A dos años de los terremotos
Evo con el caballito de batalla de la salida al mar, no logró la reelección presidencial y con el Silala está tratando de lavar los trapos sucios, de su baja aprobación.
Marcos Concha Valencia
Evo con el caballito de batalla de la salida al mar, no logró la reelección presidencial y con el Silala está tratando de lavar los trapos sucios, de su baja aprobación.
Marcos Concha Valencia
A dos años de los terremotos del 1 y 2 de abril de 2014 en Iquique, lamentablemente no podemos observar grandes cambios a nivel de decisiones en términos de mejorar las medidas preventivas.
Las vías de evacuación están con sus demarcaciones desgastadas, hace falta repintarlas.
Los vehículos abandonados, construcciones irregulares y obstáculos en las vías de evacuación son verdaderas trampas para los peatones.
Las veredas en ciertos sectores de Iquique utilizadas como vías de evacuación, presentan grandes agujeros.
Cero iluminación, aún no existe la voluntad ni mucho menos compromiso para contar con iluminación artificial solar en las vías de evacuación.
Tenemos unas balsas, instaladas en nuestro principal balneario, que ante un tsunami, se convertirán en verdaderos misiles en contra de la población, recordemos que en la anterior marejada se soltaron. Y la autoridad marítima recomendó retirarlas.
Hay que mejorar la coordinación con el peaje desde y hacia el aeropuerto ante una alarma de tsunami, recordemos que en la última alerta cobraron a los automovilistas hasta el último minuto.
Cero control vehicular, pareciera que Carabineros se preocupa de Juan Martínez hacia el mar, porque desde Juan Martínez hacia el cerro es un verdadero caos y por favor está bueno de creerse el cuento de que estamos preparados y que a nivel mundial somos un ejemplo por nuestro comportamiento ante desastres naturales como terremotos y tsunamis.
La verdad es muy distinta, los conductores son unos verdaderos animales al volante, en todas las alertas de tsunami las filas de vehículos se extienden desde Juan Martínez hasta Pedro Prado, los bocinazos, garabatos, gritos y choques están a la orden del día.
A dos años cero ejercicio de evacuación masivo, solo a nivel menor.
Pareciera que las inversiones millonarias en festivales y carnavales con la plata de todos los iquiqueños son más importantes que las vidas de los mismos.
Rodrigo Cortez M.