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La maestra rusa de ballet que dejó el hielo natal por el sol de Iquique

Tatiana Spiridonova, la profesora de ballet e historiadora del arte ruso relata su experiencia en su país y en Iquique, ciudad donde decidió radicarse hace 25 años junto a su familia.
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Mariela Cabello Venegas

Proveniente desde Astrakhan, importante ciudad portuaria ubicada al sur de Rusia, llegó hasta Iquique hace 25 años siguiendo a su familia la maestra de ballet Tatiana Spiridonova, quien asegura que pese a su nacionalidad, tiene el corazón en esta ciudad. "Yo llegué hasta Iquique, porque mi marido es iquiqueño y nos conocimos cuando yo estaba en la universidad de Bellas Artes de San Petesburgo estudiando Historia del Arte, crítico de arte con especialización en arte universal. Había un grupo de latinos, él estudiaba ingeniería y ahí nos conocimos y nos casamos en Rusia", cuenta.

Fue así que un día decidieron venir a Chile y directo a Iquique para conocer de lo que tanto su marido le contaba y fue así que cambió su ciudad natal, donde el hielo bloquea el puerto por cuatro meses, por la "Tierra de Campeones", donde el sol está presente todo el año.

Bailarina

Tatiana, es bailarina de ballet profesional. Según cuenta, estudió en la Academia de Ballet de Astrakahan, para proseguirlos en el Teatro de Ópera de la misma ciudad, llegando a ser su bailarina titular.

"Yo empecé a bailar a los cinco años con el ballet. En Rusia hay muchas oportunidades de aprender, hay mucho teatro, muchos cursos, escuelas especiales con teatro municipal"

Consultada si el ballet era un gusto personal o de sus padres, Tatiana rie y dice. "Mi papá era escultor muy famoso en mi ciudad y a él no le gustaba mucho que yo hiciera esto, porque quería que estudiara medicina. Pero mi mamá me ayudaba mucho y yo lo que quería era arte, arte".

Tanto es así, que Tatiana bailó en distintas presentaciones para el ballet municipal de su ciudad en diversas obras, hasta los 25 años. "Bailaba en festivales, concursos, bailaba Cascanueces, la Bella Durmiente, gran Baile de Strauss, en varios programas clásicos".

En la oportunidad, la maestra cuenta que el ballet es una disciplina difícil, pero para ser bailarina hay que tener una técnica perfecta, además del corazón de artista. "Tú debes saltar, hacer vueltas y eso es trabajo. Y si eso no lo hace con fuerza, no sirve. Pero además de técnica debe ser artista, debe saber interpretar. Porque el ballet no es una cosa de levantar piernas y saltar, hay que explicar lo que bailas para que la gente pueda sentir si es comedia, tragedia. Debes sentir tus emociones. No todas las bailarinas son artistas, sólo bailan bien. Bailarina debe nacer como bailarina, tener alma, ser artista", enfatiza en su español con acento ruso.

Historia del Arte

Spiridonova cuenta que si bien el amor por la danza estaba dentro de ella, es una profesión que no dura mucho tiempo, por eso pasado los 25 años le entró la inquietud de conocer todas las formas del arte y empaparse de éste. "Pensaba qué voy a hacer, y entré a la universidad de San Petesburgo y estudié Historia y Teoría del Arte con especialización en Incas. Yo era la primera que estudiaba esta especialidad, estábamos tan lejos de América Latina y dos culturas tan diferentes".

En ese entonces ella, según relata, tenía muchos amigos peruanos que la ayudaban con sus conocimientos. Luego de titularse comenzó a trabajar un tiempo en su país, hasta que formó su familia y se vino a Chile.

Su trabajo en Iquique

De acuerdo a su relato, fue en 1990 que llegó a radicarse en Iquique, momento en que piensa qué debe hacer y decide volver a dedicarse al ballet, siendo profesora de la escuela artística por dos años y trabajando en el Teatro Municipal, donde entre 1994 y el 2001 funda y dirige la academia de ballet ruso Beriozka, el cual contaba con más de 150 niñas. Paralelamente crea en la comuna de Pozo Almonte un cuerpo de baile infantil y juvenil, siendo una gestora de formación y difusión de esta danza en la ciudad. "Eran alumnas mías, niñitas que están ahora en el ballet de Santiago que ahora siguen como profesoras algunas. Soy feliz porque tengo resultados. Eso es gratificante para mí y yo soy feliz, feliz".

Hoy en día

Actualmente, trabaja en la academia Mozart, ubicada en Francisco Vergara 3338, desarrollando talleres para niñas de 3 años en adelante, con las cuales crea el ballet clásico "Terpsicore". "Construyeron una nueva sala para hacer clases. Yo trabajo por programas del Ministerio de la Cultura de Rusia especialmente para 5 años y hasta treintaintantos, no tenemos límites. El que quiere va a venir a trabajar, lo importante es que la gente que venga disfrute, aprenda plástica y nuevos movimientos para su cuerpo, disfrute la música, crezca estéticamente y emocionalmente, es como terapia del arte".

De la misma manera, expresa que si bien puede ser una terapia, si las niñas tienen condiciones para bailar en punta, les hará bailar fragmentos de ballet clásico.

Esta semana Tatiana está en Santiago invitada por la embajada rusa para hacer dos coreografías para grupos folklóricos de dicho país para celebrar los 71 años de la gran victoria de la Segunda Guerra Mundial. Ahora mi trabajo es más amplio que Iquique".

"Yo empecé a bailar a los cinco años con el ballet en Rusia".

Tatiana Spiridonova,, maestra de ballet sobre sus inicios como bailarina.

"Eran alumnas mías, niñitas que ahora están en el ballet de Santiago que ahora siguen como profesoras algunas. Soy feliz porque tengo resultados".

Tatiana Spiridonova