Iquique la plata no les alcanza"
Yolanda Flores, Colchane.
Mortalidad más alta en población aymara
La sobremortalidad Aymara es constante con riesgos de morir con una casuistica que casi duplica a los de la población no Aymara. En ellos la tasa de mortalidad es igual en tanto en hombres como mujeres.
Choque Cultural
Si bien se ha integrado la cosmovisión aymara y la medicina occidental, aún se produce un choque cultural que afecta el acceso, tanto por no entendimiento mutuo como por escasez de recursos para trasladarse por largas distancias desde la ruralidad.
56.524 Según la encuesta Casen 2013, esta es la cantidad de aymaras que viven en Tarapacá
6,1% de las 1.565.915 personas que se autodefinen como parte de la etnia aymara constituye a esta comunidad como la segunda más numerosa tras la mapuche.
10.000 pesos en pasaje implica un fuerte impacto en la economía de la población aymara que en su mayoría está dedicada a la agricultura o adultos mayores vulnerables.
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