El año pasado la Presidenta Bachelet dio comienzo al proceso constituyente, una iniciativa que dotará a los chilenos de una nueva carta fundamental -la más importante de todas las leyes-, y que será preparada desde las organizaciones base de la ciudadanía y definida por toda la institucionalidad de nuestra democracia.
Se trata de un proceso por etapas, ordenado, con educación cívica para la comunidad, con un consejo de observadores que garantizará la transparencia de los cabildos ciudadanos que se llevarán a cabo y con una definición en todas las instancias políticas que tiene nuestro país.
Dotarnos de una nueva constitución -no de una reforma a la actual, sino una creada por todos los chilenos- es otro paso más del programa reformista de la Presidenta Bachelet, el que podemos dar hoy en medio de la madurez democrática que ha alcanzado nuestro país y su sociedad, dejando atrás el cuestionable origen de nuestra actual Constitución.
Buena parte de los países democráticos han vivido procesos constituyentes sin mayores traumas y eso es lo que esperamos de este ejercicio democrático, tan necesario para nuestro país.
Por lo mismo, debemos abordarlo como actores políticos en forma seria y por sobre todo participativa, convocando a todos y a todas a ser parte en esta construcción de país.
Es el momento de una decisión política y ciudadana trascendente: Chile necesita de una nueva Constitución y para avanzar en ello necesitamos que todos los actores sociales, sin exclusión alguna, participen de los cabildos ciudadanos que se vienen.
El resultado de esos diálogos participativos serán las bases ciudadanas, definiciones con las cuales la Presidenta de la República dará forma al proyecto que enviará al Congreso en 2017. La actual composición parlamentaria sentará las bases para decidir cómo y quiénes discutirán la redacción de nuestra nueva Constitución, en tanto que el parlamento que se conformará tras las elecciones del próximo año será el que determine el mecanismo constituyente.
El proceso para construir nuestra nueva Constitución parte con los ciudadanos y concluirá también con los ciudadanos, cuando un plebiscito apruebe la nueva carta fundamental. Están todos invitados a definir el Chile que viene.
"Buena parte de los países democráticos han vivido procesos constituyentes sin mayores traumas".
Claudia Rojas, intendenta de Tarapacá