Tarapaqueños entre lágrimas inician el sueño de ser aviadores
30 conscriptos ingresaron ayer al Servicio Militar en la Fuerza Aérea. Por lo que, durante un año, estarán lejos de sus seres más queridos.
Los tiempos han cambiado y, lo que antes era una obligación, hoy es una decisión personal, que hace que sean decenas los jóvenes que opten por realizar su Servicio Militar en la rama de las Fuerza Armadas que más le llame la atención.
Esta fue la realidad que vivieron 30 conscriptos de la región, que el año pasado se inscribieron voluntariamente para cumplir con este deber, que da el inicio a la carrera militar que tanto soñaron desde que eran niños.
Acompañados de sus familiares, con bolsos juveniles en mano, vistiendo tenidas formales, algunos con cortes de pelo que no están permitidos en las instituciones militares y otros con ropa típica de adolescentes, llegaron hasta el cuartel Cavancha de la Fuerza Aérea estos futuros servidores de la Patria.
Apenas pisaron suelo militar, debieron acatar la orden de formación con la que se daría inicio la ceremonia de acuartelamiento de esta instrucción marcial. Luego tuvieron que despedirse de sus seres queridos e iniciar la campaña, que los hará ser parte de las filas de la Fuerza Aérea por un año.
Sueño
Juan Carlos Contreras Chambel, de 18 años, es uno de los conscriptos que ayer tuvo que dejar su hogar para cumplir el sueño de ser aviador.
Este joven estudió en el colegio Metodista Williams Taylor de Alto Hospicio y confiesa que desde pequeño su meta fue ser piloto, por lo que toda su enseñanza media se preparó para lograrlo. Juan Carlos, al igual que su hermano mayor Elías Contreras, siempre quiso ser parte de la Fuerza Aérea de Chile. Si bien Elías lo consiguió ingresando el año pasado como conscripto en esta entidad, donde actualmente está contratado, el joven de 18 años no quiso quedarse atrás.
Según cuenta, postuló a la escuela de aviación quedando tercero en la lista, pero la vida quiso que en esa oportunidad no quedara seleccionado al realizarse el examen dental. Por eso decidió inscribirse como voluntario en el Servicio Militar optando por la Fach.
"Espero aprender lo máximo posible, ya que mi aspiración es llegar a la escuela. Allí tengo varias proyecciones como lo es especializarme en la parte de mecánica aérea. Este es mi primer paso para lograr mi sueño", comentó Juan Carlos, quien agregó que el año pasado, cuando su hermano ingresó al Servicio Militar, él supo que en un futuro no muy lejano ambos estarían defendiendo a Chile en la Fuerza Aérea nacional.
María Chambel, madre de este joven conscripto, contó -entre lágrimas- que Juan Carlos es su bebé, ya que es el menor de cinco hermanos, por lo que se siente orgullosa de la decisión de su hijo.
Otro de los jóvenes es Pablo Nicolás López Matus (18), quien egresó del colegio Mahatma Ghandi, el que tuvo siempre claro que es lo quería para su futuro. Él aseguró que desde muy chico le gustó el uniforme, la disciplina y la responsabilidad con el país, por lo que este es el primer paso para llegar a ser aviador militar.
"Yo soy de Santiago y cuando iba al metro me encontraba con los militares allí. Desde los 8 años me llamó la atención el uniforme y la prestancia que tiene. A medida que fui madurando me di cuenta que ese era mi futuro. Luego llegué a Iquique y me tocó hacer el Servicio Militar aquí. Cuando termine postularé a tropa profesional y, posteriormente, a la escuela de la Fach", comentó Pablo quien es el menor de 3 hermanos.
Este joven confiesa que le costó el momento de la despedida con su familia, ya que será un año sin poder estar constantemente con ellos, pero que más aún le apena dejar a su polola Karime Hidalgo, con quien lleva 4 meses.
"Al momento de despedirme le dije 'nos vemos', ya que sé que esto no se acaba porque yo ingrese al servicio, sino que seguiremos juntos todo este tiempo y más aún cuando lo termine. Fue difícil, pero a la vez emocionante la despedida. Al igual que cuando lo hice con mis padres, quienes se sienten orgullosos de mí, ya que soy el primero en la familia que se va a la rama militar", dijo Pablo López.
El capitán de bandada, Patricio Martínez, a cargo de la cuadrilla de instrucción de los conscriptos del grupo de defensa antiaérea N°24, precisó que este año ingresaron menos jóvenes a la entidad regional, cifra que se repitió a nivel nacional.
Asimismo, indicó que de Iquique y Alto Hospicio son la mayoría de los jóvenes que se acuartelaron, pero que también hay dos conscriptos de Pozo Almonte y otros dos de Arica. Ciudad donde la Fuerza Aérea no tiene una base para realizar el Servicio Militar.
Tras dejar a sus familias, los jóvenes debieron realizar su primera actividad como conscriptos, como es el recibir la indumentaria que los acompañará por unos años. Este momento para muchos fue especial, ya que como dijeron los jóvenes, es el comienzo de su sueño.
"Espero aprender lo máximo, ya que mi aspiración es llegar a la escuela de la Fach"
Juan Carlos Contreras,, conscripto.