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Así funciona el robot que fabrica vasos sanguíneos

Aún al servicio del hombre, los robots contribuyen a mejorar la salud humana. Ahora en tratamientos de enfermedades vasculares, una iniciativa nacional desarrolló una máquina capaz de generar una prótesis para vasos de hasta seis milímetros, inspirada en las mismas arterias coronarias que son tan familiares para los chilenos.
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Tomás Díaz - La Estrella

El día en que las máquinas por fin se rebelen y se apoderen del mundo aún está muy lejano. Todo lo contrario: las máquinas aún contribuyen al desarrollo y salud humana.

Y, más importante, todavía están bajo el control del hombre. Así lo demuestra el científico Juan Pablo Acevedo, principal gestor del robot que construye vasos sanguíneos para pacientes de enfermedades vasculares.

El investigador accedió a hablar sobre esta innovadora iniciativa, la cual podría suponer importantes avances en materia de salud a nivel mundial.

Esta máquina estará al servicio de los pacientes de enfermedades de mala irrigación, tales como: cardiopatías, diabetes, colesterol y enfermedades cerebrovasculares. Tiene además la ventaja de que puede trabajar con vasos menores a seis milímetros, inspirada por las mismas arterias coronarias humanas.

No es la primera

Este no es el primer desarrollo de prótesis vasculares, pero sí supone mejoras considerables a sus antecesores. "No somos los primeros ingenieros de tejidos pero los otros siguen teniendo problemas con los vasos menores a seis milímetros y las fabricaciones llevan entre 28 días y 10 meses", aseguró Acevedo.

En cambio el proyecto que él desarrolla en equipo con Camila Wilkens y Maroun Khoury pretende generar estas prótesis en solo 15 minutos. Además emplea biomateriales con células madre adultas para la fabricación del tejido. Esto, por supuesto, lo hace un negocio rentable.

"Además de ser novedoso en estrategia de fabricación, es un proceso automatizable más barato, más rápido. Genera mejores vasos y es comercialmente viable como proceso", aclara el líder de la iniciativa.

Acevedo explica que el robot aún está en etapa experimental, ya que debe "tener parámetros de seguridad, mostrar que se pueden suturar, que no van a presentar rupturas, y que el comportamiento mecánico es similar a los vasos sanguíneos".

Hombres y máquinas

El futuro es prometedor para este equipo de Cell For Cells (C4C), la empresa gestora, y la relación con las máquinas parece estrecharse más.

Para Juan Pablo Acevedo el porvenir supone "una nueva interacción del ser humano con su entorno a través de las máquinas. Podría decir que efectivamente la cantidad de información que se puede extraer de un organismo biológico por una máquina será mayor". Una postura conservadora en comparación con la de Ian Pearson, ingeniero que se dedica al estudio del futuro, tomando en cuenta los factores sociales y tecnológicos.

Como parte de la preparación para la presente Big Bang Fair, el investigador aseguró que para el año 2050 el ser humano "evolucionará" hacia una nueva especie producto de la combinación hombre/máquina: el Homo Optimus.

Aclaró que para entonces el ser humano habrá alcanzado la inmortalidad digital (la idea de que todas las experiencias y memorias estarán subidas y disponibles online).

"Con genomas optimizados y cuerpos mejorados al combinarse con tecnología externa, la gente podría ser más bella, inteligente, más emocionalmente sofisticada, más físicamente hábil, más socialmente conectada, y generalmente más sana y feliz", destacó el futurólogo. Pese a que su robot superó todas las expectativas, Acevedo mesura su visión del futuro de la relación humana con las máquinas.

Para el investigador principal de C4C, "lo que muestran las películas todavía no me lo imagino cómo se podría generar. La evolución implica un cambio a nivel genético; eso no va a ocurrir a menos que vayamos modificando los genes".

Este futuro, aparentemente distante, se acercó el día de ayer, cuando científicos del Francis Crick Institute recibieron la autorización -del ente regulador de las investigaciones de fertilidad- para modificar embriones humanos a nivel genético. Estos estudios pretenden investigar por qué algunas mujeres sufren de varios abortos espontáneos seguidos.

Es la segunda vez en la historia que se modificará genéticamente a humanos, luego de que China lo hiciera el año pasado pese a la indignación generalizada en su contra.

Es por eso que esta noticia abrió paso a una serie de críticas de voces expertas. El doctor Callum MacKellar, director de investigaciones del Consejo Escocés de Bioética Humana, reclamó que "permitir la edición de genes de embriones abre el camino a modificar genéticamente a todos los descendientes de una persona como también todo lo que es eugenesia, lo que fue condenado por todas las sociedades civilizadas después de la Segunda Guerra Mundial".

Por ahora Acevedo pone paños fríos y proyecta "tener un dispositivo que pueda entrar en etapas clínicas de aquí a 3 ó 4 años".

Los otros (fabricantes de prótesis) siguen teniendo problemas con vasos menores a seis milímetros y les llevan entre 28 días y 10 meses".