Secciones

Hospitales de Iquique y Alto Hospicio

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Tarapacá tiene un hospital regional en Iquique que lamentablemente, señala su director, ha quedado "chico" para atender los requerimientos de la población que utiliza el servicio de la salud pública. Mientras tanto sigue pendiente la construcción del hospital de Alto Hospicio, pues no sabe cuándo realmente comenzará su construcción. Primero se prometió esa obra, después se dijo que sería un "hospital base". Al final se construyó un consultorio. Todo lo señalado va en perjuicio de los usuarios del Sistema de Salud Pública. ¿Hay alguna receta mágica para mejorar este problema de salud?

Iquique tuvo el Hospital de Beneficencia. Cumplió su vida útil, siendo desarmado, excepto algunas pocas secciones. En los años 40 del siglo pasado se levantó un moderno hospital regional, una imponente mole de cemento, que a su vez, después de prestar servicio por medio siglo, lo reemplazó el actual, cuya construcción data de los años 90 del siglo XX. El edificio es poco destacable. Pudo haber tenido más pisos sobre bases asísmicas. Se debió aprovechar mejor el terreno disponible.

La situación actual de nuestro hospital debiera motivar más interés de nuestras autoridades, pero también de la comunidad local, única manera que este vital asunto tenga una mayor consideración de la autoridad central. Igual actitud debería tomar la comunidad de Alto Hospicio para que dentro de un tiempo prudencial se haga realidad su hospital, que descongestionaría al de Iquique. Es de esperar que los hospicianos tengan buena suerte con la empresa constructora que se adjudique las obras de su futuro nosocomio y no se presenten los problemas que a veces se suelen producir.

Mario Zolezzi Velásquez

Delincuencia

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Mientras los parlamentarios insisten en negar facultades a las policías, la delincuencia sigue innovando y no trepidan en disparar con tal de conseguir sus objetivos, en algunos mall de Santiago y regiones ha sido así, y pareciera ser que la vida de otros no interesa y el denominador común es que se trata de delincuentes del tipo infanto-juvenil, y que muchas veces delinquen amparados en la añosa o vetusta no imputación.

Si detectives y carabineros hacen lo que debieran hacer, es decir, usar sus armas y defenderse, los delincuentes pasarían de victimarios a víctimas y los policías rápidamente a ser victimarios, ante esto, lógico es que actúen con temor y reserva y tratando de preservar su propia seguridad y empleabilidad. La ciudadanía común y corriente se enorgullece de la PDI y de Carabineros, lamentablemente parlamentarios le niegan facultades.

Alberto Contreras Silva