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Jóvenes cuentan cómo es el desafío de cambiar su vida

Profesionales de Servicio País llegan para trabajar al interior de Tarapacá.
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Crismary Castillo Marengo

Las historias que se unen cuando una persona deja la comodidad de su casa y su barrio traen múltiples aristas y caminos. Éstos llevan casi siempre a lugares, miradas y vidas nuevas que se enlazan a experiencias para toda la existencia.

Una de las vías en las que estas historias nacen es el Servicio País, un programa de intervención social de la Fundación Superación de la Pobreza que trabaja en comunidades que viven en contextos de aislamiento y vulnerabilidad, incorporando modelos innovadores, replicables y participativos, con el objetivo de contribuir a la superación de la pobreza y a la formación de profesionales jóvenes.

En Tarapacá ya están los 12 profesionales jóvenes que distribuirán su ayuda y conocimientos en las comunas de Pica, Colchane, Pozo Almonte y Alto Hospicio; cuatro de ellos compartieron las visiones que tienen de esta nueva vida que tendrán durante un año completo, alejados de sus hogares, pero unidos a nuevas familias al interior de la Primera Región que los recibió con toda la fuerza del desierto de Atacama.

Desde la V Región

Cecilia Aguilera tiene 26 años y es trabajadora social. Este es su segundo año en la región, ya que llegó en el 2015 a Pozo Almonte y este 2016 se trasladará a Colchane para seguir con su trabajo en el Servicio País.

"No me gusta el trabajo en oficina sino en terreno porque ahí se hace el verdadero trabajo social con las comunidades. Servicio País tiene esa forma; postulé al programa de profesionales y fui seleccionada para estar en Pozo Almonte", describió Aguilera.

Su experiencia se desarrolló de la mano de las comunidades quechuas y aymaras, además de agrupaciones de artesanas y grupos de niños. Sumado a esto, conoció de cerca cómo se relacionan estas culturas y percibió las diferencias que como país tiene Chile a lo largo de su territorio.

"Es un mundo aparte el que vivimos en la zona central. Por ejemplo allá yo no conocía lo indígena y venir para acá es impregnarse totalmente de otra cultura", manifestó la trabajadora social, quien añadió que al principio fue chocante reconocerse en esta nueva cultura.

Por lo anterior, vivir un año completo en Pozo Almonte significó un cambio que se tradujo en vivir la misma realidad de los habitantes de la capital de El Tamarugal.

"Comienzas a vivir sus festividades y rituales a la par de ellos. Por esto también la gente va generando un vínculo más fuerte y, al final, te hacen parte de lo suyo. Al principio cuesta porque te ven como un afuerino, pero cuando comienzan a verte todos los días o saben que eres su vecino, te ven como igual", refirió Aguilera.

La porteña recordó como una gran experiencia haber asistido a un velorio aymara y este ritual más que algo triste, le pareció un evento alegre.

"Lamentablemente falleció alguien muy importante en Pozo y acá los velorios son con mucha música, la gente comparte y se juntan a comer. Esto para mí fue una despedida alegre y es una buena anécdota porque me involucraron en sus tradiciones", dijo.

Desde Santiago

A Anaís Espinosa los nervios al subirse por primera vez en un avión desde su natal Santiago hacia el norte, hicieron que olvidara esa idea de ser aceptada por la fundación en una región hacia el sur.

La joven profesional en trabajo social estará 12 meses en Alto Hospicio en la población Santa Rosa con programas de habitabilidad y espacios comunitarios, más allá de temas estructurales como una plaza u otra infraestructura.

"La idea es activar espacios desde las relaciones con los vecinos y organizaciones comunitarias para proyectar un trabajo que lleve a iniciativas culturales o fondos concursables", indicó.

Si bien nació en Santiago, sus raíces están precisamente en Alto Hospicio ya que su papá nació en la base aérea Los Cóndores porque sus abuelos vivieron 12 años en este lugar.

"Yo no conocía el norte. En ese sentido lo tomé como una oportunidad para conocer cómo es el norte desde adentro. Tú no puedes tomar un avión y venir una semana a la playa y listo. Venirte es traer la actitud para tener un contacto piel a piel con la gente porque conoces sus historias y la esencia de vivir en Hospicio", apuntó.

En el oasis

Para Karina Leiva probar los alfajores frescos de Pica es un lujo que tendrá a diario, pues quedó seleccionada para trabajar en esta comuna con el programa Servicio País.

"En mi caso trabajaré con programas relacionados a la cultura y creo que esto fortalecerá mi vida tanto en lo profesional como en lo personal", adelantó la joven trabajadora social quien además explicó que lo más complicado de cambiar su rutina ha sido capear las altas temperaturas de esta zona al interior de Tarapacá.

"Venimos de lugares muy distintos pero el recibimiento de la gente ha sido muy bueno y esto nos anima a seguir trabajando con la comunidad y retro alimentarnos con su cultura", comentó Leiva, quien postuló en octubre del 2015, justo luego de titularse como trabajadora social.

Adiós a la Araucanía

Pablo Sepúlveda es administrador turístico cultural y asumió el desafío de cambiar su trabajo en Santiago y en tan solo un mes, tener todo dispuesto luego de recibir la noticia que sería traído al norte para trabajar en Pozo Almonte.

Sepúlveda desarrolló en gran medida trabajos en la Araucanía con comunidades mapuches, ya que hizo su tesis con el conflicto en esta región.

"Una de las áreas que me ayudó mucho fue trabajar en un centro cultural. Esto me ayudó a entender su cosmovisión y creo que trabajar acá puede ser algo parecido porque estaré en un buen lugar para trabajar con las comunidades", destacó Sepúlveda.

Sus labores estarán dedicadas a la población Las Quintas en Pozo y, según contó, trabajarán del mismo modo en Mamiña a donde llegarán la próxima semana para gestionar junto a las entidades del poblado las diversas iniciativas que como programa tienen.

Su experiencia también se nutrió con labores realizadas en Tierra Amarilla y Chañaral y es por ello que tiene la confianza para asumir las nuevas responsabilidades que como profesional del programa Servicio País. "Ahora hace mucho calor, pero creo que luego en el invierno cambiará el clima y estaremos más aclimatados", finalizó sonriendo.

"Al principio cuesta porque te ven como un afuerino

Cecilia Aguilera, del Servicio País.

"Venirte es traer la actitud para tener un contacto piel a piel con la gente porque conoces sus historias...".

Anaís Espinosa,, trabajadora social.

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