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A 35 años del accidente que dejó un nuevo mártir bomberil

El 20 de marzo de 1981 en las intersecciones de calles Vivar con Latorre chocaron los carros de la segunda compañía con el de la Duodécima Compañía, cuando ambos se dirigían a un amago de incendio que resultó ser una falsa alarma.
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Crismary Castillo Marengo

Antonio Baggioli, voluntario honorario de la Compañía de Bomberos Germania N°2, la sensación de tristeza al pasar por la intersección de las calles Vivar con Latorre nunca se le pasa.

Mañana 20 de marzo es una fecha especial para él que se relaciona directamente con esta dirección, donde el 20 de marzo de 1981 chocaron los carros de la Compañía Germanía N ° 2 con el de la compañía N°2 cuando ambos se dirigían a un incendio que resultó ser una falsa alarma.

El ruido de las sirenas y el apuro por llegar al lugar donde era la supuesta emergencia hizo que ambos autos no se escucharan y así, la tragedia se convirtiera en un recuerdo para cada uno de los involucrados en este accidente.

Baggioli es uno de los sobrevivientes de esta tragedia y recuerda en carne viva cómo sucedieron los hechos, donde su compañero y amigo, Hugo Báez, falleció casi instantáneamente luego de diez minutos del choque.

El diario El Mercurio relataba el dramático accidente: "...los bomberos quedaron allí tendidos, unos aturdidos y otros incrédulos, formando un cuadro de horror y heroísmo. Uno de ellos no despertó jamás de la jornada: Carlos Hugo Báez Valdevenito, de 33 años. Su nombre se incorporaba a uno de los inmortales hombres buenos, horas antes de que en Santiago pereciera su compañero, Eduardo Rivas en el incendio de la Torre Santa María".

"Nos regíamos por la sirena de alarmas que está cerca de Eliqsa y no por teléfonos. Eran las 15:15 horas y en ese entonces la calle Latorre era de subida y no de bajada como ahora. El auto salió hacia arriba e iba conduciendo Emilio Silva. Yo y Hugo íbamos de copilotos", recuerda Baggioli.

Cuando se produjo el accidente entre ambas compañías el carro de la Segunda chocó con la imprenta Moisés Castro. En ese momento todas las alarmas se encendieron y hasta el lugar llegaron más voluntarios.

Voluntarios

Entre ellos estaba Guillermo Dávila, director honorario de la compañía quien llegó con carros montacarga que fueron facilitados por la Empresa Portuaria para poder levantar el carrobomba.

"A Hugo ya lo habían sacado. Luego fuimos al Servicio Médico Legal para buscarlo y vestirlo. Su cabeza era como un gran tarro de piedras porque recibió un golpe muy fuerte al salir expulsado del carro", describe con dolor Dávila.

Lo que siguió fue un largo proceso de recuperación para quienes estuvieron allí y para la compañía ya que además de perder a su voluntario, quedaron por dos años sin carro bomba.

Sobreviviendo

Baggioli quedó gravemente herido luego del choque. Fue enviado de urgencia al Instituto Traumatológico de Santiago a donde llegó lacerado y tembloroso, según recuerda.

Un yeso y las vendas le cubrían medio cuerpo. Tenía fractura de peroné de la pierna izquierda y se lesionó la clavícula. Su ficha médica parecía una guía telefónica. "Quedé incrustado en la reja de lo que era en ese entonces la librería 'El Porvenir'. A mi mamá le fueron a avisar que me había muerto. Recibí la ayuda de quienes pasaban por ahí que me bajaron de la reja y yo vi al Hugo...", cuenta Baggioli mientras su voz se entrecorta por el recuerdo doloroso de la pérdida de su amigo.

El resto de la jornada fue de histeria, confusión, espanto y solidaridad. Junto a hombres tendidos en el suelo numerosas personas demostraron que la gente no se paraliza por lo espectacular o macabro de un accidente y auxiliaron a los afectados.

El voluntario expresa que todo fue tan rápido que nunca olvida la frase que minutos antes del accidente, cuando estaban en su cuartel de El Morro, pronunció Hugo Báez.

"Me dijo: 'Baggioli, soy lo que seré y voy a ser un mártir porque mi cuerpo y mi vida están en manos de Dios'. Esto fue lo último que me dijo y me dio una tranquilidad cuando íbamos saliendo de la compañía sin saber lo que iba a pasar", asegura el bombero honorario que está próximo a cumplir 49 años dentro de la compañía.

Historia

Recordando la historia de esta compañía su primer cuartel estuvo ubicado en la extinta calle Cuzco, este desapareció a consecuencia del maremoto ocurrido el 9 de mayo de 1877 junto con las compañías N° 1 y N° 4, lo que con su posterior incendio que estalló en el cuartel destruyó archivos, material de trabajo, el estandarte institucional y el acta de fundación, se logró salvar solo la bomba a vapor.

Sin embargo a fines de 1877 se construye un nuevo cuartel en calle Arequipa (hoy Patricio Lynch), distante a una cuadra de la Plaza Prat. Este edificio también desapareció a consecuencia del incendio que se declaró el 23 de octubre de 1880, a pesar de esta desgracia, sus voluntarios no se desanimaron y con increíble esfuerzo en solo dos meses, enero y febrero de 1881, reconstruyeron el cuartel en el mismo sitio.

Los destinos de los hombres de la Germania ya estaban dictados y aunque la valentía de estos grandes hombres era una gran fuerza nada pudieron hacer el 28 de septiembre de 1885 a las 05:45, el siniestro iniciado en la esquina de la Plaza Prat (hoy Luis Uribe), devora nuevamente el cuartel, salvando esta vez el material con que se trabajaba y el venerable estandarte de la compañía.

Debido a esta catástrofe la compañía Salvadora n°5 Austro-Hungara acogió a su hermana Germania, hasta que Don Gonzalo Bulnes Intendente de la época le concedió un terreno municipal situado en calle Pedro Lagos esquina Tarapacá (actual edificio Econorte), donde antiguamente ocupase el Panteón de Iquique, a cambio del que poseía, expropiado para abrir una nueva calle. Se construyó en 1986 un nuevo cuartel con la colaboración económica de las autoridades chilenas y alemanas residentes.

Mañana, 35 años después del accidente la compañía realizará un acto en conmemoración de tragedia a las 11 horas en el mismo lugar donde ocurrió. Allí formarán todos sus voluntarios.

"fatal accidente bomberil"

El sábado 21 de marzo de 1981 el Diario La Estrella de Iquique titulaba con "Tragedia bomberil" el hecho donde un voluntario iquiqueño murió al chocar dos carros bombas en Vivar con Latorre. El texto señalaba lo siguiente: apenas 24 horas después de haberse conmemorado aquí el trágico accidente que costó la vida de tres voluntarios de esta ciudad, el Cuerpo de Bomberos de Iquique alcanzó otra vez el luto en la tarde de ayer, cuando en una horrible colisión entre dos carros bomberiles que acudían a un llamado de comandancia una persona murió y otras siete quedaron heridas",

"Me dijo: 'Baggioli, soy lo que seré y voy a ser un mártir...

Antonio Baggioli, voluntario.

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