Mauricio Mondaca/Agencias - Medios Regionales
El Presidente de Ecuador, Rafael Correa, anunció ayer que la cifra de muertos por el terremoto de 7,8 grados Richter, que se registró el sábado y que dejó grandes secuelas de destrucción, aumentó a 235.
El Mandatario actualizó la información en su cuenta de Twitter durante el transcurso de su viaje de retorno desde Europa al país, hasta donde esperaba llegar la tarde de ayer directamente a la zona más afectada.
Mientras el vicepresidente Jorge Glass dijo que "estamos en una situación de catástrofe en algunas partes de Portoviejo y de Manta", la Subsecretaría de Gestión de Riesgos destacó que el número de heridos llegaba a 1.557.
El terremoto se produjo a las 18.58 hora local del sábado (23.58 GMT), entre los balnearios costeros de Cojimíes y de Pedernales, en la provincia de Manabí. Tras el desastre, el Gobierno ecuatoriano declaró el estado de emergencia en las provincias de Esmeraldas, Manabí, Guayas, Santo Domingo de los Tsáchilas, Los Ríos y Santa Elena, así como el estado de excepción en todo el territorio nacional.
Correa añadió que se ha dado "prioridad inmediata" de rescate a las personas que puedan encontrarse aún bajo los escombros, tarea para la que dijo se cuenta con "apoyo de rescatistas desde el exterior".
El ministro del Interior, José Serrano, dijo que se están tomando todas las acciones para resguardar la seguridad de la ciudadanía.
Al menos 14.000 efectivos de la fuerza pública fueron movilizados en el marco del estado de excepción decretado para ayudar a las provincias afectadas.
189 réplicas registraba hasta ayer el territorio de Ecuador luego del fuerte sismo del sábado.