Ximena Araya Monroy
Horas tensas se vivieron ayer en el campamento Unión, Fuerza y Esperanza del Boro, ya que Carabineros iba a desalojar a las familias que estaban ubicadas en los terrenos del Serviu, medida que finalmente no se hizo efectiva, puesto que los pobladores acordaron un desarme voluntario para evitar ser sacados por la fuerza.
A las 7 A.M., cerca de 400 familias que residen en este barrio ubicado a un costado de la ruta 16 frente a la empresa Vulco, se sorprendieron por la presencia de un contingente de Fuerzas Especiales de Carabineros, quienes según explicó el comandante Rolando Ilabaca, iban hacer efectiva una resolución administrativa de la Gobernación Provincial, en cuanto a la restitución inmediata de un inmueble fiscal de propiedad del Serviu. "Ordenado el desalojo de inmediato, se procedió a notificar, si hay resistencia, Carabineros actuará con fuerza y tendrá la facultad de allanar y descerrajar", explicó el oficial.
Acuerdo
La acción que no fue necesaria, ya que luego de casi 9 horas de espera, finalmente se llegó a un acuerdo entre los vecinos, el Serviu y Carabineros, con lo cual cerca de 25 familias desarmarán sus viviendas de forma voluntaria. Las restantes ocupan terrenos que pertenecen a privados, que en el caso de querer recuperar sus sitios deben iniciar una acción judicial.
"Acá hay gente enferma, gente diabética, personas postradas, niños, mujeres embarazadas. Estuvimos 3 meses viviendo en carpas y nunca vinieron, esto era un basural, estuvo tantos años desocupado y ahora tienen el apuro por desalojar", refirió Mileidi Valdivia, vocera de los pobladores, que en su mayoría eran jefas de hogar con niños.
Como una forma de solidarizar con los afectados hasta el lugar llegaron pobladores pertenecientes a otros comités de vivienda; como el San Lorenzo y Gladys Marín Aymara, que mantienen tomados terrenos en otros puntos de Alto Hospicio, quienes interrumpían el tránsito de la Ruta 16 de forma intermitente.
En la oportunidad una de las consignas que nuevamente tomó fuerza es del Plan Integral para Alto Hospicio, que básicamente tiene que ver con solicitar al gobierno la entrega de un terreno urbanizado para que las familias construyan sus viviendas por cuenta propia.
"Pedimos que por lo menos nos de 1 año hasta tener una solución definitiva, así como lo hicieron con los vecinos del exvertedero, hay un déficit tremedo en la región, hay gente viviendo frente al cementerio de mascotas. Yo soy micrero, no me da para pagar un arriendo para siete personas, nadie nos da una solución y nos vemos obligados a tomarnos un terreno", aseveró Segundo Ramos.
400 familias aproximadamente viven en el campamento.