Cuando se delibera la reforma laboral y no se llega a pronto acuerdo, lleva a discurrir en los reales motivos del desacuerdo: temor y desconfianza de los legisladores en cuanto a las actitudes de los representados contrincantes.

¿Están los trabajadores suficientemente maduros para exigir sus demandas sin hacer correr riesgos a su fuente laboral, y aquellas no estén dictadas por ideologías políticas de tendencia anarquista? ¿Están los emprendedores y empresarios, suficientemente maduros para no explotar a sus trabajadores y pagarles un salario justo y equitativo a sus esfuerzos, sin pensar que el capital es lo más importante en la distribución de las utilidades? Preguntas hechas desde los albores de la humanidad, que aún no tienen respuesta y en la práctica funciona el péndulo de los extremos, ese estimulado por los vociferantes que no desean llegar al justo equilibrio, por intereses personales o partidistas, confiados en que para la mayoría de los humanos lo ganado nunca es suficiente.

Marcos Concha Valencia.

En su información en la edición del miércoles 9 de marzo, se da cuenta de las acciones legales que EPI iniciaría en contra de quienes realizaron una quema de neumáticos en el sector de ingreso a los recintos portuarios; elementos que, según se señala, estaban en el recinto que la municipalidad ha entregado en comodato al sindicato Fetrapi.

Sobre el particular creo que se trata de una acción grave que en el recinto indicado se mantengan elementos que son de fácil combustión, más aún haciendo uso de un patio que, entiendo, no forma parte del comodato que la municipalidad ha entregado, pues éste está referido al inmueble y no al patio.

Si este comodato es del tipo precario, el municipio podría darle término si se está utilizando para realizar acciones vandálicas.

Está en un error el dirigente de Fetrapi que señala que pueden hacer cualquier tipo de manifestaciones en pos de sus reivindicaciones sindicales, pues la quema de neumáticos atenta contra la propiedad de todos, como es la destrucción del pavimento de calles, que son bienes de uso público y que, a lo menos, debiesen ser obligados a su reposición.

Eduardo Ramírez G.