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El estrés y la congestión

La congestión, tema habitual en la capital ya se está haciendo cada vez más frecuente en la región. Y es que el colapso de las calles de Iquique y los accesos de Alto Hospicio se han transformado en el último tiempo en un verdadero dolor de cabeza para los conductores, sin distinción de ellos, pues les afecta tanto a quienes manejan en los distintos medios de transporte público como a los padres en los horarios punta.

Son varios los problemas que ya están plenamente identificados, como son los vehículos estacionados a ambos lados de las calles, semáforos mal sincronizados o el alto número de vehículos que circulan por vías estructurantes de la ciudad.

En este sentido serán importantes algunas medidas que ya están en plena ejecución, como la implementación del par vial O'Higgins-Bulnes, que está en pleno proceso de edificación, así como otras que por el momento no pasan de ser solo anuncios, como la Unidad de Control de Tránsito, que ya va a cumplir un año y tres meses desde su anuncio.

Pero más allá de estas interesantes iniciativas, es necesario buscar algunas otras medidas que permitan mitigar el problema. Una de ellas va de la mano con intensificar el retiro de vehículos abandonados, algo que el municipio ha potenciado con la compra de maquinaria especial para su retiro, pero que podría ser incluso más eficiente enfocándola en los sectores críticos.

También a juicio de los mismos choferes, es positivo que las personas puedan preferir algunas vías alternativas y modificar sus habituales rutas, descongestionando, en parte, las ya atiborradas rutas principales como son la Avenida Arturo Prat, Salvador Allende, Avenida La Tirana, Tadeo Haenke y Bartolomé Vivar por nombrar solo algunas.

Hay acciones como cambios de sentido del tránsito en algunas calles, hacer respetar los letreros de No Estacionar y solo permitir la toma y bajada de pasajeros o fomentar el compartir los vehículos que podrían ayudar en el problema.

El tema no es menor, pues este tipo de problemas afectan la calidad de vida de la población y por ejemplo, el desplazamiento rápido por la ciudad es uno de los puntos a favor que diferencian a las regiones del colapso y rapidez de Santiago.

"Más allá de estas interesantes iniciativas es necesario buscar algunas otras medidas que permitan mitigar el problema".

Encomiable trabajo

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Una gran labor realizó Carabineros en la frontera, donde demostraron gran preocupación por reunir a una pequeña niña con síndrome de down que estaba perdida con su familia. los funcionarios estuvieron a la altura de su juramento.


Masiva presencia

Bien "regaloneadas" estuvieron ayer las mamás. Fue muy bonito ver como las familias pasearon por el centro, las plazas y playas para celebrarlas. También los restaurantes agradecieron la fecha, pues masivamente las iquiqueñas aprovecharon de disfrutar de la gastronomía.


Válido reclamo

En el debut del Festival Internacional de Teatro y Danza, Fintdaz, los artistas manifestaron al público presente, el que acudió en buen número, su deseo de que prontamente sea restaurado el Teatro Municipal. Es un anhelo de todo Iquique y en ello no hay dos opiniones.

La misericordia

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El santo Padre Francisco, nos ha invitado a un año en el cual vivamos con fuerza la misericordia. El Papa en todo su pontificado ha querido poner de manifiesto lo necesario que es para nuestro mundo el hecho de mostrarnos entre nosotros ternura, atención a las necesidades que tenemos y cercanía. Vivimos en el tiempo de las comunicaciones, pero la realidad es que estamos lejanos, conocemos lo que pasa al otro lado del mundo al instante, y no tenemos idea de las cruces que cargan aquellos que están a nuestro lado. Ante esta realidad se hace necesario detenernos, mirarnos (ya también nos cuestiona el Papa. "¿miramos a la cara a aquel que en la calle damos una moneda, nos interesamos por él?", algo tan sencillo nos ayuda a revisar cómo está la vivencia de la misericordia en mí . La misma palabra nos enseña a dar el corazón al pobre, como vemos no sólo hemos de dar de lo que tenemos o nos sobra sino que hemos de darnos nosotros mismos. San Camilo de Lelis, santo que fue de los primeros en fundar hospitales, veía que sus hermanos religiosos, atendían y curaban a los enfermos pero el mismo se encargará de decirles: "más corazón en esas manos, Hermanos", sí, estoy cierto que todos procuramos hacer el bien, lo importante es que lo hagamos bien, con corazón.

Nuestro mundo, nuestros hermanos y nosotros mismos necesitamos misericordia, el recibirla requiere también un poco de humildad, saberme necesitado, creer que los que están a mi lado me pueden ayudar. No sólo tenemos que dar sino también hemos de saber recibir, saber pedir y agradecer las ayudas que de distinto tipo se nos pueda brindar.

La misericordia la podemos vivir de distintas maneras, la Iglesia en su pedagogía y catequesis nos enseña que hay obras de misericordia corporales como son: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, dar posada al peregrino, visitar a los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los difuntos.

Hay otras que llamamos espirituales, a saber: enseñar al que no sabe, dar buen consejo al que lo necesita, corregir al que se equivoca, perdonar al que nos ofende, consolar al triste, sufrir con paciencia los defectos del prójimo, rezar por los vivos y los difuntos.

Tenemos así una amplia gama de acciones que todos podemos en distintos momentos realizar. Procuremos dar un poco más de ternura, de misericordia a nuestro mundo y también ser humildes para recibirla. Todos nos necesitamos.

"Nuestro mundo, nuestros hermanos y nosotros mismos necesitamos misericordia".

Guillermo Vera,, obispo diócesis de Iquique